La nueva normalidad: Canarias vivió este año los meses de enero, febrero, abril y noviembre más cálidos jamás registrados

Un hombre descansa bajo un árbol en plena ola de calor en La Laguna

Toni Ferrera

1

La crisis climática no para de engordar su rastro cada año que pasa. Este curso, Canarias ha vivido los meses de enero, febrero, abril y noviembre más calurosos desde que hay datos. Pero es que, en el ejercicio anterior, en 2023, el Archipiélago también registró los meses de marzo, agosto y septiembre más cálidos hasta la fecha. Siete de las doce mensualidades nunca habían contabilizado temperaturas tan altas en las Islas como lo hicieron en estos últimos dos años. Y eso que la recopilación de cifras fiables por parte de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) comenzó en 1961, hace ya un tiempo.

El calentamiento global empieza a dejar atrás la primavera eterna de la comunidad autónoma. En 1972, Canarias registró una temperatura media de 16,8 grados, la más baja de toda la serie histórica. Desde ahí, los valores han ido escalando poco a poco hasta alcanzar los 19,9 grados del año pasado, el dato más alto. La simbólica cifra de 20 grados está cerca de superarse, pero el portavoz de la Aemet en el Archipiélago, Víctor Quintero, no cree que vaya a suceder en 2024.

“En términos medios, este curso no ha sido más cálido que el anterior [a falta de diciembre]. Y eso sí se puede afirmar”, apunta el también director de la agencia en la provincia de Santa Cruz de Tenerife.

Quintero explica que “prácticamente en todo el mundo” están sintiéndose las evidencias del cambio climático y que las Islas son “un ejemplo más”. Por ejemplo: los años con anomalías cálidas en la región han aumentado de manera significativa en las últimas décadas, según datos facilitados por la Aemet. Utilizando como valor de referencia el periodo entre 1991 y 2020, la Comunidad Autónoma ha registrado 24 ejercicios en los que hizo más calor de lo normal desde 1961. De este total, 18 han ocurrido este siglo.

Otro ejemplo: de los once meses “extremadamente cálidos” contabilizados en Canarias, ocho llegaron en los últimos dos años. “El aumento progresivo de las temperaturas no es lineal. Tiene sus fluctuaciones. Pero si observas la evolución desde hace ya varias décadas, la pendiente es positiva. Y esa tendencia es lo que nos espera a partir de ahora”, continúa el portavoz de la Aemet.

Quintero también ve “significativo” lo que está pasando con los inviernos en Canarias. Dice que la previsión estacional de mayor probabilidad para el que acaba de empezar es que vuelva a ser “más cálido de lo normal” y que eso significa que “hará mucho más calor” que lo que estaba previsto, con todas las consecuencias que ello tiene: más noches tropicales y récords de temperaturas, como los que han tenido lugar en La Aldea de San Nicolás (Gran Canaria) y Santa Cruz de Tenerife.

María Dolores Pérez es investigadora en el Instituto de Oceanografía y Cambio Global (IOCAG) de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC). En 2020, fue designada científica revisora del Panel Intergubernamental de Cambio Climático de las Naciones Unidas (IPPC), que lleva desde 1988 alertando de la implicación del ser humano en la crisis climática a través de la quema de combustibles fósiles.

Ella apunta que la temperatura del mar que rodea a las Islas ha aumentado “casi dos grados” desde 1984 y que eso tiene “repercusiones”, como el aumento del nivel del mar, que afectará a nuestro territorio comiéndose “bastantes metros de playa”. Pero el calentamiento global también provocará que “cada vez haya menos precipitación, más noches tropicales, una atmósfera que tiene mucha más energía, con lo cual va a haber muchos más eventos de tormenta…”, relata Dolores Pérez.

El Acuerdo de París, firmado en 2015, establece como objetivo general que el aumento de la temperatura global respecto a la media preindustrial (1850-1900) no supere los 1,5 grados. Este año, ese umbral va a rebasarse, según datos del Servicio de Cambio Climático de Copernicus, dependiente de la Unión Europea (UE). No obstante, eso no quiere decir que se haya incumplido con el Acuerdo de País. Para ello, la barrera de los 1,5 grados tendría que superarse durante una década de media.

La experta del IOCAG explica que un aumento de un grado o dos importa mucho porque supone una sacudida de los sistemas planetarios. Añade que esos cambios “no son lineales”, sino que muchos de ellos son “bruscos” y modifican “cómo funciona todo” en la Tierra. En Canarias, al ser islas frágiles, las consecuencias son más severas. “Estamos al lado de África, habrá más tormentas secas y nos vamos a comer más polvo; si sube el nivel del mar, perdemos costas; si aumentan las tormentas, vamos a sufrir más fenómenos de inundación… Y todo puede tener una implicación económica, claro”, concluye. 

Etiquetas
stats