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Canarias no evita el resbalón de precios del plátano en 2023 pese a retirar del mercado seis de cada 100 kilos producidos

Exhibición de plátano de Canarias dentro de un establecimiento de venta minorista.

Román Delgado

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Los productores canarios de plátano, fruta con indicación geográfica protegida (IGP), y sus gestores de la comercialización, las seis organizaciones de productores (OPP) agrupadas en la entidad Asprocan (dirigida por Domingo Martín, también gerente de la OPP Cupalma), no lograron evitar el año pasado, en 2023, el resbalón continuo de precios (y con ello de la renta real percibida por los cosecheros) para la fruta emblema de las islas en su principal y casi único mercado exportador: el de Península, lo que incluye, en mucha menor medida, Portugal.

Canarias envió el año pasado al resto de España 388 millones de kilos, el 83% de su producción anual (467 millones), por los 44,2 que se vendieron en las islas (9,5%), los 7,5 introducidos en Marruecos y el millón exportado a otros países de Europa (ambas cifras suman el 1,8%).

Los productores de las islas, pese a picar (retirar del mercado fruta que no es pagada a los agricultores y no penaliza en el cálculo de la ayuda directa que abona la Unión Europea -UE- por kilo, con ficha financiera de 141,1 millones de euros al año -abono por kilo de 0,30 euros-) nada más y nada menos que 26,5 millones de kilos en 2023, en un intento a la desesperada por recuperar valores de transacción en verde en Península, poco o muy poco de ese objetivo central llegaron a conseguir.

Los plataneros locales cortaron el año pasado una cifra récord de 467 millones de kilos y de estos 26,5 se picaron, incluso una cantidad superior a esta, si se mete la oferta también retirada que luego se utilizó para el proyecto activado por Asprocan con la intención de abrir un nuevo mercado en Marruecos.

A esa operación comercial, por ahora no rentable, fueron 7,5 millones de kilos de la pica. Así que, solo contabilizada una inutilización de 26,5 millones, aunque la real es de 34, Canarias retiró del mercado un volumen de fruta que representó seis kilos (5,7) de cada cien producidos, proporción más elevada si en ese cálculo se mete lo enviado a Marruecos, hasta llegar entonces a 7,3 kilos de cada 100 cortados y llevados al empaquetado correspondiente.

Ese es el balance de un año para olvidar, según las propias estadísticas de la organización Asprocan para 2023, ya publicadas en su sitio web oficial. Atendiendo a estos mismos registros y tras analizar la secuencia histórica, la pica de 2023 es la segunda más elevada de todas, solo por detrás de la destrucción contabilizada en 2010 (2017, la tercera; 2016, la cuarta), cuando la retirada de fruta alcanzó la cifra anual de 35,7 millones de kilos (con una producción anual entonces de 432 millones de kilos y el 8,3% de esta oferta inutilizada), también según registros de Asprocan.

Los porqués de tal descalabro en la oferta

En el año 2023, Canarias dio al mundo una producción de 467 millones de kilos de plátano, cantidad que es el 34% (118 millones de kilos) más que lo logrado el año anterior, este solo con 349 millones (marca inhabitual). La oferta anual de 2022, con precios muy remunerativos para el agricultor local (como ocurrió en 2021, aunque en este caso menos), es algo baja si se toma como dato más regular el umbral anual de los 420 millones de kilos, como así casi fue en 2021, el año del volcán en La Palma, entonces con 412 millones.

La UE calculó en su día una ayuda directa al plátano comercializado de 0,33 euros por kilo y año, para una producción en 12 meses de 420 millones de kilo, lo que conforma la ficha financiera de 141,1 millones de euros, una medida de apoyo incluida en el programa Posei y que se abona en dos pagos semestrales.

Sobre el origen de tal exceso de oferta en 2023, Asprocan ha indicado en reiteradas ocasiones, en comunicados oficiales y a través de intervenciones de su presidente, Domingo Martín, que “la causa es el alto nivel de oferta que de forma constante se ha producido como consecuencia del incremento medio de temperaturas por encima de grado y medio”, lo que ha condicionado que “2023 sea hasta el momento el año de mayor producción de plátano en Canarias”.

Por parte de las islas, añade Asprocan, “se ha incrementado significativamente la producción comercializada tanto en España como fuera de nuestro país [no en el resto de Europa y sí en Marruecos, pero con pica] en una coyuntura de caída del consumo en todas las frutas no estacionales. Esto a pesar de que el producto canario cuenta con un competidor directo un 45% más económico en situación de fuerte inflación [en referencia a la banana]”. 

La organización Asprocan siempre ha manifestado que “continuará motivando el incremento del consumo y la disposición a pagar más por la calidad diferenciada del plátano de Canarias”, y recalca como solución a los problemas actuales: “Una medida imprescindible es igualar las condiciones de producción con terceros países y perseguir el dumping sistemático que hace la banana en España, siendo el mercado con su precio más barato dentro de la UE”. Esta es además una de las principales demandas enarboladas en las manifestaciones y protestas actuales por la crisis del sector agrario en España y Europa: la aplicación de las llamadas cláusulas espejo.

Aquella causa del resbalón, el calentamiento de la atmósfera, ha sido el vector más utilizado por Asprocan para explicar el aumento anual de la producción de fruta en 2023 y, como efecto, entre otros, el posterior derrumbe de precios en Península. Pero claro que no es el único factor, pues a ese elemento hay que añadir otros no menos importantes que se han cocinado en casa (y luego queda por analizar lo que ocurre en el mercado de destino con la competencia de la banana, cada vez con mayor cuota en el mercado peninsular), como es el acreditado aumento de la superficie cultivada, con más 53 hectáreas de 2021 a 2022 y otras más de 2022 a 2023, cuando, según lo afirmado por el propio Martín en una entrevista en Radio 7.7 La Palma, aludiendo a datos de la Consejería de Agricultura, el cultivo alcanzó las 8.976 hectáreas.

Si esto último fuera así, algo que la Consejería aún no ha confirmado, se estaría hablando de tener en 2023 más de 300 hectáreas nuevas (total de 8.976 hectáreas) respecto a las 8.629 de 2022, entonces con 53 más que en 2021. Cada hectárea puede producir de promedio 65.000 kilos de plátano.

Y aún hay más: al aumento de la superficie cultivada, centrado en las islas de Tenerife y Gran Canaria, se debe sumar el incremento de la productividad en muchas explotaciones, de manera especial las más capitalizadas y con sistemas de cultivo más modernos, prácticamente todas bajo malla o en invernadero y cerca de la costa, justo el cultivo que no se considera tradicional, el de fincas con mayores costes de producción por diversos factores. Todo esto se ha producido al albur de los tan buenos precios en años precedentes, 2022 y 2021.

Esos otros factores entran también en el análisis de la crisis de precios, tras los años dorados de 2021 y 2022, y son justo los que han activado las alarmas en la Consejería de Agricultura, ya dispuesta a tomar medidas de regulación antes de que todo no se les vaya de las manos, al garete.

Canarias lleva casi 15 meses consecutivos con malos precios, los que no compensan costes de producción a la mayoría de los plataneros, incluso añadiendo la ayuda de la UE. En la semana 11 de este año, a principios de marzo de 2024, el precio de venta en verde en Península se ha empezado a recuperar, con diez céntimos más por kilo de media y envíos semanales en torno a siete millones de kilos (el año pasado fue difícil estar en esa cota). Esta subida de precio está relacionada con la escasez de banana en Península y toda Europa, una menor oferta que provoca la mejor cotización de la fruta plátano. Desde el año 2020, no se habían detectado meses con tan poca presencia de banana en España. Ahora bien, queda por ver si la tendencia alcista es prolongada y luego qué pasará en los casi siempre meses malos del verano, un periodo cada vez más adelantado en las islas.

La Consejería ya ha aprobado, sin el consenso de todas las OPP, algunas medidas en aquella línea que son muy relevantes: límite del rendimiento por hectárea a 65.000 kilos (ahora no existe y Asprocan pidió 80.000) para el pago de la ayuda; periodo de cálculo del subsidio comunitario según producciones del beneficiario en cuatro años, en vez de los dos actuales (dos, los preferidos por Asprocan), y prohibición del incremento de la superficie cultivada para fruta IGP (con el visto bueno de Asprocan), o lo que es lo mismo, para plátano que pueda recibir la ayuda directa de la UE.

El reparto de la producción ‘amarilla’ por islas

Tenerife sigue liderando el cultivo del plátano en Canarias, con el 46,4% de toda la producción en 2023 (50,3% en 2022) y 30 millones de kilos más en 2023 frente a 2022, por delante de La Palma (29,7%, antes 22,1%), Gran Canaria (22%, antes 25,6%), La Gomera (1,1%, antes 1,2%) y El Hierro, sin cambios y con el 0,8%.

Por organizaciones de productores de plátano, las OPP, seis en las islas, la dominadora es Coplaca (entidad que además controla Eurobanan, firma que también importa y vende banana en España y Portugal, los mercados canarios), con el 31,29% de la producción comercializada e inutilizada en 2023, de los 467 millones de kilos; seguida de Cupalma (17,82%), Europlátano (16,15%), Llanos de Sardina (12,56%), Plátanos de Canarias (11,41%) y Agriten (10,82%).

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