Canarios en Mayotte, sin agua y con la comida que tienen en la despensa a la espera de ser evacuados tras el ciclón
Sandra Cabrera, Francisco Benítez y Chahida Asousi, canarios residentes en el territorio francés de Mayotte, en el Índico, islas que se han visto arrasada por el ciclón Chido, han manifestado que temieron que el edificio donde residen se cayera y han señalado que ahora sobreviven sin agua, con la comida que tienen en la despensa y sin luz a la espera de poder ser evacuados a España.
Sandra Cabrera, en una entrevista a la Radio Canaria recogida por EFE, cuenta que cuando empezó el ciclón estaba en su piso, ubicado en el mismo edificio que el del resto de sus compañeros, y tuvo que salir corriendo porque las ventanas se desplomaban.“Era como si hubiera un terremoto”, ha señalado.
Bajó al primer piso corriendo con pasaporte, teléfono y ordenador en mano a refugiarse en casa de sus compañeros y allí se quedó con el miedo de que se derrumbara el edificio hasta que amainó, subió de nuevo a su casa y comprobó que no había techo.
“Ventanas en el suelo, la puerta de la cocina descolgada totalmente en el suelo, los muebles destrozados, todo lleno de tierra y mojado”, así ha relatado como se encontraba su piso.
La primera imagen que recuerda al salir de la terraza, después de estar desde las 8 de la mañana hasta las 14 horas sin parar de llover, fue la de una “montaña con todas las chabolas unas sobre otras derruidas”.
Según relata la majorera, ahora la situación es dramática, con gente deambulando por la calle sin nada, techos en los suelos, coches debajo de árboles y terrazas totalmente destruidas.
Además, no hay agua, no hay luz ni internet, lamenta Sara Cabrera, que es profesora y teme también por sus alumnos, pues muchos de ellos viven en las favelas.
Sobre su evacuación, señala que por el momento se les ofrece a las personas más vulnerables, como son familias con niños, mujeres embarazadas y personas con alguna condición de salud complicada.
Ella y sus compañeros aún no saben cuándo podrán salir ni si tienen que esperar a que abran los vuelos comerciales.
Explica que la evacuación, que ya ha comenzado, está siendo “un poco desastre” porque supuestamente va por un listado de preferencia, pero esas personas no están informadas de que están en la lista, entonces no se presentan en el aeropuerto y lo hacen en su lugar otras para intentar irse sin ningún tipo de convocatoria.
“Estamos los tres intentando llevarlo de la mejor manera posible, siendo positivos dentro de lo que cabe para no entrar en el bucle de la negatividad”, afirma.
Francisco Benítez, de Gran Canaria, admite sentirse afortunado y asegura que no se puede quejar si se compara con las personas “que realmente lo están pasando mal”, si bien critica la falta de información y no saber lo que está pasando en ciertos lugares donde “realmente ha sido horroroso”.
Lo que más le preocupa es cómo estarán sus alumnos y también su familia, con la que ha contactado cuando ha logrado un poco de conexión en sitios, como en el aeropuerto, donde hay un generador eléctrico.
Chahida Asousi, también de Gran Canaria, reconoce que la sensación de devastación sigue siendo la misma que el primer día.
“Sigo teniendo esa sensación de miedo cada vez que salgo a la calle”, relata la grancanaria, quien espera que el Gobierno de España les ayude y, mientras tanto, “solo queda un poquito de paciencia y esperar”
1