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La muerte del general Balmes, clave para el inicio de la Guerra Civil

Una bala de nueve milímetros, unos pantalones cortos y una camisa de seda rayada son los objetos que portaba el general Amado Balmes el día de su muerte y que se desprenden de las diligencias previas abiertas tras el suceso. “¿Ustedes creen que el general comandante de la guarnición de Las Palmas en el año 1936 iría a inspeccionar un cañonero así vestido?, yo no me lo creo”. Es la conclusión a la que llega el historiador Ángel Viñas, que en su último libro desmonta la tesis de que este fallecimiento fuera un accidente, como recoge la versión oficial. En El primer asesinato de Franco también colabora el patólogo Miguel Ull que asegura que esta autopsia fue “una auténtica chapuza”.

La muerte del general Balmes se produjo el 16 de julio de 1936 y solo dos días después, Franco viajó en el Dragón Rapide hacia Tetuán para iniciar el golpe. Las investigaciones del libro apuntan a que su muerte fue la pieza final que faltaba para iniciar la sublevación militar. Viñas sostiene que este general no se iba a sublevar y que las conspiraciones empezaron mucho antes. Los inicios del proyecto del golpe de estado se remontan al mes de febrero, tras las elecciones del Frente Popular y se sospecha que la guarnición estaba muy dividida en Canarias. No obstante, “en una conspiración también se generan papeles, pero Franco y su ayudante se llevaron dos o tres maletas llenas de papeles”, lamenta. Por ello, cree que es una vertiente de investigación interesante a seguir por los historiadores canarios.

La versión oficial sobre la muerte de Balmes sostiene que estaba haciendo prácticas de tiro en La Isleta y el arma se le disparó. Además, el comandante José Fiol llegó a decir que el general tenía la costumbre de desencasquillar la pistola apretándola contra el vientre. Sin embargo, la bala no entró por el estómago, sino por el costado. Un error de seguridad que insiste en que es imposible que un general cometa.

Miguel Ull explica que todo lo relacionado con la muerte del general, su traslado a la Casa del Socorro, los aspectos sanitarios, la autopsia… reflejan un trabajo “mal hecho y sin esmero”. La autopsia es en realidad la transcripción que dictan los médicos forenses al secretario del juzgado. “Yo como patólogo deduzco que eso un forense no lo dicta. Han hecho una transcripción de algunas de las cosas que decían los forenses y ellos han hecho una transcripción desde el punto de vista militar y político”, subraya.

Ninguno de los documentos que han revisado para reconstruir la muerte de este general lleva la firma de los médicos forenses. “No hay certificado médico”, insiste el patólogo. Hay un primer informe de la Casa del Socorro, el primer sitio al que lo llevan, donde no hay ningún médico, solo un practicante que sale a buscar ayuda. La versión oficial afirma que la herida se produjo en el abdomen. Sin embargo, Diario de Las Palmas “es el único que dice la verdad, que ingresó por una herida en el hipocondrio izquierdo, que es más arriba y es la única información que hay, luego desaparece”.

Miguel Ull explica que cuando vio el informe de la autopsia quedó sorprendido con el dato de que el bazo fue el órgano más dañado. “Si te pegas un tiro tal y como como dijeron, ¿por qué está dañado el bazo?”. En lo que sí está de acuerdo es con la dirección que da sobre el recorrido de la bala: “de arriba abajo, de izquierda a derecha y de adelante a atrás porque le sale por la quinta vértebra lumbar”. El resto de las lesiones viscerales señala que algunas pueden concordar, pero hay otras muchas que tendrían que haberse recogido, pero no ponen, como los grandes vasos ya que Balmes muere de un “choque hipovolémico”, que produce la muerte por anemia aguda. Por eso tampoco se sostiene que el general fuera hablando durante su traslado ya que ya debería haber estado en shock.

“España no ha ajustado cuentas con su pasado”

Ángel Viñas, al ser cuestionado sobre por qué en España se sigue ninguneando la ley de memoria histórica, existe una fundación en honor al dictador y la web del Congreso de los diputados esquiva llamar dictador a Franco, subraya que el franquismo fue una dictadura con apoyos sociales, no unipersonal “como pretenden hacer creer ahora” y considera que esos soportes no han desaparecido. “¿Dónde van a estar los sucesores de esos soportes?, pues no van a estar en Podemos, en el PSOE o en el PC, estarán en el PP”.

Las dos grandes instituciones fundamentales durante en franquismo fueron la Iglesia y el Ejército, que considera que sigue siendo necesario ya que “vivimos en un mundo inseguro” y tiene que ser “eficiente, estar instruido, ser competente…”. No obstante, cree que hay mucha gente dentro del Ejército, sobre todo jubilados y gente que tiene influencia a quien le cuesta aceptar lo que se está descubriendo de la dictadura.

El catedrático explica que España no ha ajustado cuentas con su pasado como sí lo han hecho países como Argentina, Chile o Sudáfrica. “Casi todos los partidos se niegan a tocar al tema, algunos lo niegan y otros lo han tocado, pero no lo han tocado bien, como el PSOE ya que la Ley de Memoria Histórica fue una ocasión fallida”.

Sobre la falta de respeto por esta Ley insiste en que es muy importante recordar el mensaje que están transmitiendo a los ciudadanos y es que esta norma se puede desobedecer ya que el primero que lo hace es el Gobierno. Señala que al PP no le hizo falta derogarla la pasada legislatura cuando tenía mayoría absoluta ya que ha demostrado “que se puede pasar olímpicamente de ella” y lo ha hecho vaciándola de presupuesto.

Viñas, que ha estado en Las Palmas de Gran Canaria invitado por la Asociación de la Memoria Histórica de Arucas, insiste en que el estado español tiene mala conciencia y que prueba de ello es la forma en la que se estudia el franquismo en las escuelas. “Se estudia mal, muy en general y sin incorporar los resultados de la investigación académica”. Como ejemplo cita el centro de la investigación de su último libro, la muerte de Balmes, pero hay muchos otros aspectos de la historia reciente de España que no se han contado objetivamente. Por ejemplo, la excusa de que los militares se sublevaran por la muerte de Calvo Sotelo es construcción ideológica del franquismo y destaca que en 1936 no había ningún peligro de revolución bolchevique en nuestro país.