Vicky Rojo: “El cáncer de mama no es rosa ni dulce, es una mierda”
En 2023 se diagnosticaron en España 35.312 casos nuevos de cáncer de mama, 4.000 más de los que se detectaron en 2013, según los datos publicados por la Asociación Española contra el Cáncer. Por lo que la incidencia de este tipo de enfermedad ha experimentado un continuo crecimiento y se prevé que siga incrementándose.
Aunque el número de personas que consiguen curarse es elevado, entre el 5% y el 6% de los casos que se registran anualmente presentan metástasis desde el primer momento que son diagnosticados. Lo que significa que las células cancerígenas no solo están limitadas al área de la mama sino que se han diseminado a otras partes del cuerpo, como pueden ser el hígado, los pulmones, el cerebro o los huesos.
Asimismo, el 30% de las personas que se les detecta la enfermedad en estadios precoces sufren una recaída con metástasis años después de haber finalizado su tratamiento. Sin embargo, esta dispersión del tumor maligno no tiene cura, los medicamentos existentes solo frenan su proliferación e intentan alargar la vida de los pacientes lo máximo posible, así lo apunta Vicky Rojo, representante en Canarias de la Asociación Española de Cáncer de Mama Metastásico (AECMM).
Rojo relata que las pacientes de cáncer de mama metastásico son las “grandes olvidadas”, ya que advierte que el tumor mamario se ha “dulcificado” y que la sociedad tiene la concepción de que se cura en todos los casos, pero lo cierto es que un porcentaje de personas desarrollan metástasis y no se recuperan. Por eso resalta la relevancia que tienen iniciativas como 'la M que falta'. Un movimiento impulsado por la Asociación Española de Cáncer de Mama Metastásico en colaboración con la Alianza Daiichi Sankyo y AstraZeneca, que pretende dar visibilidad a esta realidad y que las pacientes reciban el reconocimiento social que precisan.
A Vicky Rojo le diagnosticaron cáncer de mama hace 5 años y medio. Empezó con un cáncer primario y que, según señala, tenía “muy buenas expectativas médicas”, porque se detectó a tiempo. Pero cuenta que a los 2 años estuvo un tiempo con dolores de espalda y al final le detectaron que tenía metástasis.
Tratamientos inaccesibles durante años
La representante territorial en Canarias de la Asociación, Vicky Rojo, expone que se ha tomado la enfermedad con “mucha actitud”, pero que eso no exime que sienta frustración, ya que explica que el cáncer de mama metastásico tiene “días muy buenos y muy malos” porque conlleva una medicación que, aunque les permite vivir más tiempo, provoca efectos secundarios. Por lo que lamenta que ni siquiera tienen “tratamientos con una exquisita calidad de vida”.
Una medicación que puntualiza que no es estática sino que se va variando de un fármaco a otro cuando dejan de ser efectivos en la paralización del tumor. Por eso recalca que es importante disponer nuevos medicamentos que amplíen las líneas de tratamiento. Pero comenta que, aunque en Europa se este autorizando la comercialización de fármacos innovadores, cuesta mucho que lleguen a los pacientes españoles.
Según el informe publicado en 2022 por la Federación Europea de la Industria Farmacéutica (Efpia), en España se tarda una media de 540 días en establecer las condiciones en las que se financiarán las medicinas oncológicas aprobadas por Europa y que, finalmente, se incluyan dentro de las prestaciones farmacéuticas del Sistema Nacional de Salud. Un plazo que no se adecua a la legislación de la Unión Europea, ya que esta establece que la financiación se debe gestionar en un máximo de 180 días.
Inequidad entre comunidades autónomas
Asimismo, Vicky Rojo tilda de “surrealista” las desigualdades en el acceso a medicamentos y a pruebas en función de la comunidad autónoma en la que reside el paciente oncológico. Menciona que una persona con su misma enfermedad en Extremadura, por ejemplo, puede optar a un tratamiento al que ella no puede recurrir en Canarias. Por eso reclama que exista más equidad en este ámbito y que “no importe dónde hayas nacido para que puedas tener la oportunidad de vivir”.
Por último, Rojo ha querido destacar que el cáncer de mama no es “rosa, ni simpático, ni dulce”, sino que en realidad es “una mierda”, incluso para las mujeres que se curan porque señala que el cuerpo “está pasando un proceso muy duro, con medicaciones muy duras” y que tanto sus consecuencias físicas como psicológicas perduraran. Apunta que todas las enfermas de cáncer de mama que se curan tendrán continuamente la “espada de Damocles en la cabeza” y pensarán recurrentemente: “va a volver, voy a tener metástasis”.
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