El FMI le hizo un guiño al Gobierno y aclaró que no necesita que el nuevo acuerdo tenga el aval del Congreso

El Fondo Monetario Internacional (FMI) aclaró este jueves que el acuerdo con la Argentina no dependerá de la aprobación del Congreso y se excusó de dar detalles sobre el posible desembolso de fondos frescos. A través de la vocera Julie Kozack, el organismo afirmó que es una decisión local y que depende del Gobierno, en un claro guiño a la gestión de Javier Milei, que anunció el sábado pasado que se está cerca de confirmar un desembolso. La intención oficial es que sea antes de mayo para poder levantar el cepo cambiario de cara a las elecciones de octubre.
“Tener el apoyo del Congreso es una decisión de las autoridades tal como lo establece la legislación interna argentina”, precisó la portavoz del Fondo. La Ley 27.612, sancionada en 2021, establece en su artículo 2 que “todo programa de financiamiento u operación de crédito público realizados con el Fondo Monetario Internacional (FMI), así como también cualquier ampliación de los montos de esos programas u operaciones, requerirá de una ley del Honorable Congreso de la Nación que lo apruebe expresamente”.
Esta mañana la narrativa oficialista fue en otro sentido al del FMI, aunque a medias: desde la Rosada advirtieron que, en caso que el Parlamento no apruebe el pedido de endeudamiento, se caería el acuerdo porque el organismo exige un marco jurídico sólido, pero refiriéndose al propio organismo multilateral y no al Parlamento.
En una entrevista periodística el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, indicó: “La posibilidad de que un acuerdo sea aprobado por decreto no es real, porque el Fondo no lo permitiría ya que se requiere seguridad jurídica”, afirmó el jefe de Gabinete en declaraciones a Radio Rivadavia.
Milei instó al Congreso a aprobar el acuerdo con el FMI durante su discurso en la Asamblea Legislativa, pero también dijo que si no lo aprueban lo buscará por otras vías. En las últimas horas se supo que no es su intención que se debate todo el programa. El Poder Ejecutivo quiere que sólo se le dé autorización para tomar una nueva deuda sin dar a conocer los detalles del nuevo programa, que comprometería la política económica por varios años.
Ayer el vocero Manuel Adorni insistió con la idea que transmitió Milei de que el dinero que ingrese el país “no aumentará la deuda bruta” porque sería destinado para que el Tesoro pague su deuda con el Banco Central. Por eso el Gobierno habla de “recapitalización” de la entidad monetaria. Se estima que podrían ser entre U$S10.000 millones y U$S15.000 millones, aunque Adorni evitó dar precisiones. Sí admitió que será dinero que tendrá que devolverse en algún momento.
El vocero presidencial también alentó a que el Congreso apruebe el acuerdo, pese a que aún no se conoce. Rechazó la línea opositora que plantea que el Gobierno no enviaría para el tratamiento legislativo un proyecto formal sin el anexo con los detalles técnicos. “Nunca hubo problemas para que el Congreso vote un acuerdo con el FMI que aumentaba la deuda, ¿por qué ahora no lo haría si no se aumenta la deuda bruta?”, se defendió el funcionario que responde a la estrategia narrativa de Karina Milei y Santiago Caputo.
Si el proyecto que finalmente se envíe al Congreso busca ser un atajo de Gobierno puede que las negociaciones se empantanen. La debilidad legislativa del oficialismo y el inicio de la campaña electoral son dos situaciones que influirán en el debate.
Con información de agencia NA
MC
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