Daniel Moriana y Marco Antonio García: “Es más difícil sacar una chirigota que un pregón”

Es casi imposible pronunciar sus nombres por separado. Cada uno acumula más de dos décadas en una fiesta que es mucho más que eso para ambos. Muchos años los tienen a sus espaldas en común. Son amigos, autores y directores. Y su agrupación es una de las más reconocibles y reconocidas del Concurso. Daniel Moriana Fae y Marco Antonio García son una suma, un número indivisible. También son esencia del Carnaval, que en realidad está por comenzar en Córdoba. La calle es donde se tiene que vivir.

Los creadores de chirigotas serán los encargados de pronunciar el Pregón el próximo sábado. Sucederá finalmente, debido a la probabilidad de lluvia, en el Centro de Iniciativas Culturales Osio a partir de las 19:00. Anunciarán los días grandes de Don Carnal, por cierto, una semana después de alcanzar un segundo premio con ‘Venimos del infierno’. Al caso, ambos prometen emociones fuertes en la obra que prepararon, que contará con no pocas sorpresas. Y, sobre todo, no faltarán las risas. No estarán solos, además, pero para conocer todos los detalles habrá que ir a verles.

PREGUNTA (P). Tenemos el Concurso recién acabado, con premio de nuevo en vuestro caso. ¿Cómo habéis visto la evolución del certamen en los últimos años?

DANIEL (D). Dependió mucho de las agrupaciones que se inscribieron. Hubo muchas ausencias los últimos años. Sin embargo, éste nos encontramos un Concurso donde prácticamente estaba todo el mundo y se consiguió un buen nivel, sobre todo, de calidad de grupos. Además, quiero recalcar el alto nivel de chirigotas.

MARCO (M). Este año lo vi muy bien. Creo que en cuanto a calidad fue de los mejores de los últimos años. Las agrupaciones mejoraron y volvieron algunas que hacía tiempo que no salían. La evolución fue bastante buena.

P. De todas formas, quienes lo hacéis siempre insistís en que el Carnaval de verdad está en la calle. Sería bonito recuperar el ambiente de años atrás, en la calle Montero, por ejemplo, ¿no?

M. Sería increíble recuperarlo. Cuando yo empecé, hace 27 años ya, era increíble lo que había en Montero, San Juan de Letrán, Juan Bernier, San Agustín… Esas calles se fueron abandonando un poco, pero tampoco fue culpa de nadie y la Asociación sigue potenciando el Carnaval en la calle.

D. Evidentemente, claro que nos gustaría recuperar el Carnaval añejo en esas calles, pero también somos conscientes de que son calles donde se vive y es molesto. Habría que sentarse y ubicar un sitio que fuese sólo para el Carnaval. Aunque tengamos esa nostalgia, también hay que ser conscientes y solidarios. Allí hay gente que trabaja al día siguiente.

P. Siempre parece que el Carnaval en Córdoba está en un segundo plano. ¿Qué creéis que sucede para que sea así?

M. Creo que de esto no tiene culpa nadie. El problema es que Córdoba no tiene una cultura carnavalesca grande y hay pocas personas a las que nos guste. No es nuestra fiesta principal. Aquí tenemos el mes de mayo y mira cómo es un hervidero de gente.

D. Córdoba no es una ciudad que tenga cultura de Carnaval, para empezar. Tiene las fiestas repartidas, es decir, hay cofrades, carnavaleros, feriantes… Últimamente sí se está consiguiendo inculcar desde el colegio, igual que inculcamos Halloween. Además, se nos llama de vez en cuando para ayudar al profesorado a explicar qué es esta fiesta. A partir de ahí habría más concienciación de que no es sólo una fiesta. De hecho, el Concurso es de coplas y letras, y eso lo hace más valioso. Es una crónica de un año.

P. Bueno, a lo que vamos. Toda una vida dedicada a la fiesta y ahora… pregoneros. ¿Qué supone para vosotros anunciar el Carnaval?

D. Cuando me lo dijeron pensé dos cosas. Primero, por qué soy tan viejo (bromea). Y luego te sientes orgulloso y emocionado, porque realmente es un hobby que se convirtió casi en profesión. El tiempo libre que tienes lo dedicas a darle vueltas a la cabeza. El día que nos lo comentaron sentí mucho orgullo porque representar a un colectivo que para mí es muy cercano es una responsabilidad. Son muy poquitos los que al cabo de los años podremos serlo.

M. Para mí, ser pregonero de tu tierra es lo máximo a lo que puede aspirar alguien. No creo que haya una cosa más bonita, porque representamos a todo el colectivo.

P. ¿Ser pregonero es más un honor o una responsabilidad?

M. Creo que las dos cosas. Para mí no hay honor más grande que ser pregonero. Luego, hay una gran responsabilidad, evidentemente.

D. Ambas cosas. Es un honor porque es una distinción a una vida dedicada a esta fiesta y responsabilidad, sobre todo, porque esto representa a todos los carnavaleros. Y, por supuesto, sales en medios y, lógicamente, te expones y es algo que tienes que tomarte muy en serio. Haces bien en recalcar la palabra responsabilidad, pero hay de las dos. No hay una sin otra.

P. A modo de broma, ¿es más difícil escribir el repertorio de una chirigota o un pregón?

D. Te diría que es más difícil sacar una chirigota. Porque son 30 minutos intentando hacer reír, y digo intentando porque no siempre vamos a tener éxito, buscando la gracia a la crónica. Un pregón no deja de ser una historia en base a lo que se vaya a hablar. En este caso, decidimos hacer una parodia sobre las emociones que nos produce. Y ya lo verás…

M. Es muchísimo más difícil escribir una chirigota que un pregón (ríe). Lo tengo muy claro.

P. Ya que hablamos de chirigotas. Qué difícil es hacer reír, ¿no?

D. Hacer reír es muy complicado, porque, realmente, tienes que competir con todas las redes sociales. Nosotros en esto somos muy tajantes: siempre tenemos mucho cuidado en que todo lo que se nos ocurra sea original y no se haya leído en ningún sitio. Porque eso sí sería fácil. Lo difícil es la originalidad, que el chiste final sea tuyo.

M. Hacer reír es lo más difícil del mundo. Sin embargo, también es lo más gratificante. Yo, al menos, me siento feliz cuando ves que haces reír a alguien y le haces pasar un buen rato.

P. A todo esto, ¿qué significa el Carnaval para vosotros?

M. El Carnaval significa mi vida. Me gusta la música, me escribir y hacer reír y todo eso lo hago con el Carnaval. Es una forma de expresarte al pueblo… o a quien te quiera escuchar, claro. Es una forma de vida.

D. Lo que era un hobby se hizo religión. Al final, es un modo de vida. Recuerdo que me decían hace poco: “¿Ya tienes el tipo para el año que viene?”. Uno no, tengo cuatro. Porque la cabeza no para de pensar. Es un modo activo de estar enchufado siempre con cualquier tipo de crónica para buscarle la sátira. Se convirtió en un modo de vida. De hecho, creo que me conoce más gente por Fae que por Dani. Eso lo dice todo.

P. Hasta donde se pueda leer, como decía Mayra, ¿qué nos vamos a encontrar el sábado durante el Pregón?

M. Lo que vais a encontrar es a dos chirigoteros y tres amigos, porque participan tres compañeros que nos van a ayudar… Vais a ver a cinco amigos pasando un rato increíble y haciéndoselo pasar a la gente.

D. Sobre todo, una cosa que teníamos clara es que queríamos que el público se ría. Hicimos una obra divertida donde se cantarán coplas por otros grupos. Resaltar que es de los pocos pregones en los que se van a hacer cuplés, además de pasodobles, porque representan lo más figurativo de una chirigota.

P. Por finalizar, si tuvierais que convencerlos, ¿qué mensaje le lanzaríais a quienes no conocen el Carnaval de Córdoba para que se acerquen a él?

D. El mensaje es sencillo. Para poder saber de qué estamos hablando tienen que pasar dos cosas. Lo primero es que esas personas vivan un ensayo con el grupo y lo segundo, que vayan al teatro y vean una sesión. Te voy a hablar en primera persona… Este año, un amigo mío que no había tenido nunca relación con el Carnaval vivió los dos aspectos e incluso lo sacamos de figurante porque se lo estaba pasando muy bien. Luego, cuatro personas de mi gimnasio que jamás habían ido y los invité y cuando volví a coincidir con ellos sólo me hablaban maravillas. Realmente, el que quiera saber de qué va esto, tiene las puertas abiertas.

M. Yo no trataría de convencer a nadie. A mí no me convenció nadie, no soy carnavalero de cuna. Yo lo descubrí con 18 años y solo, en la calle. Se trata de mostrar el Carnaval a quien quiera para que vea la riqueza musical y cultural que tiene esta fiesta. Tiene mucho por descubrir.