La exposición de sobres de azucarillos reunidos por Daniel Pérez Rubio se estrena en el Centro de Día II de León

De un hábito tan social como tomar café salió una afición que se mantuvo durante años en la intimidad de su casa. Con el confinamiento por la pandemia del coronavirus, Daniel Pérez Rubio encontró tiempo para dar orden y concierto a la gigantesca colección de sobres de azucarillos que había reunido desde 1967. Este leonés de Quintana del Marco comenzó poco después a dar publicidad a su muestrario, ahora convertido con la ayuda de su amigo Isidoro de la Fuente en materia prima de una exposición que se mantendrá abierta durante los meses de marzo y abril en el Centro de Día León II, ubicado en el número 7 de la calle Fernando González Regueral de la capital leonesa (frente al mesón La Ribera).
El Centro de Día León II ha sido el primero en acoger la propuesta de dar cabida en su interior a una exposición que resume la colección a fuerza de seleccionar en torno a 400 de los más de 4.000 sobres de azucarillos diferentes (más de 10.000 contando también los repetidos) reunidos por Daniel Pérez Rubio durante casi 60 años. Comenzó a hacerlo a mediados de los años sesenta siguiendo la estela de la afición de un compañero de pensión en Madrid, donde trabajó haciendo encuestas o vendiendo libros. Y ha ido completando la recogida en León capital, donde ejerció como funcionario. El mismo día en que explica el contenido de la muestra y posa para las fotos recibe a las puertas del centro asistencial un sobre con material donado. “El 80% de los que tengo me los ha dado la gente”, reconoce.
A la hora de seleccionar sobres de azucarillos para la muestra, empleó criterios geográficos (León capital y su provincia están muy bien representados) y temáticos. El resultado está a la vista en un puñado de cuadros colgados sobre las paredes de la cafetería del centro, trufados también con recortes de prensa y algún material añadido. Al público, que también puede acceder a lo expuesto a través de unas hojas ubicadas en una mesa, le llama la atención sobre todo los sobres referidos a bares ya cerrados.

La exposición está llamada a tener más recorrido en el futuro. “Cuando me contó la afición que tenía, le dije que esto tenía que sacarlo a la luz”, cuenta Isidoro de la Fuente con el convencimiento de que la muestra tendrá encaje en citas como las semanas culturales de los pueblos de la provincia leonesa. “Yo estoy seguro de que habrá más sitios donde exponer”, señala citando como ejemplo la localidad natal del coleccionista.
Pérez Rubio admite que cada vez resulta más difícil identificar si los sobres de azucarillos que le donan están o no repetidos en una colección labrada durante casi seis décadas y que ahora se pone en el escaparate a través de una muestra que nace con vocación de continuidad e itinerancia.