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El trumpito herreño

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Tras meses de sospechas y comentarios, en El Hierro se ha podido confirmar el hallazgo de una especie que creíamos extinta: es el trumpito herreño, una variedad de aquella especie que abundó en nuestras islas durante muchas décadas y que creíamos evolucionada.

Ha sido caer la noche tras la victoria de Donald Trump y el entusiasmo ha resucitado a todos esos discípulos de las tinieblas, seguidores y acólitos por todo el mundo. Porque esos abascales, melonis y demás ejemplares salvajes también se reproducen como hongos tóxicos entre nosotros. Tenemos pruebas. No hace tanto un nombrado Echedey Eugenio, concejal de Gobierno en Arrecife representando a Coalición Canaria, se despachó con unas racistas declaraciones en contra de los menores no acompañados. Ni sus socios de gobierno del PP ni el presidente de su partido, Clavijo, recriminaron ni desaprobaron el ataque a esos niños, los más vulnerables de nuestra sociedad. 

Pero la semana pasada pudimos encontrar un ejemplar casi puro en El Hierro. Fue en el pleno del Cabildo. Un auténtico trumpito herreño para la Isla más presionada por la oleada de migraciones, el consejero en la oposición del Cabildo, Javier Armas, de AHI-CC, hijo de la división interna de la Agrupación Herreña y de la pleitesía a la oligarquía de Coalición Canaria. Imprescindible observar su comportamiento en cautividad: se debatía en el pleno reclamar al gobierno canario, recordemos PP-CC, la necesidad imperiosa de aumentar los recursos sanitarios de la isla, tanto en personal como en infraestructuras. La isla tiene un hospital con 22 camas a las que se pueden sumar los de los cinco boxes de urgencias, ampliables por necesidad a 6 más. Treinta y tres camas en caso de urgencia, que no de necesidad. Teniendo en cuenta que la OMS recomienda 2,5 camas por habitante se ve claro que la isla tiene un déficit en camas hospitalarias. El Hierro tiene cerca de 12 mil habitantes y le corresponderían 30 camas ordinarias, sin urgencias ni papanatadas. Pero la sanidad canaria nos hace la cuenta de la vieja y convierte las 22 camas ordinarias en treinta y tres para engañarnos diciendo que cumple con lo recomendado por la OMS. En ningún lado se cuentan en el mismo grupo las camas de urgencias con las hospitalarias. Máxime cuando una urgencia suele terminar en una cama normal. 

Pero nada de esto le interesaba al trumpito herreño; en el debate se le veía incómodo, queriendo decir sin decir, diciendo sin querer decir, escondiendo la piedra y tirando la mano. El caso es que para nada le interesaba debatir el déficit en servicios públicos autonómicos que tiene la isla, en educación, sanidad y derechos sociales. El trumpito herreño solo quería hablar de los migrantes, del impacto de esos migrantes en los servicios de salud y los demás servicios públicos, de la inmigración y los problemas que supuestamente causan. Culpar otra vez a las víctimas, a los vulnerables, a los indefensos, a los que logran huir apenas del espanto de mundo que los grandes Trumps llevan décadas saqueando. Revolver el río… no, desde luego, para beneficio de los sufridos pescadores de La Restinga, sino azuzar el problema para ocultar el abandono en el que el gobierno de derechas nacionalista mantiene a El Hierro.  

El trumpito herreño sabe lo que hace. En El Hierro, y en Washington, nada como el odio y el miedo para ocultar las mentiras de la privatización de la vida y el espacio público. Los datos palidecen frente a la mentira: en el año 2019, según datos del Ministerio del Interior, llegaron a Canarias 2.698 personas migrantes y la tasa del número de visitas a urgencias cada 1.000 habitantes era de 879 cada 1.000 personas. Si nos vamos al año 2023 observamos que la llegada de personas migrantes fue un 1.379,24% superior que en 2019, mientras que la presión de los servicios de urgencia tan sólo ascendió un 1,86%. Se llama xenofobia, esa sopa de bulos con frustración, odio y tristeza.  

El otro, el diferente, es señalado para culparle de tus problemas. El trumpito herreño no está solo. La hábil adiestradora de Coalición Canaria, Cistina Valido, ya presentó en el Congreso de Madrid una solicitud de comparecencia para tratar de resaltar la “difícil situación” en El Hierro. La idea es mover el foco de la tragedia de las personas que llegan a la supuesta indignación de las personas que los reciben, conscientes de que mediáticamente bastan cuatro trumpitos vociferantes para ocultar una comunidad volcada con la solidaridad. Así que el trumpito herreño estará este sábado en el muelle herreño de La Restinga, en una manifestación contra la inmigración ilegal, para tratar de convertir El Hierro en Lampedusa, para tratar de crear un problema en El Hierro que solo ellos puedan arreglar.

Así empezó el trumpismo en América y así empezó el nazismo en Alemania, culpando… Culpando a negros, judíos, comunistas, homosexuales, mujeres libres, extranjeros… de todos los males del país. 

Javier Armas ya ha dado el primer paso culpando a los migrantes de la situación sanitaria de la isla. Que el Gobierno canario del que forma parte no convoque plazas de sanitarios, ni amplíe el hospital, ni construya viviendas para los trabajadores públicos de educación y sanidad, por ejemplo, como forma de aliviar la situación de la población herreña, para hacer atractiva la posibilidad de trabajar en la isla… nada tiene que ver con unas personas a las que la guerra, la miseria económica, el hambre, la explotación, fuerzan a jugarse la vida en la ruta de la muerte canaria, buscando un futuro mejor. 

Para el trumpito canario el problema nunca será la pésima gestión de Clavijo y sus aliados, sino los más débiles y desfavorecidos, los migrantes, los otros. Los de siempre. 

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