La ARMH desacredita la corrección de Paradores tras la polémica por San Marcos y la acusa de “equidistante”

La rectificación y propósito de enmienda de Paradores tras la polémica por la retirada campaña que proponía vivir un “carnaval entre rejas” en San Marcos, que fue cárcel y campo de concentración franquista, no ha convencido a la ARMH (Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica), que no baja el tono de la crítica. El colectivo, que salió a denunciar públicamente la oferta finalmente fulminada y que pidió luego “sanciones” por la “mofa” a las víctimas, acusa ahora a la red estatal de “equidistancia” por hablar de Guerra Civil en León y “despojar” a las mujeres presas de su condición política e intelectual.
Paradores aprovechó la retirada de la oferta, enmarcada en una campaña nacional que sugería temáticas alusivas a los establecimientos como ‘El hombre de Cromañón’ para los clientes del Parador de Antequera (Málaga) o ‘Un cuento de princesas’ para los de Alarcón (Cuenca) a través de un blog, para añadir a su página web alusiones a la historia de San Marcos, “un edificio con siglos de vida, multitud de usos y episodios históricos, muchos con luces, pero también algunos con sombras”. Y es que la cadena ha estado, ya antes incluso de la polémica por el carnaval, en el ojo del huracán por la forma de tratar su pasado como cárcel y campo de concentración, limitada a una placa instalada en 2021 en el interior del recinto.
Sin embargo, lejos de apaciguar los ánimos, las líneas añadidas a la web han soliviantado a la ARMH, que acusa a Paradores de mantener “un discurso equidistante”. “Durante la Guerra Civil y los primeros años de la dictadura”, reza parte de la publicación de la cadena, “el edificio fue utilizado como campo de concentración, convirtiéndose en una de las prisiones más duras del noroeste de España. Miles de prisioneros pasaron por sus muros, personas de distintos perfiles: intelectuales, políticos, militares e incluso mujeres”.
El colectivo, que había solicitado recientemente la instalación de una placa explicativa en el exterior del edificio para ser declarado como Lugar de Memoria, afea en primer lugar la alusión a una Guerra Civil que “nunca hubo en León”. “Explica que fue utilizado como campo de concentración durante la guerra civil, sin especificar que se utilizó para detener ilegalmente a miles de personas; quiénes eran los carceleros y quienes los encarcelados”, señala la ARMH en un comunicado en el que abunda: “Se utiliza así el argumento de la guerra civil para un lugar en el que no hubo ninguna guerra en 1936 porque triunfaron los golpistas, se hicieron por la fuerza con el poder y habilitaron San Marcos para internar en él a miles de hombres y mujeres republicanos, para clasificarlos y decidir a quiénes había que asesinar impunemente y a quiénes había que detener durante años, y quienes lo decidieron fueron los golpistas de julio de 1936 quienes utilizaron una terrible violencia”.
El presidente de la ARMH, Emilio Silva, acusa a Paradores de caer en “la vieja narrativa de utilizar el término guerra civil para generar equidistancia y falsear la historia”. Con raíces familiares leonesas, Silva añade que “en León no hubo dos ejércitos disparándose, ni una trinchera frente a otra”. “Los fascistas dieron un golpe de Estado y comenzaron una cacería contra los hombres y mujeres que defendían la democracia. Un texto que dice comprometerse con la memoria histórica no puede practicar la equidistancia”, censura.
“Desprecio a la verdad”
En segundo lugar, la ARMH considera que el texto “invisibiliza el papel político de las mujeres que no se sumaron al golpe de Estado porque defendieron al Gobierno democrático de la Segunda República”. Lo hace, sostiene el colectivo, al hablar de “intelectuales, políticos, militares e incluso mujeres”. Ese “incluso mujeres” las “está excluyendo del grupo de intelectuales y políticos despolitizando las vidas de quienes fueron internadas en el campo de concentración por razones políticas y por su actividad intelectual”.
“Que esta sea la corrección de Paradores para mostrar que tiene un compromiso con la memoria histórica y lo haga escondiendo las identidades políticas de los verdugos y de las víctimas es un desprecio a la verdad y una falta de respeto a quienes sufrieron la dura represión del campo”, añade Silva, quien sugiere que la campaña de carnaval finalmente retirada “pudo no ser una coincidencia porque ahonda en esa banalización de lo ocurrido dentro de sus muros junto con una profunda falta de respeto hacia las víctimas”.