Dos formas de quitar la placa franquista de una iglesia: posible en un mes en El Bierzo, imposible en años en León
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En 2007 entró en vigor la Ley de Memoria Histórica, un hito aprobado por el Gobierno entonces recién presidido por el leonés José Luis Rodríguez Zapatero. Desde entonces, hace 18 años, entre otras muchas cosas, esta Ley obliga a retirar símbolos, placas, monumentos, escudos, insignias y nombres de calles que exalten de cualquier modo la Guerra Civil, iniciada por un golpe de estado contra la democrática República española, o la posterior dictadura de Francisco Franco.
Desde 2022, la nueva Ley de Memoria Democrática refuerza esta 'limpieza' de la exaltación golpista y franquista, estableciendo por ejemplo multas económicas de entre 10.000 y 150.000 euros a los incumplidores o la retirada de subvenciones públicas, entre otras medidas.
Sin embargo, el grado de cumplimiento de ambas normas deja todavía mucho que desear y además provoca situaciones muy contradictorias sobre su grado de implantación. Así, en la última semana en la provincia de León se ha podido vivir la llamativa comparativa de dos casos en apariencia muy similares -los dos en las fachadas de sendas iglesias, ambos en honor a José Antonio Primo de Rivera, fundador de Falange e instigador del golpe, y en los dos casos en municipios gobernados por alcaldes del PSOE-. Sin embargo, los resultados han sido opuestos: uno casi fulminante en Villafranca del Bierzo y otro sin resolución durante años en pleno centro de León capital.
El primero afecta a un relieve de exaltación y memoria a Primo de Rivera y una lista de personas que murieron durante la Guerra Civil, nombres sólo del bando golpista llamado entonces 'nacional'. Se trata de un monumento conocido como la 'Cruz de los caídos' en la fachada oeste de la Colegiata de Santa María de Villafranca del Bierzo, de grandes dimensiones, en forma de libro abierto, y con una cruz en el medio.
Pronto será historia, no presente
A pesar de la gran complicación que afecta a este caso, por tratarse de un edificio protegido como Bien de Interés Cultural (BIC), la Junta de Castilla y León (PP) ha tramitado y aprobado su retirada en menos de un mes de plazo desde que lo planteara el alcalde de Villafranca, el joven socialista Anderson Batista.
El Obispado de Astorga, al ser propietario del monumento, ha tenido que otorgar su visto bueno, por tratarse del cumplimiento de una Ley nacional obligatoria. Y pronto la cruz y el homenaje pasarán a ser historia, no presente. Palabra, por cierto, “¡Presente!” que entre signos de admiración fue y sigue siendo el grito de los falangistas en honor a Primo de Rivera.
En el lado contrario, el de la falta de iniciativa e interés, la desidia y excusas de burocracia, permanece desde hace décadas una placa adosada a la fachada de la Iglesia de San Marcelo, en el epicentro de la capital leonesa. Reza “Falange Española de las Jons. José Antonio Primo de Rivera y Sáenz de Heredia. 1903-1936. Presente”.
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La 'misteriosa' placa en plena democracia
Esta placa fue colocada sin permiso alguno hace algo más de tres décadas, en torno a 1993, por miembros del partido político Falange Española, después de haberse retirado la placa original aprovechando una limpieza de la fachada de la iglesia. Y ha sido durante la mayor parte de los años de la etapa democrática lugar de encuentro de falangistas y nostálgicos del franquismo cada 20 de noviembre para conmemorar la muerte de Primo de Rivera y también del propio Francisco Franco, sin que nunca nadie haya impedido tampoco estos gestos preconstitucionales y antidemocráticos.
Tras décadas de inacción -hubo un intento fallido siendo alcalde Francisco Fernández y concejal Ibán García del Blanco, respectivamente-, el Ayuntamiento leonés ha confirmado haber recibido por fin en septiembre de 2023 una reclamación para exigir la retirada de esa placa. Se reiteró en 2024.
Eso forzó a mover ficha pero iniciando un tira y afloja de meses con el Obispado leonés que hace que aún hoy, incluso inaugurándose este viernes otra placa en la misma zona al otorgarse el nombre de una calle a una nueva cofradía de Semana Santa, todavía permanezca muy cerca el homenaje al falangista. Y nadie parece sentirse competente para su retirada por flagrante incumplimiento de la Ley. Tampoco el Gobierno que, como la Junta de Castilla y León, podría instar a ese cumplimiento, como resalta la Ley de Memoria Democrática 20/2022, en su artículo 35, apartados 3 y 4.
Fuentes municipales del actual equipo de Gobierno socialista, encabezado por el alcalde José Antonio Diez, confirman que tras las denuncias planteadas, “el Ayuntamiento de León se dirigió por carta al Obispado el 2 de abril de 2024 comunicando la petición de la retirada”. Unión del Pueblo Leonés (UPL), en la oposición pero con infinidad de acuerdos con el equipo socialista, insistía públicamente en ello.
Mentiras
La Diócesis que dirige el obispo Luis respondió en menos de un mes, el 6 de mayo de 2024, literalmente: “Estudiaremos todas las circunstancias del asunto y si la placa infringiera dicha norma, procederíamos a su retirada, previa petición de autorización a las autoridades responsables de la protección del inmueble”. Aquí se falta a la verdad: al contrario que en la Colegiata de Santa María de Villafranca del Bierzo, San Marcelo no tiene figura de protección alguna. Es decir, más fácil aún sería quitar la placa, dado que no requiere petición ni autorización a Patrimonio de la Junta de Castilla y León.
La versión de esta misma demora, dada también a ILEÓN desde fuentes del Obispado, es aún más contradictoria y enrevesada. Confirman que “se ha enviado respuesta al requerimiento del Ayuntamiento”, pero no se detalla si la decisión es quitar o dejar la placa falangista. Aducen que “se trata de un proceso administrativo interno sujeto a reserva”. Sin embargo, por otro lado, las mismas fuentes aseguran que desde el templo de San Marcelo, sus responsables eclesiásticos “están abiertos a que se ejecute la resolución que tome el Ayuntamiento en relación con la placa”.
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Dicho de otro modo, dejan en manos municipales la decisión final y de paso culpan al Consistorio de que “a día de hoy no han recibido ningún requerimiento por parte del Ayuntamiento”. Sin embargo, la Ley es clara sobre quién debe tomar la iniciativa: “Cuando los elementos contrarios a la memoria democrática estén ubicados en edificios de carácter privado o religioso, pero con proyección a un espacio o uso público, las personas o instituciones titulares o propietarias de los mismos deberán retirarlos o eliminarlos”.
Caso rodado en Villafranca
En el caso de Villafranca, siendo incluso mucho más complejo por la doble protección patrimonial de la iglesia (es BIC y le afecta el Camino de Santiago, también BIC), todo ha ido rodado: ha tardado menos de un mes, desde que la Junta recibió la petición, tal y como confirman desde Patrimonio, que el pasado jueves otorgó autorización oficial para que pronto se quite la cruz ante la que, según recuerdan muchos vecinos, era obligatorio cantar el himno del 'Cara al sol' en días señalados por el régimen golpista.
En este caso, la iniciativa fue del Ayuntamiento. El joven regidor del PSOE, Anderson Batista, ha promovido la decisión, que también ha requerido el parabién de la Diócesis de Astorga, de la que la parroquia depende en este caso. Patrimonio confirma que en menos de un mes se tramitó la solicitud y finalmente este 27 de enero se acordó oficialmente “autorizar la retirada de la placa que contraviene la Ley de Memoria Democrática en la fachada oeste de la Colegiata de Santa María en Villafranca del Bierzo”. Tan sólo se pone una obligación posterior: “Una vez retirada la placa, se deberá dar a la fachada afectada de la Colegiata un acabado similar al del resto del edificio”.
¿Qué hacer con los símbolos que se retiran?
Nada indica el acuerdo sobre qué hacer con el relieve en piedra, aunque la Ley dicta claramente que deben ser trasladados a depósitos o centros de conservación donde se valore su destino, por ejemplo en este caso, el Museo de El Bierzo o el Museo de León. Sin embargo, otros antecedentes similares han dado al traste con este objetivo de no perder la memoria, poder catalogarla e incluso mostrarla. Tal fue el caso de un escudo franquista en el viejo Laboratorio Pecuario de la Junta en León capital en 2018, que se destruyó en vez de conservarse.
La coincidencia de dos formas de actuar tan contrapuestas en sendos municipios gobernados por el PSOE no son los únicos. En la ciudad de La Bañeza perdura también otro monumento-homenaje “a los caídos por Dios y por España” sólo del bando nacional, con una gran cruz y un farol, en el atrio de la iglesia de Santa María. Son varias las peticiones de retirada que se han presentado, una de las últimas por parte del Foro por la Memoria de León al Ayuntamiento bañezano en 2023, pero sin resultado alguno.
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Otros casos flagantes... algunos en manos de Vox
Ahora mismo coincide que cogobiernan Partido Popular (PP) y Vox, que no consta que hagan nada al respecto, pero tampoco se adoptó medida alguna los muchos años que gobernaron alcaldes del Partido Socialista, especialmente José Miguel Palazuelo, el que más tiempo ocupó el cargo.
Se trata de uno de los nueve monumentos que exaltan el franquismo que Vox de Castilla y León ha intentado evitar que se retiren con la triquiñuela de buscar su protección patrimonial declarándolos BIC, algo que como se ha comprobado en el caso de Villafranca no es óbice para que se cumpla la Ley de Memoria Democrática.