La(s) perspectiva(s) de un ‘castellano-leonés’

No sé si saben que soy de los pocos “castellanos y leoneses” de pura cepa que hay en el mundo, lo que me da una visión peculiar de los paisanos de mi provincia natal...
...pero no se me enfaden, que tiene explicación: mi familia es castellana, de La Rioja, y yo nací en León (de casualidad y por azares del destino nos quedamos a vivir aquí). Mi primer apellido es vasco, procedente de la comarca alavesa de Uribe Kosta, y como digo yo “Alavez” (pronúnciese 'alavés' como si fueran vascos) porque es compuesto: López de Uribe. Mi primer año de vida fue fuera de aquí pero luego mi familia se quedó en esta tierra, que sólo abandoné para ir a estudiar cinco años Ciencias de la Información en Madrid. Mi padre decía: “Uno no es de nace, sino de donde pace” y era un riojano de pro y leonés de corazón genial. Esta peculiaridad de procedencia y nacimiento me ha hecho ser un leonés un poco distinto de los oriundos de pura cepa de aquí... y algún problema que otro me ha dado. De pequeño, con una educación castellana en casa, las cosas se me complicaban porque había giros y expresiones que no entendía ni formas de hacer las cosas. Para mi familia riojana los leoneses eran unos setas mientras que para mí, mis amigos eran gente difícil a veces de comprender para alguien de cultura castellana pero muy noble.
Cuando volví de Madrid, una vez conocido que en León existía una lengua distinta del castellano, ya me hice una idea de que en esta provincia se usaban las palabras de forma diferente a la que yo solía entender. Por supuesto que comprendía lo que era que prestara una cosa y lo que significaba marcharse, pero cuando caían las expresiones 'aguanta', 'arima la puerta', 'melecina' y expresiones variadas como 'vino una nube y trajo piedra' o 'le dio una luna' (para decir que se le había ido la olla a alguien) pensaba que la gente hablaba mal.
¡Cuán equivocado estaba!
“Sin León no hubiera España”
Otra cosa simpática era que en Logroño, la tierra natal de mi familia, mis primos se reían de que todo lo pasado ayer fuera 'hecho' y lo que pasaba hace un momento 'se había hecho' (ellos, que con el pasado dicen “si habría hecho”, y en León 'si hubiera hecho'). Se mofaban de mi forma de hablar. Eso me hizo pensar que, pese a lo que muchos quieren decir, León y Castilla no tenían prácticamente parecidos entre sí en lo que importa: la forma de ser y pensar. Es curiosísimo cómo los que no conocen León han saltado a decir tonterías mayúsculas sobre el primer verso del Himno a León que salió en la manifestación del segundo 16F por la autonomía de León. El “Sin León no hubiera España”, tan conocido aquí como desconocido fuera. Pues alucinen, hay gente atreviéndose a contradecir a la propia Real Academia Española y dando patinazos gordos de Historia. Se han lanzado hoy a decir a los leoneses dos enormes tonterías: una que León no hizo España (hay que alucinar que no sepan que la idea medieval de España es del Reino Asturleonés); y dos: “No es hubiera, es habría”... saltándose todas las reglas del pretérito pluscuamperfecto de subjuntivo como si no hubieran asistido ese día a clase de Lengua en el colegio. La ignorancia con León es tan enorme en España que hay que soportar contestaciones en TwiXter tan estúpidas como estas.
Así que cuando en mi segundo año de prácticas en La Crónica de León Óscar Campillo me dejó un mes al frente de la sección de Comarcas, yo me acojoné vivo. ¡Si no conocía dónde estaba La Bañeza! Más allá de lo que era coger el tren de Matallana (mis queridos San Feliz de Torío, Aviados y La Vecilla) no conocía la provincia. Pero fue una idea fantástica, porque trabajé en información de la provincia más de 12 años. Ahí sí que así conocí cómo eran los leoneses.
¿Cómo son los leoneses?
Gentes muy tranquilas, casi anodinas, pero a las que no les toques la tierra. Sea por expropiación, la discusión sobre los límites de las fincas y la posición de las murias, que les vayan a poner un vertedero (“la basura de mi pueblo en mi pueblo, no la de los demás pueblos en el mío”, es un ejemplo), o porque alguien quiera controlar su Junta Vecinal con la que hacen los quiñones de reparto anual... se puede montar un 'cristo' de narices.
La verdad es que fui encontrando expresiones fantásticas en los pueblos: “Le dió una luna”, dijeron unos ancianitos de Herreros de Rueda para explicar cómo se había vuelto loco un vecino y mató a tres personas el día del Corpus (aquello fue terrible); “vino una nube, cayó piedra y se lo llevó todo”, para decir que el pedrisco había arrasado la cosecha... “no me quiso dar las melecinas”, porque la miel es medicina para los leoneses y, por comparación, sale esa palabra. Y también me dí cuenta de las diferencias notables entre un leonés y un castellano. Sobre todo a la hora de poblar la tierra (pueblos pequeños muy cerca unos de otros), gestionarla (reparto de aprovechamiento de tierras y montes vecinales que son de todos los del pueblo), explotarla (aquí hay una ganadería importantísima mientras que en Logroño es mucho menor) y comérsela (el cordero en León se hace con especias, en La Rioja sólo con agua y sal, y les aseguro que la diferencia es notable).
Y encima soy de León capital –mi familia es de Logroño capital y mi abuela Paquita de Buenos Aires, hija de indiano de la capital riojana, así que soy urbanita perdido–, un lugar donde todo el estrato social está estructuradísimo, como si de un cuartel militar se tratara (es que esto era un cuartel militar con los romanos y en la Edad Media, leñes). Así que cualquier leonés sabe perfectamente quién es quién, aunque no le conozca, por su forma de moverse. Sabe quién tiene dinero, quién es de familia de munícipes (es sorprendente ver los nombres de corregidores, alcaldes y concejales a lo largo de la Historia en el archivo municipal, los nombres se repiten y repiten), quién aparenta tener dinero y no tiene un duro...
Vamos, que el leonés es listo, observador y azorrado, siempre esperando a lo que hacen los demás para aprovecharse de la situación. Decía una persona que llevó a la quiebra un proyecto de 400.000 euros muy bien creado, pero muy mal criado (un periódico digital llamado Peatom), que el apelativo de 'cazurro' no significaba lo que dice la RAE (“Malicioso, reservado y de pocas palabras. Tosco, basto, zafio. Torpe, lento en comprender”), sino que provenía del árabe al-Q'Zur (“el que es un zorro”) y que los demás han malentendido esa cuestión. O que los castellanos, que se independizaron de León –y por eso la madre (León) no puede ser la hija y jamás será castellana por mucho que se equivoque todo el mundo– usan esa palabra como insulto al ser en su momento el más cerril enemigo y por eso la han transmitido así al Diccionario de la Lengua Española.
Y creo que tiene razón, el leonés es observador, listo y presto a aprovechar el momento. Si usted suelta un leonés fuera de la provincia, lo más probable es que se haga amigo de los segundos en la escala social porque sabe que si se queda con los de abajo tendrá que esforzarse en subirla; y si le echa narices, que le resulta muy fácil porque no ve trabas ni el caciquismo propio de su tierra, llegará a ser conocido de los primeros... a los que no se acercará antes porque ni es propio ni es el momento. El leonés tiene una pregunta fundamental: no es “¿Quién es ese?” sino “¿Y ese qué hace?”.
Luego están las circunstancias. Es cierto que los leoneses son muy criticones. ¡Si hasta a su Rey le exigían que les juzgara fuera cual fuera su condición social en el 'Locus Apellationis'! “¿Que un noble me molesta yo que soy tendero? ¡A juicio! Y es el Rey quien lo ha de dirimir... y si no lo hace... pues le cortamos la cabeza o ponemos a otro y ya está”. Es cierto también, y es lo más sorprendente, que son leonesistas de bandera pero tienen vergüenza de su lengua (algo inexplicable, la verdad) y de su Cultura.
Aparte de que los que no se saben mover en este entramado social son envidiosos y muestran su mayor defecto en el hayque. Son los “hay que hacer esto, lo otro y más allá”, pero NUNCA hacen nada. Y, sobre todo, machacan al que sí lo hace.
Pero también los leoneses son muy cultos. ¿Sabían que en el siglo XIX se solía denominar 'omañeses' a los maestros? Porque era una comarca alfabetizada por completo. Tenemos el Filandón, escritores de reconocido prestigio con premios nacionales a patadas, periodistas copando altas direcciones en Madrid. Somos expertos en contar historias, en gestionar información, y encima, vivimos en una ciudad donde con un sueldo pequeño se vive fenomenal (comparado con Madrid, lo cual nos hace más competitivos). Tenemos una característica importantísima para el mundo de la información que nos viene perfecta. Y debemos aprovecharla como sea.
León no es Castilla ni puede serlo
En resumen. Debido a mi peculiar origen y relación casi 'esquizofrénica' con la tierra de mi familia y nacimiento, puedo asegurar que León se parece a Castilla como un huevo a una castaña. Además, León es la madre de Castilla (y Portugal), así que mal va a ser la madre su hija. Que esta tierra es mágica, porque en cada casa hay un tesoro. Desgracia es que los leoneses buenos tienen que emigrar: entre policías, guardias civiles, militares y funcionarios de prisiones el porcentaje de leoneses es abrumador, llegando al 25% en algunos casos. Pero quedan algunos aquí que, si pasan de los tóxicos hayque y hacen de verdad, con el cambio tecnológico que viene encima pueden convertir a León en el amo del cotarro. Recuerden un dicho de Sócrates: “No hay mayor placer para un hombre o una mujer inteligente que hacerse el tonto delante de un tonto que cree ser inteligente”.
¿El leonés cazurro? Sí, ya. Listo como un zorro; de tonto no tiene un pelo. Que los de fuera piensen lo que quieran que ya verán cómo se las lía. Y más con los mimbres que tenemos para el León 3.0; aprovechémoslo y dejemos de ser hayques... y hagamos, que para un leonés sólo es ponerse... ¿No reconquistamos la península y conquistamos América? ¡Pues ahora toca invadir internet con el mensaje de que es de justicia para toda España que León tenga su propia autonomía (y Castilla de paso, de regalo) y así tomar las riendas de nuestro futuro!
Como hicimos de nuevo ayer y haremos todas las veces que haga falta por el Futuro de León y su Autonomía.