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Los movimientos del diputado macrista

Ritondo se desligó de las sospechas en su contra con un llamativo chat al PRO

Ritondo, jefe de la bancada del PRO en Diputados, quedó esta semana en el centro de la atención por las sospechas sobre su patrimonio y el de su esposa.

Mauricio Caminos

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Cristian Ritondo no apareció en la escena pública durante toda la semana desde que elDiarioAR expuso el domingo pasado la compleja trama de sociedades y propiedades sin declarar en Miami de su esposa, Romina Aldana Diago, pero estuvo activo en las sombras. Con movimientos calculados, buscó convencer a propios y ajenos de que la causa penal presentada el lunes en Comodoro Py por la investigación periodística no tendría asidero. Los destinatarios de esos mensajes fueron, principalmente, Mauricio Macri y los 36 diputados que dirige como titular de la bancada del PRO.

La primera reacción de Ritondo, según pudo reconstruir este medio, fue consultar con sus abogados. Entonces ensayó una sutil explicación pública que apareció solapadamente en el diario Clarín el lunes en una nota en la web. Fueron unas breves líneas: “El diputado argumenta que todas las operaciones tienen más de diez años y que la información sobre las sociedades está ‘mezclada’”, se leé en la nota que no tiene firma.

Ni el legislador ni su entorno respondieron a las sucesivas consultas realizadas por este medio durante los últimos días. Antes de que la investigación saliera a la luz, los colaboradores de Ritondo habían pedido incluso una prórroga de tiempo para responder un cuestionario enviado por elDiarioAR. Esas preguntas nunca se contestaron.

En la investigación hay bastante información que está mezclada y descontextualizada. En el PRO siempre hicimos lo correcto, y esta no será la excepción

Parte del mensaje de Ritondo en el chat del PRO

Siendo un dirigente con peso propio en el PRO, incondicional a María Eugenia Vidal pero fiel a los movimientos de Macri, Ritondo consiguió rápido un blindaje interno. Lo respaldaron con un sugestivo silencio desde las facciones contrarias, como las de Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta. “No tengo porqué bancarlo, pero lo banco”, aseguró en estricto off un diputado amarillo que para nada comulga con su estilo político.

Entre el lunes y el miércoles, Ritondo tuvo contacto telefónico con varios de sus compañeros de banca. Hubo quienes lo llamaron preocupados por las revelaciones. A esos interlocutores les repitió el mismo argumento de que la información publicada sobre las sociedades en Miami y paraísos fiscales no es correcta. 

A mediados de semana, Ritondo hizo un descargo político llamativo: en el grupo de WhatsApp de los diputados del PRO se desligó de la denuncia y dijo que en el momento que considere oportuno dará sus explicaciones, confirmaron tres miembros distintos del chat. 

“Cuando lo crea conveniente y por el canal que decida, Ritondo seguramente dará las explicaciones necesarias. Según dijo, en la investigación hay bastante información que está mezclada y descontextualizada. En el PRO siempre hicimos lo correcto, y esta no será la excepción. Cuando se lo requieran, brindará detalles a las autoridades competentes, acorde a la ley”, se leyó en el grupo. Ante el curioso uso de la tercera persona, una fuente justificó: “Es lo que él mandó”. Otro legislador apuntó: “Fue eso y no mucho más. No avanzó en ninguna explicación”.

Sin actividad oficial en el Congreso porque ya no hay sesiones ordinarias –y tampoco se llamó a extraordinarias–, el legislador puede evitar por ahora transitar los pasillos parlamentarios y esquivar las consultas periodísticas. Sin embargo, el tema se coló en la cotidianeidad del Palacio. El propio titular de la Cámara de Diputados, Martín Menem, fue abordado en el brindis de fin de año y hasta en una entrevista en el Canal 11 de Salta. El riojano reveló que no habló con Ritondo y ratificó que cualquier denuncia tiene que ser investigada por la Justicia. En los aliados libertarios entendieron que “es un tema delicado”.

Al final de la semana, Ritondo tuvo una prueba de fuego. Como presidente del PRO en la provincia de Buenos Aires, se lo esperó en vano este viernes en la cumbre partidaria del Consejo Nacional del PRO en el Abasto Hotel, con Macri a la cabeza. Su nombre estaba desde el miércoles en la lista de los “confirmados”. Hubo un interés especial entre los operadores amarillos para encontrar su apellido en el listado, un dato anecdótico que revela el clima interno que se generó en el partido en los últimos días por las sospechas sobre su espada legislativa.

Sin Ritondo, a Macri lo terminaron rodeando en el escenario del salón de conferencias del hotel a las 9 de la mañana su primo Jorge Macri, jefe de Gobierno porteño; los diputados Vidal y Diego Santilli; Soledad Martínez, intendenta de Vicente López y vicepresidenta del partido a nivel nacional y bonaerense; Fernando de Andreis, mano derecha del ex mandatario, y Facundo Pérez Carletti, secretario general del PRO.

El faltazo de Ritondo le evitó a Macri y al partido la presión de tener que hacer una muestra explícita de apoyo. Con su silencio, el expresidente lo terminó apañando. Solo habló al respecto Vidal, que en rueda de prensa buscó bajarle el tono a las sospechas: “Lo que hay es sólo una denuncia”, dijo.

La ausencia en la cumbre partidaria también evitó que él fuera el foco de interés, algo que Macri evidentemente no quería, porque aprovechó el evento para hacer una fuerte baja de línea interna. Primero, sorprendió al intervenir el partido en Córdoba, donde está dominado por dirigentes referenciados en Larreta y Bullrich. Luego, desglosó en su discurso algunas críticas al Gobierno por su “destrato permanente” pese al apoyo incondicional en votaciones clave en el Congreso. Entonces, sin mencionar a Ritondo, Macri dijo que “[conducir] el bloque de Diputados la verdad que es una tarea descomunal”.

Aunque Ritondo no fue al hotel, sí lo hicieron algunos de sus colaboradores más cercanos. Ante la pregunta sobre cómo estaba el ánimo del diputado, una voz que lo conoce aseguró: “Súper”. Y cuando se consultó sobre por qué se ausentó pese a haber confirmado su presencia, la respuesta quedó en el aire. Otro operador bromeó con una explicación: “No llegó. Pincho cubierta el Uber”.

MC

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