Cientos de personas visitan el cuerpo incorrupto de 'La Siervita' en La Laguna

La Siervita, expuesta para los visitantes en La Laguna.

Tenerife Ahora

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El Convento de Santa Catalina de Siena de La Laguna recibió un año más la visita de cientos de personas, que quisieron visitar a La Siervita en el 294 aniversario de su fallecimiento. La ciudad, como cada 15 de febrero, volvió a rendir culto a esta figura tan representativa para su patrimonio histórico.

El segundo teniente de alcalde lagunero, Fran Hernández, y el alcalde de El Sauzal, Mariano Pérez, fueron los encargados de realizar la tradicional ofrenda, en representación de ambos consistorios, a Sor María de Jesús. Los dos representantes institucionales compartieron con el resto de fieles una jornada de sábado marcada por la devoción a esta religiosa, que falleció el 15 de febrero de 1731.

El también edil de La Laguna señaló que “cada año, son más las personas que desean venir hasta nuestro casco histórico para formar parte de este tradicional acto de veneración, que tanta expectación despierta entre la población, tanto local como visitante”. “Este es nuestro particular homenaje a una mujer que dedicó su vida a la labor religiosa y a asistir a la población lagunera que más lo necesitaba”, agregó.

Sor María de Jesús La Siervita nació en el Sauzal en 1643 y se trasladó a La Laguna tras el fallecimiento de sus padres, donde ingresó en el Convento de Santa Catalina de Siena hasta los 88 años de edad.

Durante su vida ya se le atribuyó la realización de diferentes milagros e incluso el célebre corsario Amaro Pargo, con quien mantuvo una larga amistad, defendía este punto.

El 15 de febrero de 1731 Sor María de Jesús falleció en el convento. Sin embargo antes de morir cayó en un éxtasis que duró tres días en las que conservó las pupilas claras más de 24 horas, manando sangre fluida en las venas y sulfuraba un líquido transparente que mantuvo su fragancia a jazmín hasta varios años después. En el momento de su muerte Sor María tenía 87 años.

Tres años después de su muerte, su cuerpo es encontrado incorrupto. Se descubrió que la tierra de su sepultura estaba húmeda y que los hábitos de la monja estaban empapados. Es por éste motivo de incorruptibilidad milagrosa por el que se decide mantener el cuerpo de Sor María de Jesús en el convento.

Tres años después de su fallecimiento fue realizada una pintura con la imagen de la monja por petición de Amaro Pargo, este retrato fue dibujado por el artista José Rodríguez de la Oliva. Estos retratos “post-mortem” han sido los más difundidos de La Siervita a lo largo de los siglos, siendo reproducidos en grabados, óleos, estampitas, sellos e incluso han servido de base a estatuas, tales como la que se encuentra en el Museo de La Siervita en El Sauzal.

Actualmente su cuerpo incorrupto se conserva en el Convento de Santa Catalina de Siena en La Laguna. Cada 15 de febrero (aniversario de su muerte) su cuerpo es expuesto al público en un sarcófago con cubierta de cristal, ante las masivas peregrinaciones de devotos que desean ver a la Monjita Milagrosa de Tenerife, dicho sarcófago solo puede ser abierto con tres llaves, una está en posesión de las monjas del convento, otra del Ayuntamiento de La Laguna y una tercera es propiedad de los descendientes de Amaro Pargo, dichas llaves giran en diferentes sentidos que sólo las monjas conocen, según lo han aprendido a través de generaciones. El cuerpo de La Siervita se conserva en un estado extraordinario desde hace 294 años.

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