El conflicto laboral en las clínicas privadas de Las Palmas se enquista mientras el Gobierno proyecta más derivaciones

“Nos oponemos a que el Servicio Canario de Salud (SCS) concierte con clínicas privadas que no son capaces de establecer, renovar y firmar convenios colectivos decentes para con sus trabajadores cuando están teniendo unos beneficios enormes (entre otras cuestiones, por las propias derivaciones) y racanean hasta el extremo subidas salariales y mejoras laborales para profesionales del sector”. Así resumía hace dos semanas Juan Navarro, secretario general de la Federación de Sanidad y Servicios Sociosanitarios de CCOO en Canarias, la posición del sindicato sobre la idea del Gobierno de Canarias de derivar consultas de especialistas médicos a la sanidad privada para intentar reducir la espera media de cinco meses por una cita en la pública, la más alta del país.
Apenas unos días después, CCOO (sindicato mayoritario en la sanidad privada en la provincia de Las Palmas) y el resto de centrales con representación en el sector (UGT, CSIF y SICS) han dado por rotas las negociaciones del nuevo convenio colectivo ante lo que consideran una “falta de compromiso” y de “voluntad real para el diálogo” por parte de la patronal. Las negociaciones se iniciaron hace ya más de un año y la última reunión se celebró el pasado viernes 14 de febrero.
Los sindicatos reclaman una subida salarial “que refleje una mejora real” de las condiciones del personal y que les permita “recuperar el poder adquisitivo perdido”. Las centrales han convocado una asamblea para el próximo lunes con el objetivo de definir los próximos pasos y decidir si retoman las concentraciones ante las clínicas privadas. “Esperamos no tener que llegar al punto de la huelga o los parones, pero no lo descartamos”, advierte Romina Puga, portavoz de CCOO.
El último convenio de las clínicas privadas se firmó en 2018 y venció en diciembre de 2023, momento en que la patronal solicitó la apertura de las negociaciones para rubricar un nuevo convenio colectivo. La mesa se constituyó en enero de 2024.
Al principio de la negociación, los sindicatos reclamaban una mejora retributiva de un 36% en un trienio (un 12% cada año). Esas aspiraciones iniciales han ido menguando y la última propuesta reducía a la mitad el incremento salarial, del 12 al 6% anual para los ejercicios 2025, 2026 y 2027. La patronal, en cambio, ofrecía el año pasado un incremento total del 10% (un 5% en 2024; un 2,5% en 2025, y otro 2,5% en 2026), un porcentaje que subió en las últimas reuniones al 11% (un 6% para 2025; un 3% para 2026, y un 2% para 2027).
A juicio de los representantes de los trabajadores, la propuesta de las clínicas supone “una mejora mínima” para las categorías que en la actualidad perciben el Salario Mínimo Interprofesional, mientras que para el resto “no habría una subida salarial real”. “Teniendo en cuenta el coste de la vida, nos parece un porcentaje insuficiente”, resume Puga, que incide en los beneficios que acumula el sector sanitario privado en la provincia de Las Palmas. En 2022, sus ganancias superaron los 22 millones de euros, según los balances publicados.
“A lo largo de este proceso, hemos intentado llegar a un punto intermedio que contemple tanto la propuesta de los sindicatos como la de la patronal. Sin embargo, no ha existido un acercamiento real por la otra parte, lo que ha llevado a que, finalmente, se haya roto la mesa de negociación”, señala CCOO. El sindicato recalca, en este sentido, que los trabajadores incluso han renunciado a la retroactividad en el pago (las mejoras que hubieran correspondido al año 2024, cuando el convenio ya estaba vencido), puesto que la patronal sostenía que se trataba “de un desembolso importante”.
Complementos que neutralizan subidas
También hay discordancia con los llamados complementos salariales absorbibles, esto es, aquellas retribuciones variables que neutralizan futuras subidas salariales. “Aunque por convenio (el vigente de 2018 a 2023) nos tenían que subir un 2,5% aproximado anual, lo que hacían es que nos bajaban el importe de ese complemento absorbible y nos subían el salario base, con lo cual seguíamos cobrando lo mismo”, explica Puga, que añade que en algunas clínicas, incluso, se quita este plus “cuando se hacen horas extras o el turno de nocturnidad”, por lo que “no hay un incremento real”.
Los sindicatos plantearon en un principio que no se pudieran absorber ni compensar estos complementos para el personal que percibiera una retribución anual inferior a los 45.000 euros. Tras el rechazo “rotundo” de la patronal, la parte social propuso bajar ese tope hasta los 35.000 euros, mientras que las empresas del sector querían reducirlo aún más y limitarlo a los trabajadores que perciben entre los 20.000 y los 22.000 euros al año. Ya por último, las centrales sindicales volvieron a bajar sus pretensiones fijando topes de entre 25.000 y 35.000 euros, pero tampoco ha habido acuerdo.
La parte social precisa que, aún dando por rotas las negociaciones, ha solicitado a la patronal una revisión de las tablas salariales de 2024 y 2025 con la finalidad de que los trabajadores “no vean mermado su poder adquisitivo”. Los sindicatos explican que, hasta el momento, las empresas “se han negado en rotundo”, puesto que quieren analizar cómo repercute la subida del salario mínimo (de 1.134 a 1.184 euros al mes, en 14 pagas) recientemente aprobada.
Además del incremento salarial, los trabajadores solicitaban cuando se constituyó la mesa una reducción de la jornada laboral (de 40 a 37 horas semanales y de 1.826 a 1.674 horas en el cómputo anual). Esta propuesta ha quedado fuera de las negociaciones porque el pasado 4 de febrero el Consejo de Ministros presentaba el anteproyecto de ley para la reducción de la duración máxima de la jornada ordinaria de trabajo, de 40 a 37,5 horas semanales, tras el acuerdo alcanzado con CCOO y UGT.
En cuanto al resto de mejoras solicitadas, “tampoco se han acercado posturas”, explican desde CCOO. Por ejemplo, con las ratios de personal por paciente. Los sindicatos reclamaban tres profesionales de enfermería y tres auxiliares de enfermería por cada 25 camas de hospitalización en el turno de mañana; dos y dos en el de tarde y uno y dos en el de noche. También pedían que hubiese un enfermero o enfermera por cada cuatro pacientes en las áreas de urgencias. “Las ratios no se cumplen y tampoco se han tocado en la mesa de negociación”, concluye Puga.
La parte social no aprecia un “compromiso y voluntad real” de la patronal para mejorar las condiciones de los trabajadores pese a los “beneficios millonarios” que registra la sanidad privada en Las Palmas y a la previsión de un incremento de ingresos por la vía de la concertación. Hay que recordar que el verano pasado el Gobierno de Canarias incrementó los precios que abona a las clínicas privadas por los servicios prestados y que hace tan sólo dos semanas la Consejería de Sanidad anunció su intención de derivar a este sector consultas con especialistas médicos para reducir la lista de espera.
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