Cuando el frío y la soledad matan: hallan el cuerpo de un joven en los alrededores de un centro de acogida en Vallecas

Un joven sin hogar fue encontrado sin vida este martes en las inmediaciones del centro de acogida El Vivero, en el Camino del Pozo del Tío Raimundo del distrito de Villa de Vallecas, en Madrid. Su nombre era Abdelkader, tenía 29 años y era de origen argelino.
Dos educadores sociales hallaron su cuerpo alrededor de las 17.00 del 18 de febrero. Una de ellas formaba parte de un proyecto sobre el terreno y en la calle para la prevención de las violencias urbanas, con el que el Ayuntamiento de Madrid dejó de contar en noviembre para reforzar sus equipos propios.
Pese a ello, como la educadora relata a Somos Madrid, mantienen el contacto con personas que atendieron. Una de ellas era Abdelkader. “Estábamos buscando en esa zona a otra persona diferente que está desaparecida desde hace un mes”, explica esta trabajadora social que prefiere no revelar su identidad. Apunta que el fallecido se habría quedado sin plaza en la campaña municipal contra el frío: “Parece que nadie le atendía”.
Desde el área de Políticas Ayuntamiento de Madrid defienden que han mantenido “una atención sociosanitaria sostenida en el tiempo con esta persona a través de diferentes recursos municipales, como los servicios sociales y el centro de acogida Vivero”. Señalan que estaba inscrito en el Centro de Atención Sociosanitaria Integral Hermanos Álvarez Quintero, dirigido a personas con adicciones o sin hogar. “También se le estaba prestando apoyo profesional ante la problemática de adicciones que presentaba en el Centro de Atención a las Adicciones de San Blas y contaba con seguimiento de los equipos de calle de proximidad de Madrid Salud”, apostillan. Respecto a la Campaña del Frío, dicen que “debió abandonarla en dos ocasiones: una por incumplir las normas de convivencia y otra por un comportamiento que puso en riesgo la seguridad de los profesionales que trabajan en el recurso”.
Un caso complejo que ilustra la necesidad de “adaptar los mecanismos”
Visiblemente afectada, la educadora que encontró el cuerpo explica que estas sanciones necesitan una remodelación: “Si te expulsan cinco días no solo pasas fuera ese tiempo. Implica que debes empezar de cero el proceso, y acabas quedándote más de un mes (con suerte) en la calle. Acabas condenando a las personas más vulnerables”.
La situación le causa aún más impotencia debido a que el joven había demostrado siempre una enorme capacidad para enfrentarse a las burocracias: “Era un chico espabilado. Ha llamado a muchas puertas él solo. El problema es que nunca ha recibido la ayuda que necesitaba, así que imagina lo que puede pasarle a tantas personas en situaciones parecidas que no cuentan con las habilidades sociales que él tenía”.
Era un chico espabilado. Ha llamado a muchas puertas él solo. El problema es que nunca ha recibido la ayuda que necesitaba, así que imagina lo que puede pasarle a tantas personas en situaciones parecidas que no cuentan con las habilidades sociales que él tenía
La educadora expone que Abdelkader era un chico perteneciente al colectivo LGTBIQ+ con problemas de salud mental, lo que unido a su condición de migrante solicitante de protección internacional y persona sin hogar le dificultaba mucho cumplir los requisitos de la mayoría de servicios sociales: “En las plazas LGTBIQ+ no suelen coger personas con problemas de salud mental, mientras que en las de salud mental solo atienden determinadas enfermedades”.
El joven ya pasó una primera etapa en Madrid hace años, hasta que en 2022 se marchó al prosperar provisionalmente un recurso de protección internacional en otro punto del país. Cuando esa plaza no llegó a materializarse regresó a la capital, en junio del año pasado.
La trabajadora social lamenta las dificultades y limitaciones que presenta la campaña municipal de acogida contra el frío: “El funcionamiento es muy complicado. Hay personas a las que llevo intentando que se les asigne plaza desde el 14 de enero sin éxito”. Critica además la falta de empatía en algunos de estos servicios: “Contestan automáticamente que no hay sitio. Los chavales se encuentran casi con robots, organismos incapaces de responder a sus necesidades. ¿Cómo buscas a una persona sin hogar? En el servicio que cerró el Ayuntamiento conocíamos a los chavales y teníamos herramientas más cercanas para dar con ellos”.
Matiza que no quiere reprender con ello a la plantilla de los servicios sociales municipales: “Deben de estar saturados. No es culpa de ellos, es que no se ponen recursos institucionales para atender a estas personas así de vulnerables. Creo que es importante adaptar los mecanismos a la situación de estos chavales jóvenes sin hogar con mayor movilidad, son otros perfiles a por ejemplo las personas mayores que no tienen un techo”. Destaca la importancia de una labor de cercanía, capaz de ganarse la confianza de estos jóvenes y de establecer vínculos.
Allegados de Abdelkader organizaron este miércoles una concentración en su memoria en el propio Camino del Pozo del Tío Raimundo, “el lugar donde vivió y murió” según rezaba la convocatoria. El lema fue “la calle mata, la falta de acogida también”.
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