La industria está de fiesta
—Esta es la fiesta de la celebración —arenga Luis Ventura, confuso, con el saco desaliñado—. Esta es la fiesta de la industria. Esta es la fiesta de la televisión más poderosa de todos los medios de comunicación.
En el salón, el espacio entre las mesas es amplio como una pista de aterrizaje en el desierto. Pasan mozos con bandejas poco vistosas, sin chocarse entre sí. Algunas caras reconocibles aparecen en las inmediaciones del escenario: Marcelo Bonelli, Jonatan Viale, Aníbal Pachano, Luis Novaresio. El anonimato se expande más allá de la tercera o cuarta mesa. En las más alejadas, es posible que estén sentados hasta los camarógrafos, tiracables y recepcionistas de Aptra. La industria es un espacio en que la persistencia, a la larga, siempre es premiada. Transmite el canal América TV.
—Acá está la noticia, el instante, la actualidad.
Ventura fuerza el entusiasmo, como si sus palabras fueran capaces de construir una realidad alternativa. A causa de la pandemia, se excusa, este año harán entrega de los premios correspondientes a 2022 y 2023. Luego anuncia las futuras entregas de los Martín Fierro del fútbol y del teatro, que se suman a las tres o cuatro que ya se realizaron este año, y subraya que la de hoy está dedicada a la televisión por cable. Para finalizar, elogia el servicio de gastronomía y la seguridad privada.
—Morfen, festejen —dice—. Festejemos esta industria.
El clima en general es distendido. Hay comida y bebida y todos se sienten inclinados a darle la razón. La noche amenaza con ser larga, y la fiesta recién empieza.
Media hora después
La atención mengua a medida que se suceden los premios, la mayoría de las veces por duplicado, a programas emitidos durante distintos años. En ocasiones, da la impresión de que los mismos premiados no recuerdan de qué se trataba la emisión de la que formaban parte. El ambiente se tensiona por primera vez con la premiación de La cruel verdad, el programa conducido por Esteban Trebucq en A24 durante 2023.
—Escuchamos al pueblo trabajador, creo que supimos ver lo que estaba pasando sobre el país —se vanagloria el periodista, con la estatuilla en la mano—. Porque el año pasado se impuso la mayoría silenciosa sobre la minoría ruidosa. Es un dato, es la realidad.
Un murmullo se extiende por el auditorio. Trebucq saca pecho.
—La cruel verdad es que durante dos décadas se afanaron la verdad —dice—. Se la robaron, o lo intentaron. Pero, ¿saben qué? No pudieron. Gracias, Aptra.
Treinta o cuarenta minutos más tarde, una réplica parece llegar desde el discurso de Rolando Graña, acreedor de un Martín Fierro por el mejor Programa de Interés General 2023.
—Mi solidaridad con Marcelo Longobardi, con Ernesto Tenembaum, con María O´Donnell, con Facundo Pastor y con tantos colegas que han sido tratados injustamente de ensobrados —dice Graña.
La cámara se detiene en Guillermo Andino, que se hunde en su asiento.
—Nosotros solamente somos cronistas. Nos equivocamos, en todo caso. Pero no somos ensobrados. Los ensobrados son los que están en el poder.
Todos aplauden.
Una hora más tarde
Miguel Ángel Rodríguez presenta un homenaje a la actriz China Zorrilla, a diez años de su fallecimiento. El público está disperso, hablando visiblemente sobre cualquier cosa.
—Se preguntarán por qué estoy acá —dice—. Yo también me lo pregunto.
No se entiende si es una excusa o un chiste. Por las dudas, el público aplaude. Sobrevuela la pregunta de qué tiene que ver la actriz uruguaya con la televisión por cable. La duda se diluye rápido. El homenaje es aceptado como parte de la función, o directamente se lo ignora.
A los 15 o 20 minutos
Ganadora del Martín Fierro a la Mejor Conducción Femenina de 2023, Carolina Amoroso sube al escenario con una bandera venezolana.
—Venezuela libre —se le quiebra la voz, conmovida, desproporcionada—. El pueblo que tanto, tanto, tanto me inspiró. Sepan que un día, más temprano que tarde, va a llegar la libertad. Y les pido, por favor, a los colegas, que no hagamos un periodismo que crea en una equidistancia boba, hagamos uno que entienda que a las cosas hay que llamarlas por su nombre, que no es el trabajo de los periodistas pararnos a mitad del camino entre los victimarios y las víctimas.
No todos aplauden. La cámara muestra a Marina Calabró y Rolo Barbano besándose.
Siete u ocho estatuillas más tarde
A esta altura todos comieron, bebieron y la mayoría fue premiada. Muchos ya se retiraron. La atención es escasa y se vuelve notoria la inquietud por finalizar el evento. Eduardo Feinmann obtiene un galardón.
—Lo reciben sus compañeros —aclara Karina Mazzocco.
—No soy Eduardo Feinmann —aclara uno al micrófono, con la estatuilla entre sus manos—. Él no pudo estar acá, se levanta muy temprano.
—Felicitaciones por este logro —concluye Leo Montero.
Se van sin aplausos.
A las 23:57
Karina Mazzocco y Leo Montero no se ponen de acuerdo en la denominación del rubro que presentan. Él dice que se trata de “Producción integral de TV” mientras que ella asegura que se llama “Producción general de TV”.
—Producción integral-general —concluye Montero, ecuménico.
El ganador es Facundo Pedrini, de Crónica TV.
—Crónica produce desde la ausencia —dice, luego de agradecer a Aptra, a sus colegas, a su familia y amistades—. Es un canal que cuenta lo que no sale en ningún lado. Ausencia de historias, ausencia de portales, de política, ausencia de Estado, ausencia de Dios —el silencio se vuelve místico—. Es un momento extraño en la comunicación, donde todo el mundo habla de comunidades. Yo prefiero seguir hablándole al pueblo argentino, y seguir produciendo un canal que hace de la solidaridad, y no de la sensibilidad, una manera de narrar.
Los aplausos son módicos. Montero lo despide del escenario:
—Muy amable —dice.
Cinco estatuillas después
Homenaje al programa A dos voces, que ya lleva 30 años al aire, y en particular a su conductor histórico, Marcelo Bonelli. Pasan un clip con imágenes de Bonelli entrevistando a Carlos Menem, Néstor Kirchner, Lula, Hugo Chávez, Mario Vargas Llosa y Javier Milei. Cuando finaliza el video, aparece Bonelli en el escenario con una gigantografía de sí mismo al fondo.
—Nuestro compromiso con el periodismo, nuestro compromiso con la verdad y nuestro compromiso con la gente que nos escucha —dice el veterano conductor, con emoción—. Todo lo demás es cartón pintado.
Barbano y Calabró siguen besándose. Luego, ella consulta algo en su teléfono celular.
A la una y cinco de la madrugada
A dos voces obtiene el Martín Fierro de Oro 2023. Luis Ventura se los entrega a los conductores.
—Se hizo un poco largo, pero ameritaba —se excusa Karina Mazzocco.
Bonelli vuelve a dirigirse al público.
—Sólo quiero decir que siempre hay agresiones en la política, hay roces siempre —dice—. Ahora, hace deiz años. Nuestra respuesta tiene que ser el trabajo honesto, el trabajo sincero, transparente, y cumplir con nuestro rol. Que los demás digan lo que quieran. La consigna mía es: “viva el periodismo, carajo”.
Los aplausos son escasos pero unánimes. Calabró y Barbano ya no están presentes. Para entonces, en realidad, en las mesas de Costa Salguero ya no queda casi nadie.
Miércoles a la noche en TN
Bonelli y Edgardo Alfano exhiben las cuatro estatuillas obtenidas, incluyendo la de oro, y agradecen nuevamente a Aptra. Luego presentan un informe sobre el senador Edgardo Kueider, detenido en Paraguay con US$200.000 en efectivo.
—Escándalo en el Senado —titula Bonelli.
Zócalo: Senador K detenido.
La información es escasa: el dinero estaba en negro y, según Bonelli, el Senador quedará detenido. Luego, presentan un panel con Francisco Paoltroni, Lourdes Arrieta, Martín Tetaz y Margarita Stolbizer. Los invitados felicitan a los conductores por los premios Martín Fierro obtenidos. El bloque cierra con una discusión sobre la corrupción del kirchnerismo, el posible pacto con Milei y la necesidad de la ley de ficha limpia.
SR/DTC
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