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PSC y Ciutadans, dos propuestas diferentes para seducir a un electorado similar

Arrimadas e Iceta se reunieron para hablar de una posible moción censura a Puigdemont

Arturo Puente

Un veterano socialista que conoce a la perfección todos los resortes administrativos frente a una joven liberal que cinco años se ha convertido en jefa de la oposición. Los perfiles de los candidatos Miquel Iceta e Inés Arrimadas son la más evidente de las diferencias entre dos partidos que buscan marcar un discurso propio en la competición por un electorado similar.

En las elecciones del 21 de diciembre dos batallas se avanzan sin cuartel: en el lado independentista la que protagonizarán los aliados pero rivales ERC y la antigua Convergència. Pero, por el lado del constitucionalismo, la pugna no es menos apretada. Ciutadans y el PSC luchan por ser el partido hegemónico en el bloque contrario a la independencia y, según las encuestas, Iceta tiene posibilidades de desbancar a Arrimadas.

La base electoral por la que compiten es la que antiguamente ocupó el PSC y, en parte, el PP. La polarización nacional hizo que, el 27 de septiembre de 2015, aquellos electores castigaran a los socialistas, que venían de defender un referéndum pactado en tiempos del exprimer secretario Pere Navarro, optando por Ciutadans como nítida opción anti-independentista. Ahora los proyectos con los que se presentan tanto PSC como Ciutadans tratan de diferenciarse para volver a seducir a un electorado que ambos sienten suyo.

Encaje de Catalunya y modelo nacional

Tanto Ciudadanos como el PSC se oponen frontalmente a que los catalanes decidan sobre la independencia. No solo se oponen a la vía unilateral sino que también rechazan que el Estado negocie con la Generalitat un referéndum pactado sobre esta cuestión. Ahora bien, aunque ambos apuesta por un desarrollo del marco autonómico, sus propuestas de descentralización son diferentes.

El PSC apuesta por una reforma federal de la Constitución, con tintes asimétricos. Su propuesta es reconocer a Catalunya como nación, establecer mecanismos de bilateralidad y definir las competencias autonómicas, dejando para estas toda la decisión sobre política lingüística y educativa. Respecto a la financiación, apuestan por la introducción de la ordinalidad, principio mediante el cual Catalunya mantendría su posición en financiación per cápita una vez hechas las transferencias estatales. Proponen además una quita de la deuda autonómica que el PSOE no acaba de aceptar.

Ciutadans también quiere redefinir las competencias autonómicas, pero un su caso apuesta por dar preeminencia a la legislación estatal, que las CCAA devuelvan las competencias que constitucionalmente pertenecen al Estado y fijar de forma centralizada una cartera de servicios comunes de obligado cumplimiento para las comunidades. Ciudadanos además se ha manifestado contrario al modelo escolar que tiene el catalán como única lengua vehicular.

Modelo social

Ciutadans y el PSC no son partidos que no puedan ponerse de acuerdo. Lo han demostrado, por ejemplo, en municipios como Lleida, donde el alcalde socialista Àngel Ros acordó su investidura con los naranjas y, aunque se quedaron fuera del Gobierno municipal, tira de los votos de estos con relativa frecuencia en el pleno. También PSOE y Ciudadanos lograron un acuerdo de investidura para Pedro Sánchez, que nunca se llegó a materializar.

Sin embargo, en la pasada legislatura, PSC y Ciudadanos también han mostrado dos perspectivas diferenciadas desde las que acercarse a la cuestión social. El PSC ha impulsado en el Parlament diferentes peticiones contra el cierre de líneas escolares, mientras C's se ha centrado en una propuesta contra el maltrato infantil que, finalmente, quedó parcialmente modificada en el trámite parlamentario. Ambos además han reclamado aumentos en la cobertura de becas comedor.

En esta legislatura numerosos acuerdos se tomaron por unanimidad, como fue la creación de una Renta Garantizada. Sin embargo PSC y C's votaron diferente en cuestiones como la reforma laboral, que los naranjas no son partidarios de revertir, o respecto al trasvase del Ebro, que los socialistas rechazan mientras Ciudadanos se muestra más tibio. Ciutadans consiguió impulsó además una ley para mejorar la atención a personas dependientes, que acabó siendo aprobada.  

Impuestos y modelo económico

La primera de ellas en el ámbito presupuestario. Cuando Oriol Junqueras presentó sus medidas de acompañamiento que regulan la recaudación, el PSC junto a Catalunya Sí que es Pot presentaron una enmienda de reforma del IRPF para introducir más progresividad, con una subida que alcanzaba el 6% a partir de unos ingresos de 120.000 euros. Ciutadans, junto a JxSí y PP, se opusieron a esta medida.

El partido naranja ha sido especialmente beligerante en lo que respecta a impuestos. Votaron contra el impuesto especial a la riqueza pactado por JxSí y la CUP, y contra el impuesto a la bebidas azucaradas. En cambio, tanto PSC como Ciutadans, además de todos los grupos de la Cámara menos el PP, votaron favorablemente a una tasa sobre las emisiones contaminantes.

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