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'Emojis' y teclados virtuales dan una segunda vida a las lenguas indígenas

Algunos de los emoticonos de Emotiki, adaptados a la cultura maorí para divulgarla

José Manuel Blanco

“?ubapac”, dice una niña con evidente cara de disgusto en un colegio de Estados Unidos. ¿“?ubapac”? ¿Qué quiere decir eso? ¿En qué lengua está hablando? Acto seguido, la pequeña coge una tarjeta y la muestra: en ella se lee '?ubapac'; debajo aparece uno de los emoticonos de WhatsApp y ya en la parte inferior una frase en inglés: 'I am annoyed', “estoy molesta”. Ahora sí.

Los 'emojis' sirven para comunicar sensaciones y sentimientos allá donde no llegan las palabras de las lenguas que hablamos, pero también están ayudando a que los idiomas indígenas, muchos de ellos en peligro de desaparición o ya desaparecidos, aumenten su número de hablantes. No es el único ámbito de la tecnología que ayuda a ello: los teclados para ordenadores o dispositivos móviles también están ayudando a que esas lenguas tengan futuro.

De Canadá a Nueva Zelanda, comunidades y asociaciones luchan por buscar nuevos hablantes y ayudar a los que ya las conocen. Asimismo, hay personas que piden a Unicode, el consorcio que regula los 'emojis' pero también los abecedarios digitales, que no se centre tanto en las caritas y otras imágenes y que dé más espacio a las lenguas minoritarias o desaparecidas: el ibero o el córnico medieval, en su opinión, también merecen su protagonismo. Carencias aparte, lo cierto es que Unicode tiene un programa muy simpático para adoptar 'emojis' y, con ello, apoyar una iniciativa de protección de lenguas.

La empresa de unos y otros no es baladí. Según la UNESCO, la mitad de los 6.000 idiomas hablados en la actualidad desaparecerá a finales de siglo. Con ello se va un sistema de caracteres o sonidos, pero también un conjunto cultural que incluye leyendas, canciones o ritos. Por ello, la organización educativa y cultural de Naciones Unidas promueve herramientas para vigilar y promover la diversidad lingüística y clama por políticas que apoyen a las comunidades indígenas para transmitir sus idiomas a las nuevas generaciones.

Es lo que hace Amber Hayward. Esta profesora pertenece al Puyallup Tribal Language Program, una iniciativa para mantener la lengua de la tribu estadounidense Puyallup, situada en el estado de Washington. Hayward es una de las profesoras que enseñan a niños de dos a nueve años de la comunidad palabras del 'lushootseed', una lengua que llegó a tener unos 12.000 hablantes según las estimaciones más optimistas, pero que ahora nadie emplea con fluidez. La misma profesora no lo aprendió de pequeña, sino ya de adulta. Como curiosidad, del 'lushootseed' vienen términos como el que da nombre a la ciudad de Seattle.

Para enseñar 'lushootseed', qué mejor que los famosos emoticonos. Ella y sus compañeros diseñaron recientemente unas tarjetas para enseñar frases básicas. Seleccionaron 20 emociones que se pudieran expresar con una de esas caras amarillas. Cada una de ellas está impresa en una tarjeta, con su significado en inglés y en la lengua nativa. Así, '?ubapac' es “estoy molesto/a”, pero '?isialqid čǝd' es “estoy loco”, ilustrado con esa cara que guiña el ojo y nos saca la lengua. También hay otro tipo de tarjetas para unir el 'emoji' con su frase.

“Intentamos hacerlo todo en nuestra lengua, intentamos no usar el inglés”, explica Hayward a HojaDeRouter.com. “Tienen que preguntarle a todos '¿cómo estás?' en nuestra lengua”. La profesora afirma que a los niños les gusta mucho esta actividad y que incluso la han desarrollado con adultos. Los 200 pequeños, de preescolar a secundaria, con los que trabajan Hayward y compañía obligan a estar inventando juegos y actividades continuamente. El de los 'emojis' es uno de los últimos, pero también tienen versiones del Scrabble o del Simón Dice. Incluso, grabaron un vídeo para hacer las lecciones más amenas. Y en él vuelven a salir los emoticonos:

Hay vida más allá de Unicode. A miles de kilómetros de Estados Unidos, en Nueva Zelanda, un centro cultural maorí busca nuevos vientos para su lengua y su cultura. Emotiki, que estará disponible para iOS y Android dentro de unas semanas, es un paquete de 150 emoticonos. Muchos de ellos recuerdan a las grandes esculturas tiki que, con apariencia humana, se encuentran en muchas islas del océano Pacífico. También hay una 'waka ama', o lo que es lo mismo, una canoa polinesia; una 'taiaha', una vara típica de aquellos lares que se emplea como arma; o una 'piupiu', una falda maorí tradicional.

Con Emotiki se difunden estas palabras y, con ello, la cultura de la región. O viceversa. En un comunicado, la portavoz de Te Puia (el centro cultural maorí que promueve la iniciativa), Kiri Atkinson-Crean, dijo que la intención era “compartir el significado de las palabras y conceptos maoríes con otras culturas y con todos los neozelandeses”. Precisamente con el fin de difundir esta lengua que hablan unas 160.000 personas en varios países, el paquete de emoticonos es gratuito.

170 teclados

Si Emotiki prospera, es de esperar que tenga el mismo éxito que el teclado maorí que Chris Harvey ha diseñado. Este apasionado de los idiomas, que trabaja en un instituto de lenguas indígenas, tiene una web, Language Geek, donde se pueden descargar de manera totalmente gratuita decenas de teclados para Windows y Mac de otras tantas lenguas indígenas, extintas o en peligro de extinción.

Harvey comenzó este proyecto mientras estaba inmerso en un proyecto relacionado con el 'cree', la lengua indígena más hablada en Canadá, considerada como un conjunto de dialectos que se diferencian mucho de una esquina a otra del país.

Cuando comenzó a aprenderlo, le enseñaron que la escritura usaba un sistema de transliteración: no había una norma fijada, sino una traslación de los sonidos a caracteres latinos. Él ideó un sistema que recuperaba símbolos perdidos que almacenaba en disquetes. Cuando sus compañeros vieron lo que hacían, le pidieron copias. Así, se vio “enviando por correo postal sobres con copias con la fuente y el teclado”. A la vez, le comenzaron a llegar peticiones para hacer lo mismo con otras lenguas nativas. “Estaba muy feliz por el nivel de interés”, nos cuenta.

Sus teclados, más de 170, son de lo más diversos. En tu PC o Mac te puedes instalar el 'ahtna' o 'ahtena', una lengua de Alaska hablada por menos de 100 personas. También hay runas germánicas, para sentirse como un alumno de Hogwarts, o el mismo 'lushootseed'. La lengua arapajó o la ventureña (ya extinguida y que se hablaba en la actual California) también se encuentran en este largo listado.

Desde el principio, las fuentes y teclados que comparte son gratuitos: “Nunca he cobrado por descargar el 'software', porque en mi opinión es un derecho humano fundamental poder comunicarse en una lengua de tu elección”algo que también recuerda Naciones Unidas en consonancia con los pactos internacionales.

En la actualidad, “la comunicación se hace 'online'. No veo por qué si quiero charlar contigo en inglés o español puedo hacerlo gratis y si quiero hacerlo en una lengua más pequeña tengo que pagar por el privilegio”, como, según denuncia, hacían hace años algunos particulares para desarrollar un teclado por el que pedían 20.000 dólares.

“Muchas de estas comunidades no tenían elección”, señala. Para ellos, ahora es gratuito. Si alguien se lo pide para un trabajo académico, cobra 100 dólares (unos 90 euros): el teclado para la comunidad va a ser usado por hablantes y aprendices; los teclados para la investigación son usados por lingüistas o historiadores “que necesitan caracteres especiales para el trabajo que están haciendo”.

Para preparar estos teclados, se reúne con algún hablante de esa comunidad. Le pregunta qué caracteres, símbolos o letras necesitan y por el sistema de escritura para saber qué símbolos son más comunes y así preparar el teclado con el fin de hacerlo tan ergonómico como sea posible. Todo el proceso lo completa él solo. Además, también ayuda a hacer entender esa lengua mediante el sistema de Unicode: por ejemplo, si el consorcio tiene varios apóstrofos en su base de datos, ¿cuál es el idóneo para un determinado idioma?

Harvey asegura que, debido a toda su experiencia, puede preparar un teclado para Mac o PC en 10 minutos. No recibe encargos para Linux, porque la gente que usa este sistema operativo libre no suele estar en estos programas de lenguas.

Aunque el grueso de su trabajo es con teclados para ordenadores, recientemente entró en el mundo de 'smartphones' y tabletas gracias a First Voices, una 'app' de teclado capitaneada por el First Peoples’ Cultural Council (FPCC), una corporación que busca revitalizar las lenguas, artes y culturas aborígenes en la provincia de la Columbia Británica, al oeste del país. En este caso, el proyecto estaba subvencionado para desarrollar una aplicación. La idea era “respaldar cualquier lengua nativa en Canadá”, en palabras de este investigador.

Ahora, unas 100 lenguas indígenas tienen teclado para iOS o Android gracias a First Voices. Y no solo de Canadá, sino también de Estados Unidos, Australia o Nueva Zelanda.iOSAndroid Entre ellas, el maorí, el piesnegros (una lengua de las tribus del mismo nombre en Estados Unidos y Canadá) o el 'atikamekw', que se habla en la zona del Quebec. “Muchos sistemas de escritura indígena usan caracteres singulares previamente no disponibles en las tecnologías móviles”, explica a HojadeRouter.com Alex Wadsworth, responsable de First Voices en el seno de la FPCC. Según afirma, el germen de la iniciativa llegó cuando muchos jóvenes acudieron a ellos porque querían teclear en sus dispositivos con lenguas como estas.

Ya tenían experiencia en estas lides tecnológicas. Antes de los teclados habían desarrollado en 2012 FirstVoices Chat, que buscaba que los jóvenes pudieran enviar mensajes en cualquiera de las más de 100 lenguas indígenas que aportaba. Ahora, la nueva 'app' permite instalar teclados alternativos en el teléfono móvil, después de que Apple incluyera la opción de utilizar teclados personalizados (que en Android ya estaba disponible).

De momento no tienen previsto desarrollar nuevas 'apps', pero una que incluye más de 100 teclados debería dar para un buen número de hablantes. Jóvenes y no tan jóvenes pueden aprender la lengua de sus antepasados y así ayudar a perpetuarla. Incluso el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, ha dicho que recobrar las lenguas indígenas evitaría los suicidios de jóvenes avergonzados por su cultura que estaban teniendo lugar hace unas semanas en las comunidades originarias de Canadá. “Como un indicador de orgullo e identidad, de pertenencia y cultura, las lenguas indígenas son esenciales”, comentaba el mandatario. Nunca un 'emoji' demostró ser tan útil para algo tan valioso.

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Las imágenes de este artículo son propiedad, por orden de aparición, de Emotiki, Amber Hayward, Wikipedia y FPCC

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