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“No creo que el mensaje de UPN sea crispado, sino real”

Maya, durante una comparecencia ante los medios de comunicación / Foto: E.P.

Garikoitz Montañés

Autocrítica, la palabra que tanto han echado en falta los partidos del cambio en UPN tras los resultados de las elecciones municipales y forales, está a menudo en boca de Enrique Maya. El exalcalde de Pamplona y ahora líder de la oposición reconoce que, de puertas afuera, esa reflexión no será tan profunda como la interna, pero asegura que es necesaria. Aunque insiste en que el resultado de los comicios no ha sido tan malo, en que el mensaje del cambio está vacío y en que un gobierno municipal liderado por EH Bildu se centrará en la cuestión identitaria, esa contra la que tanto se ha manifestado UPN.

En campaña aseguró que el día que se acabara el tiempo de UPN llegaría el tiempo de Bildu. Ahora que EH Bildu gobierna en Pamplona, ¿en qué situación deja eso a UPN?

Dije que el día que no estuviera UPN estaría Bildu y he acertado. Lo veía claro. Ha habido un resultado que ha sido suficiente para que gobierne Bildu en Pamplona y posiblemente Geroa en Navarra y nosotros tenemos que abrir un periodo de reflexión interna, de analizar los porqués, y acometer un pequeño cambio de rumbo para que nuestro proyecto en el futuro se rearme, se reafirme y volvamos a tener la Alcaldía de Pamplona.

¿En qué debe consistir ese cambio? Porque, hasta ahora, se ha echado en falta precisamente autocrítica por parte de UPN tras el resultado electoral y la posible pérdida de las dos principales instituciones de Navarra.

No creo que haya faltado autocrítica. Lo que pasa es que debe ser genérica cuando hablas en público y muy profunda cuando hablas a nivel interno. Hay que hacerla en el seno del partido. Una de las principales, y la más obvia, es que no hemos sabido comunicar mejor, y otras que seguramente han pesado en el voto son el tema CAN, la gestión complicada por los recortes, y también ha habido cuestiones internas como el congreso del partido. Todo eso nos ha penalizado, y ha habido un cambio social de la forma de entender la política. Quizá hay que ser más cercanos, estar menos en el despacho y más en la calle.

Habla de iniciar una reflexión, pero hasta el momento, esta no ha trascendido tanto como las críticas de UPN a la cuestión identitaria.

Es que yo veo claro que algo en lo que va a trabajar Bildu, de la mano de Geroa Bai, es en dar pasos en lo identitario. Y lo van a intentar vender como si nosotros hubiéramos sido contrarios siempre a lo vasco, y yo tengo muy claro el tema territorial y el papel institucional de Navarra dentro de España pero no tengo nada contra lo vasco. Creo que habrá líneas de avance en símbolos, en temas territoriales, gestos… en esa línea de Navarra con Euskadi, y se verán.

Pero Geroa Bai ha insistido en la necesidad de dar un cambio sin revanchismo. ¿Le preocupa más que sea EH Bildu y no Geroa Bai la que encabece el Ayuntamiento?

Yo no me fío, quiero ver lo que hacen de verdad. Porque Uxue Barkos está permanentemente en el terreno de las palabras: habla siempre de integración y transversalidad. Vamos a ver en qué acaba. Asiron habló en su discurso [se refiere al de investidura] de que todos tenemos que sumar, pero a mí me preocupó lo que pasó a la salida [personas que se manifestaban a favor del cambio en la plaza del Ayuntamiento silbaron a los concejales de UPN] y se lo dije a él en el propio pleno. Y pasó lo que pasó.

Asiron declaró que vio ambiente festivo en la plaza y no insultos como denunció UPN.

Ese es el problema. Debería estar de nuestro lado de forma contundente, por el hecho de que tuviéramos que salir entre abucheos, gritos e incluso alguna amenaza. Yo también le dije a Asiron que si le habían llamado pistolero, podíamos dar una rueda de prensa conjunta para condenar algo así. Si tiene pruebas de que eso ha ocurrido, yo estaré con él.

Con Bildu en la Alcaldía, ¿se va a mantener el mensaje habitualmente crispado de UPN en la oposición?

Es que no creo que sea crispado, sino real. Creo que soy una persona poco crispada, y lo que hago es decir lo que pienso con contundencia. Y tampoco saldrá de mí bloquear cuestiones que nos parezcan importantes por el hecho de estar en la oposición.

¿UPN tenía que haber dedicado más atención a las necesidades sociales? Porque está claro que lo que une a la oposición, que ahora es la que gobierna, son las reivindicaciones en este sentido.

Yo creo que eso son palabras, porque si analizas lo que se ha hecho en Pamplona en el área de Bienestar Social e Igualdad, hablamos de la única área donde no ha habido reducciones. Ese fue nuestro objetivo. Es que el presupuesto es el que es, y eso la va a ver este cuatripartito cuando le toque prepararlo, porque hay una serie de gastos fijos y o bien se eleva el límite de gasto en el Parlamento español o se incrementan los impuestos o se reducen otro tipo de acciones. Eso de Lo social lo primero tiene mucho de mensaje, pero creo que nosotros también lo hemos trabajado mucho.

Habla de la necesidad de reflexionar en UPN, y es un discurso que no difiere tanto de lo que dijo públicamente el expresidente Miguel Sanz, cuando habló de normalidad democrática y de la necesidad de autocrítica en UPN. Pero Sanz fue criticado por ello.

La diferencia es que cuando hago autocrítica me incluyo en el paquete. Algunas personas, cuando hablan, se alejan de la responsabilidad de los problemas, y eso me parece que no es bueno. Todos debemos asumir los errores y los aciertos.

Cuando habla de cambios, ¿se incluye? ¿Seguirá como líder en la oposición?

Yo soy realista y tengo clarísimo que, cuando me presenté, lo hice para ser cabeza de lista y, si se daban las circunstancias, ser alcalde. Si hubiera tenido un fracaso claro, como siete u ocho concejales, asumiría que tenía que irme, pero con diez, que era un resultado bueno aunque no han dado los números, mi responsabilidad es seguir. E, insisto, yo no voy a ser el candidato de futuro: dije que estaría ocho años en un cargo político y lo mantengo. No trabajo un futuro para ser de nuevo candidato.

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