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“Aznar está triste por la negativa de Caja Madrid a su proyecto”

Ignacio Escolar

Miguel Blesa tenía una curiosa costumbre: reenviaba a su correo electrónico algunos de los mensajes SMS que recibía en su teléfono, probablemente los que consideraba más importantes. El 17 de julio de 2009, a las 16.30 de la tarde, llega al móvil de Blesa uno de estos SMS que el expresidente de Caja Madrid decide guardar en su email. Lo firma Mercedes de la Merced, consejera de la caja y antes teniente de alcalde de Madrid con el PP. “Estoy en La Paz, Bolivia”, explica De la Merced. “Me dice el alcalde que Aznar está triste por la negativa de la caja a su proyecto, Alberto también está molesto. ¿No se puede retomar? ¿Quién lo vetó? ¿Puedo hacer algo yo?”.

El SMS aparece en un correo al que ha tenido acceso en exclusiva eldiario.es a través de una fuente anónima derivada por el Partido X.

El alcalde Alberto al que se refiere el mensaje es, sin duda, Ruiz-Gallardón, hoy ministro de Justicia y hombre muy cercano a Aznar. Tan cercano al expresidente como la otra protagonista del SMS, su autora: Mercedes de la Merced; una política conservadora fallecida hace unos meses, habitual en tertulias radiofónicas, que estuvo cerca de ser presidenta de la Comunidad de Madrid. Cuando Gallardón se presenta por primera vez para alcalde de la capital, en 2003, José María Aznar dudó entre dos posibles candidatas para sustituirlo al frente de la Comunidad de Madrid: Esperanza Aguirre y Mercedes de la Merced. Finalmente, Aznar optó por Aguirre, y respaldó a De la Merced para que consiguiese un retiro bastante mejor pagado que una presidencia autonómica: ser consejera en Caja Madrid.

En la caja, De la Merced siguió siendo leal a Aznar, tal y como demuestran estos correos, que forman parte de la investigación que puso en marcha el juez José Elpidio Silva y provocaron la entrada de Blesa en prisión. En el SMS, De la Merced no solo transmite el recado del alcalde y del expresidente del Gobierno, sino que también se muestra dispuesta a apoyar su proyecto.

¿Y cuál era ese proyecto cuyo veto tanto entristecía al expresidente José María Aznar y molestaba al entonces alcalde de Madrid? No queda escrito en el mensaje, pero el contexto y las fechas apuntan a que se trataba de la compra de varias obras del fallecido artista Gerardo Rueda, una millonaria operación que el expresidente del Gobierno respaldaba por motivos que nadie ha sabido explicar.

Aznar quería que Caja Madrid comprase una colección de obras de Rueda por 54 millones de euros y que también pagase las facturas necesarias, a través de su fundación, para construir un museo dedicado a este artista en la capital. Todo ello en un momento, entre 2008 y 2009, en el que la caja empieza a negar el crédito a gran parte de sus clientes como consecuencia de su mala salud financiera que, años después, acabaría en el mayor rescate bancario de la historia de España.

Las presiones de Aznar a favor de esta millonaria operación son insistentes y duran casi un año, según aparece en los correos electrónicos de Miguel Blesa que ha podido consultar eldiario.es.

El primero de estos emails –adelantado este sábado por el diario El País– llega al buzón del presidente de Caja Madrid el 16 de septiembre de 2008. Aznar reenvía a su amigo íntimo Miguel Blesa un informe de supuestos expertos en arte que tasan las obras de Rueda en venta entre 40 y 50 millones de euros. Blesa consulta con Rafael Spottorno –entonces director de la Fundación Caja Madrid y hoy jefe de la Casa Real–, que cuestiona la tasación y muestra su “estupor” por el precio desmesurado de la operación recomendada por Aznar.

Pese a ello, el expresidente del Gobierno insiste. El 27 de septiembre reenvía una “oferta global” aún más cara: 54 millones. Tres días después, Aznar vuelve a presionar. Y Blesa, con el apoyo de Gallardón, sigue avanzando con el proyecto, a pesar de los peros de Spottorno, que es el único en la caja que se opone claramente y desde el primer momento. La resistencia del hoy jefe de la Casa Real provoca, tras unos meses de negociación, que las obras de arte pasen de valer 54 millones de euros a solo 6 millones. Pero el coste para construir el museo sigue siendo prohibitivo: “Entre 69 y 115 millones”.

Pese a la carísima inversión, Gallardón y Aznar insisten, pero Spottorno sigue en contra. El 19 de abril de 2009 escribe en un correo sus razones a Blesa: “Yo creo que estamos cometiendo un grave error con estas prisas, derivadas, efectivamente, como alguna vez has dicho, de que el interesado no tiene otra cosa que hacer que adelgazar y telefonear”.

El presidente de Caja Madrid llega incluso a estudiar el borrador del acuerdo entre el Ayuntamiento de Madrid y Caja Madrid para crear el “Centro Cultural de la Fundación Caja Madrid-Museo Gerardo Rueda (Título provisional)”. Pero el 15 de julio de 2009, el proyecto se frustra definitivamente. Lo para definitivamente Spottorno con el apoyo del resto de los patronos de la fundación. “Es innecesario e inabordable”. “El coste económico es prohibitivo, especialmente en los tiempos que corren”, decía Spottorno cuando explica a Blesa sus razones.

Dos días después, el 17 de julio de 2009, es cuando Mercedes de la Merced se queja de que Alberto está “molesto” y Aznar está “triste”.

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