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El sector de Pedro Sánchez acusa a los críticos de intentar “un golpe de Estado”

Pedro Sánchez, a su salida de la sede socialista de la calle Ferraz, en Madrid.

Gonzalo Cortizo

“Esto es un golpe de Estado”. En estos términos se manifiestan fuentes de la dirección de Pedro Sánchez sobre la maniobra de dimisiones en masa que ha buscado sin éxito la caída inmediata del secretario general del PSOE. El malestar entre las partes en conflicto parece irresoluble. 

Mientras tanto, Sánchez quiere seguir con su plan de convocar un Congreso urgente con la firme convicción de desactivar a Susana Díaz. La dirección de Sánchez reclama su legitimidad para seguir al frente del partido y quiere llegar al comité federal del sábado para convocar un congreso que defina el liderazgo de la formación.

Según el relato de los que se han quedado al frente de Ferraz, las dimisiones presentadas este miércoles tienen el efecto inmediato de provocar la convocatoria de un congreso, de manera inmediata y sin votación. Sánchez quiere mantener sus fechas: que los militantes voten a su líder el 23 de octubre. 

La división entre las dos partes en conflicto es abismal. Según fuentes de la dirección, el bando de Susana Díaz “pretende cambiar al PSOE de la transparencia por el de la instigación y la intriga”. 

Por parte de los críticos, el diputado por Sevilla Antonio Pradas, uno de los 17 dimisionarios, ha afirmado a las puertas de la sede socialista: “Tengo que comparecer a las puertas del PSOE, partido al que pertenezco desde 1978, al que hoy me han impedido acceso al despacho, incluso para recoger el retrato de mi hijo”.

Pradas ha restado toda legitimidad al secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, y su equipo: “El compañero Luena en este momento ya no es secretario de Organización ni la Ejecutiva está legitimada porque si se produce una baja de la mitad más uno, queda disuelta. El compañero Luena no puede hacer de juez y parte, y convocar una Ejecutiva que ya no puede convocar”.

“El señor Luena”, ha insistido Pradas, “ha reconocido que se han producido 20 bajas [los 17 dimisionarios más las tres bajas previas, una de ellas por el fallecimiento de Pedro Zerolo], por lo que se da la principal causa para que se disuelva la Ejecutiva. Ninguno tiene legitimidad para tomar decisiones”.

La ausencia de Pedro Zerolo

Ha molestado especialmente el uso por los críticos de la figura de Pedro Zerolo: “Apuntarse en su haber de dimisionarios a Pedro Zerolo, nos parece una bajeza utilizar a un compañero que falleció en contra del secretario general”, señalan en la dirección. 

“Todo esto es para hacer presidente a Mariano Rajoy y cambiar al PSOE de la izquierda por el PSOE de la gran coalición”, señalan las mismas fuentes. 

El secretario de Organización, César Luena, compareció el miércoles por la tarde para difundir el mensaje de Sánchez, que consiste en afirmar la primacía de la Ejecutiva Federal del PSOE sobre cualquier otro organismo del partido. “Han instigado estas dimisiones para evitar un Congreso y que los militantes no hablaran, seguramente para que al PSOE lo dirigiera una gestora, sin explicar con qué apoyos o alianzas de fuera del partido cuentan. Es muy grave”, señaló el número dos de Sánchez.

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