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Las frases más salvajes del presidente Donald Trump

El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump.

J.T. / A.A.

A Donald Trump le da todo igual. Ser millonario y no sufrir desgaste electoral por sus actos es algo que le pone fácil hacer lo que quiera. Por eso no le importa ser un charlatán y cargar contra todo lo que no le gusta. Aunque para ello emplee frases racistas, xenófobas, machistas o violentas con las que consigue que se hable de él más que de sus rivales del Partido Republicano que buscan la nominación a la Casa Blanca.

Hemos seleccionado trece de sus frases más polémicas para repasar lo que ha ofrecido Trump hasta ahora a los estadounidenses que le han confirmado como presidente del país. Aunque podrían ser el doble. Toda esta serie de sentencias absurdas no han impedido que sea el favorito entre los republicanos y logre tener incluso fans de nueve años.

Es posible que estas frases sean superadas en poco tiempo. La culpa sería del propio Trump, que es un maestro en decir algo y lo contrario con el paso del tiempo. Cualquier cosa se puede esperar de alguien con un repertorio de insultos tan prolijo. Por el momento, estas son las diez más desafortunadas del presidente número 45 de los Estados Unidos.

“Podría disparar a gente en la Quinta Avenida y no perdería votos”

Donald Trump sabe que tiene un público fiel que le ha ratificado en las urnas para ser el nuevo presidente de Estados Unidos: “¿Tengo a la gente más leal. ¿Alguna vez habéis visto algo así”, dijo durante un mitin de campaña en Iowa. Por eso añadió posteriormente que podría cometer un atentado en el centro de Nueva York sin preocuparse por perder apoyos.

“Restablecería el ahogamiento simulado para los sospechosos de terrorismo”

La poca sensibilidad de Trump ha sido otro de los descubrimientos de esta precampaña. Por eso quiere que se vuelva a utilizar la técnica que consiste en verter agua sobre el rostro cubierto con una tela para provocar asfixia a un detenido, como reveló en una entrevista.

Para respaldar su defensa del llamado waterboarding, que fue definido como tortura por la ONU, Trump aseguró que es “muy poco comparado con lo que nos hacen ellos a nosotros”. Una justificación que ilustró con el ejemplo de Jim Foley, el periodista estadounidense ejecutado por ISIS. “Lo que le hicieron a él cuando le cortaron la cabeza es otro nivel distinto”, declaró Trump.

El waterboarding fue una práctica habitual de la CIA en sus cárceles secretas repartidas por todo el mundo y que fue instaurada durante el gobierno de George W. Bush. El objetivo era extraer información a los sospechosos detenidos después de los atentados del 11-S. Tras la llegada de Obama a la Casa Blanca, fue prohibida.

“Pido el bloqueo completo y total a la entrada de musulmanes en EEUU”

Que Obama asegurase que ISIS no hablaba en nombre del islam no gustó nada a Trump. Pero si algo animó a Trump a su nueva barbaridad fue la matanza de San Bernardino (California), donde dos personas inspiradas por ISIS asesinaron a 14 personas. Por eso se lanzó a pedir que se prohibiese la entrada de los musulmanes en EEUU por un supuesto “odio” a la población del país “que va más allá de lo comprensible”. Eso sí, solo pedía que se instaurase “hasta que las autoridades averigüen qué está pasando”.

La Casa Blanca criticó duramente esta propuesta, al considerar que iba contra los valores de su nación. También lo hicieron sus compañeros de partido Marco Rubio o Lindsey Graham, que alertó de que esto ponía “en peligro” a las tropas estadounidenses en países musulmanes. Esto no disuadió a Trump, que insistió en que había recibido “mucho apoyo” tras su excentricidad. E incluso instó a estudiar el cierre de las mezquitas, además de atacar las fuentes de petróleo de ISIS. Pero no solo los musulmanes están entre sus objetivos.

“Si gano las elecciones, devolveré a los refugiados sirios a casa”

La crisis de refugiados tampoco podía faltar entre los exabruptos del millonario. Y se ha empleado a fondo para denostarles basándose únicamente en su situación y su origen, después de que la Casa Blanca anunciase que pretendía acoger a 10.000. Para empezar, acusa a todos de ser sospechosos de pertenecer a ISIS. La razón: “Son todo hombres, y todos parecen tipos fuertes. Hay muchos hombres, más que mujeres”.

Estos ataques no son exclusivos de Trump, ya que la mayoría de candidatos republicanos han cargado contra los refugiados.

Trump también han insinuado que los refugiados sirios son unos cobardes: “¿Por qué no están luchando para salvar Siria? ¿Por qué están emigrando a toda Europa?”, se preguntaba. La última de sus teorías es que podrían ser un ejército terrorista disimulado. “Esta podría ser uno de los mayores estratagemas de todos los tiempos. Un ejército de 200.000 hombres quizás. O si envían 50.000 o 80.000 o 100.000... Es una posibilidad. No sé si es así, pero sería posible”.

“Un muro en la frontera con México nos ahorraría muchísimo dinero”

A Trump le pasa lo mismo que a Jon Snow: está obsesionado con el muro. Por eso ha insistido en la idea de construir uno en la frontera con México para luchar contra la “inmigración ilegal”. Incluso ha dicho que hará pagar al país mexicano por la construcción del mismo porque, según él, “está ganando mucho dinero gracias a Estados Unidos”. La idea de Trump es que la gente “entre en el país, pero legalmente”. Tampoco le faltó tiempo para asegurar que la obra no sería problemática. A su manera: “¿Cómo construir miles de kilómetros de muro? Muy fácil, soy un constructor. Es más difícil construir un edificio de 95 plantas”.

Para reforzar su discurso antiinmigración, el equipo de Trump difundió un vídeo en el que pretendía denunciar el ingreso “masivo” de inmigrantes en EEUU a través de la frontera con México. Unas imágenes que no se correspondían con la realidad, ya que su candidatura utilizó imágenes de un salto a la valla de Melilla. Tras admitir la manipulación, aseguraron que pretendían mostrar “lo que puede ocurrir si no se construye un muro”. Como era previsible, por esto no han parado de lloverle críticas.

“México nos envía a la gente que tiene muchos problemas, que trae drogas, crimen, que son violadores”

La fijación de Trump con los mexicanos ha protagonizado su campaña. Además de su interés por el muro para evitar que lleguen a EEUU, se empeña en señalarles cada vez que tiene ocasión. Aunque para ello tenga que acusarles de narcotraficantes, criminales y violadores. Y no se queda ahí, ya que dice apostar por expulsar a todos los indocumentados. Una opción que busca contrarrestar las políticas de Obama, que ha impedido deportar a los que llegaron siendo niños o a los padres que tuvieron hijos en territorio estadounidense. Esto no es un problema para Trump: “Mantendremos a las familias unidas, pero tienen que irse”.

Su ofensiva contra los inmigrantes permitió a Trump protagonizar uno de sus números más bochornosos. Fue cuando expulsó de una rueda de prensa al periodista de Univisión Jorge Ramos, que pretendía hacerle una pregunta sobre la emigración. “Siéntese, no le he dado la palabra. Vuélvase a Univisión”, dijo Trump a Ramos, que posteriormente fue obligado a salir de la sala por la seguridad del millonario. El periodista, que es uno de los abanderados de la causa latina contra Trump, declaró posteriormente que contra éste solo cabe “la confrontación”. Ramos no fue el único que chocó con Trump: el cocinero español José Andrés también está en su punto de mira. Misma suerte corrió el reportero de The New York Times Serge Kovaleski, que tuvo que soportar que Trump se burlase de su discapacidad en un mitin.

“Este es un país en el que hablamos inglés, no español”

Que a Trump no le gusta la diversidad ni la mezcla de culturas ha quedado muy claro durante esta campaña. Y si ya desprecia a los mexicanos, los que hablan castellano en EEUU, sean del país que sean, no se van a librar de su desprecio.

Este ataque xenófobo no buscaba ofender solo a los latinos: estaba destinado al también candidato Jeb Bush, que está casado con una mexicana y habla español perfectamente. Lo que no gusta a Trump: “Tenemos un país en el que para ser asimilado hay que hablar inglés, y hay que asimilarlos (a los inmigrantes)”.

“John McCain no es un héroe de guerra. Prefiero a los que no han sido capturados”

Una de las intervenciones de Trump que más rechazo generó fue cuando cargó contra el excandidato republicano a la Casa Blanca John McCain. Para el empresario, McCain no merece ser considerado un héroe de guerra por ser capturado cuando estaba destinado en Vietnam, a pesar de que el actual senador por Arizona pasó cinco años cautivo mientras sufría torturas que le han provocado unas secuelas físicas muy visibles. Y eso que se quejó de que en EEUU “se trata mejor a los ilegales que a los veteranos”.

La mayoría de candidatos republicanos rechazaron este comentario de Trump, que se atrevió a cruzar la línea de atacar a los considerados héroes en Estados Unidos. Su justificación fue decir que le daba igual el entorno y que estaba harto de la corrección que “impide moverse” en la política del país.

Sobre Megyn Kelly: “Podías ver cómo le salía sangre de sus ojos. Le salía sangre de su... donde sea”

Trump no se ha olvidado del machismo y la misoginia para abonar sus polémicas. En su historial está decir que sería bonito ver cómo una modelo de Playboy se pone de rodillas o expresar que no le gustan las mujeres “cerdas gordas, perras, patanes y animales asquerosos”.

Por eso, durante uno de los debates republicanos, la periodista de Fox News Megyn Kelly le reprochó estas palabras y le exigió explicaciones. La respuesta de Trump horas después fue asegurar que a Kelly le salía sangre de los ojos y de todos los sitios, lo que se interpretó como una referencia a la menstruación.

Una barbaridad que tuvo consecuencias: Trump se quedó fuera de un evento conservador por estas palabras. La fijación de Trump con Kelly no se ha quedado ahí, ya que ha boicoteado el debate republicano del 28 de enero con su negativa a participar en el mismo por la presencia de la periodista como moderadora.

“Cuando eres una estrella puedes hacer cualquier cosa. Agarrarlas por el coño, lo que quieras”

Las salidas de tono con las mujeres son una constante en el discurso de Trump. A lo largo de la campaña electoral son muchas las mujeres que han denunciado y hecho públicos los abusos a los que fueron sometidas por el multimillonario. Lejos de arrepentirse, Trump presume de ello. Como demuestran unas grabaciones a las que tuvo acceso en exclusiva el Washington Post y en las que Trump llega a afirmar que puede hacer lo que quiera con las mujeres porque “es una estrella”.

“Me atraen las mujeres bonitas automáticamente. Las comienzo a besar, es como un imán, no puedo ni esperar (...). Y cuando eres una celebridad te dejan hacer lo que quieras, puedes hacer lo que quieras (...). Agarrarlas por el coño. Puedes hacer de todo”, asegura Trump, que por ese entonces ya estaba casado con Melania, en conversación privada con el presentador Billy Bush. Estas palabras le costaron el puesto al presentador, que fue suspendido indefinidamente de su puesto por la cadena para la que trabajaba, la NBC.

El fantasma del fraude electoral

Cuando las encuestas todavía vaticinaban la victoria de su rival política, Hillary Clinton, Trump agitaba el que ha sido uno de sus principales argumentos de campaña: el fraude del sistema electoral estadounidense. En varias intervenciones públicas, el entonces candidato republicano dejó en el aire si aceptaría el resultado de las elecciones en caso de que ganaran los demócratas.

En una entrevista a la CNN concedida durante la jornada de ayer -antes de conocerse su triunfo en las urnas- afirmó que hay “informes” que demostrarían que hay “máquinas de votar que estarían cambiando los votos republicanos por demócratas”.

Sobre Clinton: “Eres una asquerosa”

El tercer debate presidencial entre los entonces aspirantes al Despacho Oval dejó momentos de tensión y ataques cruzados entre los candidatos. “Marioneta de Putin” o “mentirosa” fueron algunas de las palabras que Trump dedicó a su rival política durante el encuentro, aunque la más llamativa de la noche fue la frase que dedicó a Clinton, mientras hablaba sobre sus planes de política fiscal y su visión sobre la seguridad social. “Qué mujer tan asquerosa”, soltó.

Este, se suma a la larga lista de insultos que el multimillonario ha dedicado a Clinton, a quien consideró durante toda la campaña incapacitada para presentarse a las elecciones por el escándalo de los correos durante su etapa como secretaria de Estado.

“Si yo llego a estar al mando, dudo que los terroristas del 11S hubiesen entrado al país”

La última frase de Donald Trump tiene que ver con el peor atentado de la historia de EEUU: el 11S. Que asegura podría haberse evitado. El único fallo de seguridad fue que él no estaba al mando del país, según dijo en una entrevista en Fox News. Trump sostiene que su dureza política con la inmigración podría haber evitado los ataques a las Torres Gemelas y los otros objetivos de Al Qaeda en 2001.

La ocurrencia de Trump de sostener que él habría evitado el 11S también tenía destinatario. Su intención era seguir atacando a Jeb Bush por la gestión de los atentados de su hermano, el expresidente George W. Bush. “Cuando se habla de George Bush (...) El World Trade Center se derrumbó durante su mandato”, dijo. El candidato republicano tachó de “patético” que utilizase a su familiar para criticarle a él.

Este post ha sido actualizado el miércoles 9 de noviembre de 2016 tras conocerse la victoria en las urnas del candidato republicano, Donald Trump, frente a su rival demócrata, Hillary Clinton.

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