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Nueva agresión homófoba en Madrid: “Me dieron una patada en el pecho y caí al suelo”

Imagen de archivo con la bandera que representa a la comunidad LGTBI.

Laura Olías

Volvía de fiesta y estaba solo a unos pasos de su casa. “Creí que iba a llegar, pero no”, dice J. Y. a eldiario.es. Unas amigas le dejaron al lado de su casa, después de salir de fiesta en la madrugada del sábado, y un grupo de chicos le gritaron “maricón”. “Yo respondí, no me gusta que me digan esas cosas. Les dije que si querían una bola de adivino por lo que acababan de descubrir. Se lo tomaron fatal”. Al menos tres jóvenes, que J. Y. pudiera ver, le persiguieron y le dieron una paliza.

“Estaba muy cerca de mi casa, en la calle Cea Bermúdez, así que salí corriendo y pensaba que iba a llegar, pero no. Me acorralaron y me pusieron contra la pared, entonces me empezaron a pegar. Que yo viera eran tres pero creo que eran más”, explica el joven, de 25 años, en una conversación telefónica.

“Me dieron una patada en el pecho, que es donde tengo la marca más visible, y me dejó casi sin respiración. Me quedé tirado en el suelo de rodillas, con las manos en la cara para que no me dieran. Un chico que pasaba por allí se puso delante, se llevó hasta un par de golpes por taparme a mí y les dijo que pararan”, continúa. Después, “llegó otro grupo de chicas y un chico y, al final, pararon”.

Varios testigos de la agresión dieron sus teléfonos al joven, por si los necesitaba, y después de ir al hospital de la Fundación Jiménez Díaz, J. Y. aportó los números de contacto ante la Policía, donde puso una denuncia. “No dudé ni un instante en denunciar ante la Policía con lo que acababa de pasar. Allí recibí muy buen trato por todo el mundo”, añade J. Y.

Su actitud no siempre es la más corriente. Según los expertos, las agresiones homófobas quedan muchas veces en la sombra por el temor de las víctimas a denunciar. En las cifras del Ministerio del Interior de 2014, en el Informe sobre incidentes relacionados con los delitos de odio en España, se especifica que de los 1.285 delitos de odio contabilizados en España, un 40% –513– están relacionados con la orientación sexual o identidad de género de la víctima.

La duodécima agresión homófoba en Madrid

El ataque a J. Y. ha sido denunciado en un comunicado por la asociación de lesbianas, gais, transexuales, bisexuales y heterosexuales Arcópoli, que cuenta doce agresiones este año en la capital, en un pico de denuncias sin precedentes. Es “el peor enero” desde que la asociación anota las agresiones.

Rubén López, vocal de Delitos de Odio de la asociación, explica que “llevamos dos años, desde enero de 2014, que estamos muy volcados con el tema de agresiones. Cada vez nos llegan más denuncias”. López considera que el número es mayor por dos motivos: la visibilidad y el apoyo de su organización y otras, que animan a que la víctima dé el paso para denunciar, y porque las nuevas generaciones LGTBI viven de manera más pública su sexualidad.

“Es casi paradigmático el caso de los dos chicos de 18 años que se besaron en un Burger King, en Plaza de España. Yo a mis 18 años no me habría atrevido a darme un beso en un sitio que no fuera Chueca”, explica López, en referencia al barrio madrileño con gran presencia de locales LGTBI. El vocal de Arcópolis indica que ese paso positivo, de normalización en la vía pública, provoca que “la minoría” que no se siente cómoda con el colectivo “salte, muchas veces de forma violenta”.

Para luchar y acabar con estas agresiones, Arcópolis ha lanzado el Observatorio Madrileño contra la LGTBfobia, “para contar las denuncias de delitos de odio contra el colectivo, no solo en Madrid capital, sino también en otras localidades de la región”. De momento, se han prestado para llegar a un acuerdo con el Ayuntamiento de Madrid –“que esperamos que salga adelante”–, y hay buena sintonía con otros consistorios, como los de “Torrelodones y Móstoles, Ciempozuelos, … Y Valdemoro también estaba muy interesado”, añade Rubén López.

“Esto tiene que saberse”

J. Y. habló con Arcópolis porque un amigo, que también fue agredido en el pasado, se puso en contacto con ellos para denunciar públicamente el ataque. El joven también cree que es fundamental que estos sucesos sean conocidos por la opinión pública, además de investigados por las autoridades.

“Eso de ir por la calle y que te llamen maricón está a la orden del día. En Madrid y en otras ciudades de España. Y se lleva mejor o peor. Yo no aguanto que me digan esas cosas y suelo responder. Tampoco es la primera vez que me ponía en el riesgo por ello y que he tenido que correr, pero prefiero tener un poquito de dignidad”, explica J. Y.

El chico considera que sacar a la luz estos casos es importante “porque siempre se dice que España es uno de los países con más tolerancia al colectivo LGTBI, y eso está muy bien, pero estas cosas siguen pasando y creo que es importante que se sepa. Muchas veces se cuestiona el día del Orgullo Gay u otras cosas porque dicen que ya no hacen falta. Yo creo que sí, porque esta vez fui yo pero otro día la mala suerte puede ser de otro”.

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