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El cambio climático ha multiplicado las inundaciones, sequías y olas de calor en los últimos cinco años

Inundaciones en Luisiana (EE.UU.)

Raúl Rejón

El último lustro ha sido el más caluroso de la historia desde que existen registros. Las temperaturas máximas sin precedentes de 2011 a 2015, junto con el récord anual registrado el año pasado tienen su “causa dominante en la emisión de gases de efecto invernadero”, según ha reiterado la Organización Meteorológica Mundial en su informe de situación publicado este martes. 

Las concentraciones de estos gases también han crecido durante estos cinco años hasta situarse en los niveles más altos jamás comprobados. Se ha roto ya la barrera simbólica de las 400 partes por millón de dióxido de carbono. Además, las altas temperaturas han arrastrado otros fenómenos asociados al cambio climático: la subida del nivel de mar y la disminución de hielo marino y los glaciares.

Como colofón, este periodo se ha visto caracterizado “por numerosos episodios de fenómenos meteorológicos y climáticos extremos, tales como olas de calor, olas de frío, ciclones tropicales, inundaciones, sequías y tormentas severas”, cuenta la OMM.

El final del quinquenio analizado por la organización ha marcado el récord de diversas variables sobre el calentamiento del planeta: fue el año más caluroso y se constató que la Tierra ya tiene una temperatura global 1ºC por encima de la época preindustrial (el límite marcado en el Acuerdo de París para no llegar a una situación irreversible está en los 2 ºC para 2050). 

Fueron 14 países los que vivieron su año más caliente en 2015. Entre ellos España. Se unieron a otros 18 que superaron su marca en 2014 y otros seis entre 2011 y 2013.

También se constató que el nivel del mar “fue el más alto desde que comenzaron los registros a escala mundial hace más de un siglo”. En el lado opuesto, la capa de hielo boreal siguió menguando. La extensión máxima se alcanzó el 25 de febrero pasado y fue la más pequeña jamás registrada: 14,54 millones de km2, lo cual representa 1,10 millnes por debajo de la media.

Consecuencias catastróficas para la población

Y, al final de la cadena, los fenómenos extremos y sus consecuencias para las poblaciones. Episodios de, por ejemplo sequía severa Australia, Brasil, África Oriental y Meridional o el sureste de EE UU.

La OMM calcula en su análisis que Somalia padeció 258.000 muertes adicionales por esta sequía y que 18 millones de personas han precisado ayuda humanitaria. En América del Norte se le atribuyen pérdidas económicas de 60.000 millones de dólares.

Algunas sequías han estado combinadas con intensos incendios forestales como en Asia y el Pacífico occidental, especialmente en Indonesia donde se asocian a 500.000 casos de enfermedades respiratorias.

También se han generalizado las olas de calor en Australia, China, India, Pakistán o Europa (España tuvo su ola más prolongada en 2015). Pero, en contraste, este lustro también ha vivido fuertes inundaciones y crecidas repentinas y picos de frío extremo como el vivido en Europa en febrero de 2012.

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