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Opinión - España: una democracia atascada. Por Rosa María Artal

Pedro Pacheco, exlíder andalucista a la espera de indulto: “El Gobierno me debe una compensación moral”

Pedro Pacheco ya es un hombre libre. Después de tres años de libertad condicional, ya ha cumplido por completo la condena. Ingresó en la cárcel de Puerto III por la contratación irregular de dos asesores y también fue condenado por unas obras realizadas en la Casa de El Rocío en Almonte. Ya todo eso quedó atrás y está comenzando una nueva vida en la que su gran ilusión es recibir el indulto que dejaría sin efecto la inhabilitación para ocupar cargo público.

Recibe a este periódico en el jardín de su casa en Jerez de la Frontera. Relajado, a punto de empezar el camino de Santiago y con muchas ganas de seguir dando guerra a nivel político.

Ya ha cumplido sus penas y es libre. ¿Qué es lo primero que ha hecho y que no podía hacer hasta el momento?

El antojo es que voy a Sevilla sin tener que pedir permiso. ¿Te parece poco? Antes tenía que pedir permiso con tanto tiempo de antelación que te aburría. Y más de una vez me lo denegaban porque decían que no era apropiado que yo fuera a una charla de urbanismo. He tenido unas condiciones muy duras en la libertad condicional, impropias. Yo no he conocido a ningún compañero que estuviera allí dentro y que no pudiera moverse de Cádiz. Y cualquiera se mueve sin permiso...

Entró en prisión en octubre de 2014. ¿Le ha hecho cambiar mucho esta experiencia?

Yo entré de una forma y he salido algo cambiado. He salido de la cárcel, pero hasta hace poco no ha salido aquello de mí. Ha sido un impacto muy grande y estoy saliendo, pero a veces te vuelven los demonios.

¿La sensación que ha tenido este tiempo en prisión era que se había cometido una injusticia con usted?

Estaba sufriendo una injusticia y una terrible pérdida de tiempo. Hay allí chavales que han hecho una especie de titulación por la UNED, pero para mí era una pérdida de tiempo. ¿Qué me iban a enseñar? Arrancarte de tu familia y meterte allí es una barbaridad.

¿Se arrepiente de esos enchufes que le han costado tanto?

Fue difícil buscar un arrepentimiento porque el secretario del Ayuntamiento decía que los contratos de estos dos señores eran legales. Y cuando el máximo detentador de la legalidad dice eso... ¿Qué es lo que pasa aquí? En esos días la que era alcaldesa de Chipiona había realizado 76 contratos con el informe en contra del secretario y del interventor y pactó con el fiscal y nunca entró. Son dos varas de medir.

¿De haber tenido otras siglas detrás se habría librado de la cárcel?

Siempre he dicho que sí. Tener detrás el peso de un gran partido a nivel nacional lo cambia todo. Al perro flaco todo se le vuelven pulgas. Esto es muy triste, pero estamos ante una justicia que cada día se le aproxima un color azul preocupante, pero tan preocupante como si le queremos cambiar el color a rojo o malva; todavía peor. No sé por qué tenemos la desgracia de no tener un sistema judicial bueno, con unos buenos administradores, sin que tengamos la conflictividad que tenemos hoy. Tenemos sin resolver el anclaje superior del sistema por cuotas de partidos o por dimes y diretes.

¿Siente que le usaron como cabeza de turco para avisar a otros políticos de posible ilegalidades?

Existe entre los políticos ahora un miedo por firmar cualquier cosa que está metido en las administraciones locales y autonómicas. Piensan que equivocarse puede suponer un delito. Y no lo es: equivocarse es humano. Yo no me he quedado nunca con un duro. He estado en la cárcel por contratar a dos asesores.

Estuvo 24 años en la alcaldía de Jerez. ¿Le tentaron con alguna ilegalidad en ese tiempo?

La gente cree que todos tenemos un precio y se equivoca. Las tentaciones salen como amigos, a miles. Cuando caes en desgracia se te van la mitad o más. Cuando estás en política estás en un escaparate muy apetitoso. Aunque hoy en día parece que no es así porque por los rumores que hay de posibles candidatos en Jerez hablan de gente muy mediocre. La gente no está motivada para empezar desde concejal. Directamente quieren ser diputados, cuando ser concejal es la escuela base de la democracia.

¿Cómo ve el nivel de la clase política hoy en día?

No son como éramos nosotros, que salíamos de una dictadura cruel. Teníamos ansias de libertad y no íbamos pensando en lo que íbamos a cobrar. Yo era abogado de la Caja de Ahorros, no estaba en el paro. Teníamos ilusión por construir las ciudades, por participar y la gente nos veía con buena voluntad. Yo me encontré calles en Jerez sin asfaltado, sin alumbrado público y sin alcantarillado. Hoy leo declaraciones de jóvenes políticos y con respecto a nosotros parece que hay un milenio de separación.

Si pudiera volver atrás en el tiempo, ¿qué cambiaría?

Ser menos terco, tal vez. Pero, ¿eso cómo se quita? Nadie es perfecto, pero a veces me pasaba de terco. Yo no corregiría mucho; quizá otros tengan que corregirme cosas que yo no vea.

¿Qué le hizo tener fuerza para superar los malos momentos?

Yo qué sé. Cuando el rastrillo se cierra, entras en el pasillo, se abren las celdas y se cierran, da pavor.

¿Le echarán de menos en la cárcel?

Yo he ayudado mucho a la gente. Me apreciaban y yo a ellos; necesitaban la ayuda. El incompetente del director, que es de Jerez, se ensañaba en contra de su equipo. Era del PP, muy de extrema derecha, y era una pesadilla. Por suerte ya no está.

¿Qué sensación le ha dejado el sistema carcelario que hay en este país?

La sensación es muy mala. Tal y como está concebido no cumple con la Constitución. El fin de la ejecución de las penas es que el sujeto se rehabilite y se reinserte en la sociedad, pero de la cárcel que conozco sales peor. Y eso que la media de los funcionarios de seguridad es bastante aceptable. Me he encontrado experiencias donde el equipo técnico del módulo (asistenta, jurista, psicólogo) ha querido aplicarte la sentencia condenatoria, pero de otra forma aún más dura.

Y ahora, ¿qué? ¿Qué planes tiene?

Voy a disfrutar estos días y vamos a ir a andar a Santiago con unos amigos. Y a verlas venir, esperando el indulto, que hace un año y dos meses que entró en Madrid. Ahora se ha puesto de moda por el posible indulto a Griñán. El mío es distinto porque el mío no es para no entrar, es que yo ya salí. Es para que me quiten esa penita de no poder presentarme a un cargo público, cuando yo nunca me he ido de la política. Estoy con el gusanillo desde hace mucho tiempo. Yo sigo en política, estoy todo el día pendiente.

¿Tener 73 años es un hándicap?

En Italia la edad no es problema para ser candidato. O basta con ver a Biden o al propio Trump. Yo ahora me centro en que se haga justicia, aunque sea desde un órgano ejecutivo.

¿Le daría el indulto a Griñán?

Yo firmé el indulto al sindicalista Trillo en su momento. Yo diría que sí al de Griñán por razones humanitarias, pero quedan cosas por aclarar. ¿Los 900 millones dónde están? ¿Lo que tienen que pagar los etarras dónde está? Que se queden tranquilos porque yo ya pagué hace tres años por los dos asesores unos 300.000 euros.

¿Se presentará a la alcaldía de Jerez si recibe el indulto?

La gente lo da por hecho, pero yo no tengo las cosas claras. Yo quiero que hagan justicia, que me quiten la inhabilitación. De los jueces no puedo esperar nada, pero del Gobierno sí espero que me quite esa carga, que me den esa compensación moral del daño tan terrible que me hicieron. Quien lo tiene en la mano es el Gobierno.

¿Qué opinión le merece la labor del Gobierno en los últimos tiempos?

A mí no me gusta lo que hay de alternativa. Lo que sí le diría, si me quieren hacer caso, es que las medidas que se han tomado para paliar la terrible crisis que tenemos, que son bastante buenas, se apliquen cuanto antes y que lleguen a la gente al bolsillo. No puede tardar un año y medio en aplicarse el bono juvenil, por favor. Aún hay problemas para aplicar el salario mínimo y hay que agilizar las buenas medidas que se han tomado.

¿Qué piensa de esa alternativa de la que habla?

Este PP es igual que el de Rajoy, con el papel pintoresco de la señora Ayuso en Madrid. Pero torres más altas han caído. La última escenificación de la Tabarnia me parece de payasa. Una vez se puede hacer el payaso y te ríes, pero esto ya es hacerlo por sistema. Ahí se ha retratado.