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Frenar al galopante fascismo
Os recomiendo ver el vídeo lanzado por el Parlamento Europeo donde, en cuatro minutos, abuelos de la UE rememoran el dolor causado, cuando eran niños, por el fascismo, el nazismo, por la opresión antidemocrática también en el bloque soviético… una transmisión mirando a los ojos a sus nietos veinteañeros pidiéndoles que defiendan la democracia, la libertad y por tanto la paz votando y votando antifascismo en las elecciones europeas que en España serán el 9 de junio.
Lástima que no incluyan a una abuela o abuelo español de esa generación que sufrió el golpe franquista y su guerra tres años antes del arranque de la II Guerra Mundial y que cuando esta acabó con victoria aliada aún tuvo que soportar la dictadura cruel y cateta de Franco treinta años más. Tampoco salen portugueses, ni griegos. El sur siempre infrarrepresentado.
Con todo, el vídeo es potente y pertinente dado cómo el neofascismo está desafiando el orden democrático europeo, de cada país miembro, de EEUU y mundial. Sí, porque estamos ante la determinación de las fuerzas reaccionarias de repetir en los años 30 y 40 del siglo XXI lo que intentaron en los años 30 y 40 del XX: cargarse las democracias e instaurar regímenes autoritarios donde el ultracapitalismo beneficie a los más ricos y donde la sociedad sea como ellos sueñan, es decir, dócil y sometida al dominio de hombres blancos, heteros, del catolicismo más rancio… e hipócritas, porque aquel franquismo que duró 40 años estuvo lleno de falsas apariencias y dobles vidas.
Desde 2014 es evidente la estrategia neofacha de estigmatizar a los inmigrantes, como en el siglo pasado estigmatizaron a los judíos, para llegar a las instituciones y socavar las democracias desde dentro. De nuevo, pese a que la historia debiera vacunar, les funciona. Han logrado que siete decada 10 europeos estén preocupados con la cantidad de inmigrantes y, con ello, obtienen votos para entrar en los parlamentos y gobiernos, echando la culpa de males que son obra del capitalismo asalvajado a las y los trabajadores inmigrantes claves para nuestras economías, los que la Confederación de Empresarios apoya regularizar, de los que, según el Banco de España, solo en nuestro país, necesitaremos 25 millones antes de 2053.
Diez años ya viéndole las orejas al lobo. Los ultraderechistas, antes agazapados y avergonzados en los partidos de derecha convencional, exhiben ahora, en estos mismos partidos o en las formaciones ultra desgajadas, su fascismo, machismo y racismo sin careta y lanzados a intimidar. Se presentan, ellos, como subversivos frente al orden y la estabilidad democráticos y esa supuesta rebeldía indómita hace que mucha juventud, desconocedora del peligro, se vea captada. Están de moda, como fascistas y nazis lo estuvieron ayer, su estética, simbología, gestos, mantras… justo antes de causar los enfrentamientos, persecuciones, torturas, muertes y destrucción de la libertad que sufrió toda la sociedad española y europea, sobre todo sus jóvenes.
Intolerable apología del franquismo
Pero ahora ya se nos acumulan los hechos alarmantes. Esta semana franquistas brazo en alto, con banderas con la Cruz de Borgoña y escudos preconstitucionales, han recorrido la Gran Vía de Madrid gritando: “¡Viva Franco! ¡Viva José Antonio! ¡Arriba España! ¡Viva el Caudillo! ¡Pedro Sánchez, hijo de puta! ¡A por Sánchez oé! ¡Rojos no, hijos de puta, rojos no! ¡Rojos de mierda, a tomar por culo!”, sin que sepamos que policía o justicia hayan actuado para protegernos a las y los ciudadanos amedrentados.
Esto coincide con la aparición de una pancarta llamando a echar a “los rojos” de la Universidad de Sevilla y amenazas en redes sociales con fotos de los universitarios que la quitaron, una muñeca negra hinchable colgada y una esvástica en un instituto riojano, agresiones a políticos de izquierda españoles y europeos.
Faltan actuaciones policiales, judiciales y políticas firmes contra los actos de desatada apología franquista, fascista y nazi que nos amenazan impunemente a las y los demócratas, con especial saña, a los de izquierda.
Frente a esto, a pesar del vídeo de los abuelos hecho por el Parlamento europeo, el PP de la UE y al frente la líder de la Comisión europea, Úrsula von der Leyen, se están radicalizando y ahora rechazan crear un cordón sanitario democrático frente a la ultraderecha. Es más, llevan ya tiempo dando por bueno el gobierno de la neofascista presidenta italiana Georgia Meloni bajo el cual se suceden sin consecuencias cada vez más exhibiciones fascistas multitudinarias como esta de enero en Roma o esta de mayo en Milán.
¿Y qué decir del PP en España? Lanzado en la campaña catalana, no a demonizar la amnistía que tanto ataca en todo el país pero allí no cita, sino a copiar y superar el discurso estigmatizador contra los inmigrantes made in los racistas españolistas de Vox y los racistas catalanistas de Aliança catalana. “Pido el voto”, ha dicho Feijóo, “a los que no admiten que la inmigración ilegal ocupe nuestros domicilios”. Y acto seguido culpó a los inmigrantes del aumento de la criminalidad, en una estrategia a la desesperada por superar en votos a Vox, pero dándole una razón que no tiene y por tanto dándole alas.
Encrucijada crítica
Afrontamos una coyuntura de alta tensión que determinará el progreso o retroceso en nuestro futuro inmediato. Lo hará en asuntos clave como la sostenibilidad de la vida o el desastre climático. Porque el fascismo es, no lo olvidemos, negacionismo de la evidencia científica en aras del lucro cortoplacista, ciego, enloquecido del selecto club de avaros.
En un contexto así se necesita, es imprescindible, urge una respuesta social y política, inteligente y responsable, de las y los demócratas, las y los defensores de la libertad en el más amplio arco ideológico, para proteger la democracia que es el más garantista, el mejor, sistema de gestión pacifica de las discrepancias.
La derecha tiene que desligarse de la ultraderecha. No digo que sea fácil porque, en España, la derecha españolista al romper puentes con las vasca y catalana no ve otra vía para gobernar, pero los demócratas de derecha saben que deben hacerlo.
Estamos en la encrucijada donde decidir si avanzar o retroceder en temas clave como la viabilidad de la existencia en la Tierra o el irremediable desastre climático. Porque, ojo, el fascismo niega la evidencia científica con tal de que el selecto club de avaros siga enriqueciéndose.
También la izquierda tiene tarea pues debe cambiar los discursos y políticas migratorias que aplica el gobierno de coalición PSOE-Sumar, antes PSOE-Unidas Podemos, con las devoluciones en caliente, deportaciones, impunidad de las matanzas de Melilla o el Tarajal, falta de vías legales y seguras para que las personas africanas viajen en las mismas condiciones que los blancos y condena a quienes sobreviven al Sáhara o al mar a ser explotados mínimo los 3 años que no se les deja tramitar sus papeles.
Son discursos y políticas migratorias que comparten, reconózcase, la base de las tesis racistas de los fascistas que es que no todos los humanos somos iguales en derechos y dignidad. Cuando lo cierto es que la gente trabajadora de todas partes formamos un nosotros llamado a unirse y protegerse de quienes en su egoísmo sin límites quiere exprimirnos.
Así que adelante a cuidar e impulsar la democracia, con medidas decididas y positivas, convengan o no estratégicamente a gobiernos o partidos, medidas que lleguen a la gente y la hagan confiar en las instituciones y que a estas instituciones las revitalicen. Como, si es verdad que se quiere sanear el pilar democrático que forman la información y los medios de comunicación, respetar que la presidencia y cúpula de RTVE sean elegidas por concurso público tal cual marca la ley y acaban de solicitar, en esta declaración, más de 100 periodistas, representantes de asociaciones periodísticas y profesores de Comunicación.
Revirtiendo en positivo recientes amenazas aznaristas: que el que pueda hacer haga... pero por la regeneración democrática.
Os recomiendo ver el vídeo lanzado por el Parlamento Europeo donde, en cuatro minutos, abuelos de la UE rememoran el dolor causado, cuando eran niños, por el fascismo, el nazismo, por la opresión antidemocrática también en el bloque soviético… una transmisión mirando a los ojos a sus nietos veinteañeros pidiéndoles que defiendan la democracia, la libertad y por tanto la paz votando y votando antifascismo en las elecciones europeas que en España serán el 9 de junio.
Lástima que no incluyan a una abuela o abuelo español de esa generación que sufrió el golpe franquista y su guerra tres años antes del arranque de la II Guerra Mundial y que cuando esta acabó con victoria aliada aún tuvo que soportar la dictadura cruel y cateta de Franco treinta años más. Tampoco salen portugueses, ni griegos. El sur siempre infrarrepresentado.