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La maraña judicial del caso Juana Rivas: el juez llama a declarar al hijo mayor

Un juez de Italia ha citado al mayor de los hijos de Juana Rivas y Francesco Arcuri para escucharle el próximo 13 de noviembre. Será una cita clave para determinar en qué situación se encuentran los menores a raíz de este mediático caso que, desde el verano de 2017, convive con los medios de comunicación al partir de unos supuestos malos tratos que el padre habría ejercido sobre la madre de Maracena (Granada). Fue la razón por la que Rivas habría venido huyendo desde Italia, donde compartía residencia con su expareja.

Será el siguiente hito de un caso lleno aún de condicionales, después de que el pasado 25 de octubre Rivas tuviera que devolver a sus hijos a Arcuri, al igual que ocurrió el 27 de agosto del pasado año. En aquella ocasión lo hacía tras pasar un mes en paradero desconocido y, también, con una resolución judicial que le obligaba a entregar a los niños a su padre.

El ‘caso Juana Rivas’ ha tenido antes y después de aquel salto a los medios de comunicación una serie de episodios que, como punto de inflexión, tiene la condena de un juzgado de Granada a cinco años de prisión y seis de pérdida de la patria potestad sobre sus hijos por dos delitos de sustracción de menores (uno por cada niño). Aquel fallo del pasado mes de julio fue mucho más allá de certificar que Rivas esquivó el requerimiento de la Justicia y huyó con sus hijos. Recibió muchas críticas de expertos juristas y colectivos feministas, y la sentencia está recurrida aunque el horizonte judicial de Juana Rivas no es demasiado halagüeño. Estas son las fechas clave de esta historia:

Viaje de sólo ida a Granada 

Carloforte (Italia). Mayo de 2016. Juana Rivas decide marcharse a España de vacaciones con sus dos hijos. Los días se alargaron y la madre de Maracena opta por no regresar. La situación con Arcuri, explicó entonces, era insostenible y vivía en un clima de tensión continuo. Acude al Centro de la Mujer de su pueblo para pedir ayuda y entra en contacto con Francisca Granados, que la aconseja interponer una denuncia contra su expareja por malos tratos. La denuncia se interpone el 12 de julio de 2016.

Rivas retrasa su regreso a Italia contándole a Arcuri que está enferma. El 2 de agosto decide informarle de que no volverá a Italia. Ni ella ni sus hijos. El 16 y el 30 del mismo mes, Rivas envía a Arcuri dos correos electrónicos asegurándole que podrá llamar a sus hijos cuando quiera pero que, si quiere verlos, tendrá que ser en Granada.

A partir de entonces arranca la disputa judicial entre Juana Rivas y Francesco Arcuri. La denuncia que interpuso Rivas en julio de 2016 por malos tratos cobra una importancia central en todo el caso porque en ella se relata que el hijo mayor de ambos había presenciado los malos tratos que su padre ejercía sobre su madre. Pero se presenta en España sobre hechos ocurridos en Italia, y actualmente esta denuncia sigue sin tramitarse.

Según el entorno jurídico de Francesco Arcuri, lo que Juana Rivas buscaba con aquella denuncia era obtener la Renta Activa de Inserción para mujeres maltratadas, con la que cobrar una pensión que le permitiera vivir en España junto a sus hijos. Ese argumento es similar al que utiliza el juez que, posteriormente, la condenó a cinco años de cárcel (“no es extraño, como muestra la práctica, que en algunos casos, se recurra a esa vía como medio de obtener ventajas procesales”). Pero la sentencia, más allá de juzgar el hecho concreto de la huída de la acusada con sus hijos, fue duramente criticada por expertos juristas por, entre otras cosas, incluir opiniones personales y valoraciones fuera de lugar sobre la vida de Juana Rivas.

“Huyendo del maltrato”

Pero Juana Rivas ha reiterado en todo momento que lo que sufrió con su expareja, y que presenció su hijo, fueron malos tratos por los que llegó a temer por su vida. Su vuelta a España se produjo porque venía “huyendo de maltrato”, afirmó. De hecho, en diciembre de 2016, Rivas puso una nueva denuncia añadiendo que su hijo mayor también había sido víctima de malos tratos, y recordando además que su expareja había sido condenada en 2009 por un delito de lesiones sobre ella.

Fue entonces cuando, después de esa segunda denuncia de Juana Rivas, la madre de Maracena ve cómo la justicia le empieza a dar la espalda. El 16 de diciembre de 2016, la justicia italiana remite al Juzgado de Primera Instancia número 3 de Granada una orden que obliga a Rivas a devolver a sus hijos con su padre según los dictados del Convenio de La Haya. Aquella orden se convirtió en una resolución en firme en abril de 2017, cuando la Audiencia Provincial de Granada dictó sentencia. Rivas, tras haber huido de Italia, tenía que devolver a los niños a su padre el 26 de julio de 2017. Pero no lo hizo.

Fue ese el momento en el que el 'caso Juana Rivas' salta a los medios. Un día antes de que los niños tuvieran que volver con su padre, Rivas aparece por primera vez en una rueda de prensa multitudinaria acompañada de Francisca Granados y de su abogada de entonces. Fue allí donde aseguraron que Juana no iba a entregar a los niños, y que su pretensión era evitar que sus hijos tuvieran que volver con un hombre al que ella acusa de haberlos maltratado.

Rivas cumple su palabra y, al día siguiente, en la fecha dictada por el juez, decide no presentarse en el Punto de Encuentro Familiar donde debía entregar a sus hijos a Francesco Arcuri algo más de un año después de marcharse del domicilio familiar italiano. Aquel día comienza una huida hacia adelante en la que Rivas encuentra el respaldo de las instituciones y de la sociedad bajo el lema “Juana está en mi casa”. Pero su desobediencia judicial le iba a pasar factura.

Hasta que llegó el día de la devolución, se produjo otro hecho relevante en este enrevesado caso: el Tribunal de Cagliari (Italia) le otorga la guarda y custodia provisional a Francesco Arcuri.

Reaparición y condena

Desde el 8 de agosto de 2017, Rivas estuvo en “busca y captura” por parte de la Guardia Civil. Agentes del cuerpo admitirían tiempo después, incluso en sede judicial, que sabían dónde estaba escondida pero que evitaron ir a por ella por no ahondar aún más en su situación y en la de los menores. Para entonces, el 'caso Juana Rivas' ya ocupaba el debate social en España y la defensa jurídica de la madre de Maracena había interpuesto ante el Tribunal Constitucional un recurso de amparo que no tuvo recorrido. El 28 de agosto de 2017, un mes y dos días después de desaparecer junto a sus hijos, Juana Rivas devolvió a los niños a su padre, cumpliendo la orden judicial italiana que pesaba contra ella.

En los últimos meses Juana Rivas ha podido ver a sus hijos en Italia siguiendo los regímenes de visitas que han ido acordando las partes. En paralelo, Juana Rivas ha presentado, entre España e Italia, hasta siete denuncias por maltrato contra sus hijos, según explica su defensa, para demostrar que Francesco Arcuri no puede tener la patria potestad de los niños porque los maltrata como la maltrató a ella. Rivas afirma que sus hijos están en “peligro de muerte”.

Cruce de demandas

En la última visita de Juana Rivas a Italia (a principios de otoño de 2018), se produjo el último cruce de demandas. Rivas denunció a Arcuri por maltrato contra el hijo menor y se negó a devolverlos de nuevo, dentro del régimen de visitas acordado. Eso le ha valido a Juana una nueva denuncia por sustracción de menores que tendrá que recorrer su propio periplo judicial en el país vecino. De momento, el entorno de Rivas asegura que ha logrado el apoyo del cónsul general de España en Italia y de la propia policía italiana, pero una orden judicial la ha obligado a devolver a los niños el pasado 25 de octubre.

Con todo, la custodia de los menores sigue siendo provisional para el padre desde junio de 2017, tras un informe pericial de 177 páginas en el que participaron peritos de ambas partes. Sobre la custodia quedan dudas porque, aunque Juana Rivas está condenada a la pérdida de la custodia durante seis años, la sentencia aún no es firme. A su vez, el Tribunal de Cagliari (Italia) sigue siendo el responsable de decidir sobre quién recaerá dicha custodia.

Por eso, este 13 de noviembre va a ser un momento importante para dilucidar la cuestión. Rivas y su entorno han relatado en más de una ocasión que sus hijos quieren ser escuchados. Por ello, han remitido diversas cartas, acompañando a alguna de las denuncias, redactadas por el mayor de los niños, en los que él mismo habría denunciado los abusos y malos tratos de su padre. Como casi todo en este caso, dichas misivas están rodeadas de polémica ya que el entorno de Francesco Arcuri asegura tener “la absoluta certeza de que están dictadas por Francisca Granados o Juana Rivas”. De ahí que aseguren, tajantemente, que las denuncias presentadas por la madre de Maracena acabaran siendo archivadas. No obstante, ni las últimas denuncias han sido tramitadas aún, ni el tema de la custodia resuelto. Con lo que el largo camino judicial sigue abierto.