La próxima edición de la Bienal de Arte Flamenco de Sevilla, en septiembre de 2018, tendrá nuevo director. Será el escritor, periodista y flamencólogo José Luis Ortiz Nuevo, uno de sus fundadores y director del certamen durante 15 años, en sustitución de Cristobal Ortega, que asumió el cargo en junio de 2013 de la mano del exalcalde Juan Ignacio Zoido. Con más de un año de antelación para la celebración de la cita, Ortiz tendrá la misión de darle al festival de flamenco “un profundo cambio de modelo” aunque su designación se limitará “específicamente” a la edición de 2018, según ha anunciado el Ayuntamiento hispalense, ya que dicho nuevo modelo incluye que la dirección cambiará en cada edición de la Bienal.
Hace poco más de dos semanas, durante el pleno municipal del viernes 30 de junio, el concejal de Cultura del Ayuntamiento de Sevilla, Antonio Muñoz, ya manifestó que la Bienal necesitaba “un cambio de modelo y un cambio de dirección”. Dicho y hecho. El que antes fuera gerente y responsable de producción durante nueve años de la compañía de la bailaora granadina Eva Yerbabuena, el citado Cristobal Ortega, dejará su puesto a José Luis Ortiz Nuevo.
La gestión de Ortega ha sido objeto de críticas en los últimos meses, principalmente por parte del grupo municipal de Participa Sevilla, que constató que las cuentas de la Bienal “no cuadraban”, a tenor de un documento facilitado en abril por el Ayuntamiento en la Comisión de Ruegos y Preguntas, meses después de su celebración y que, como se aprecia al final de esta información, traslada unos gastos e ingresos “cuadrados al céntimo”. El consistorio, según han indicado fuentes de la formación, se escudó en que se trataba de una estimación previa, si bien en el propio 'informe' el coordinador general de la Bienal se congratulaba del “equilibrio” dentro de los prespuestos previstos.
Participa ha denunciado en los últimos meses la “falsedad” de las cuentas de la última edición, así como sus “grandes lagunas y errores en programación”, sobre todo a partir de recibir el documento facilitado por el Ayuntamiento sobre las cuentas de la Bienal y que se depuraran responsabilidades. “Las pérdidas con respecto al año anterior son mayores, unos datos muy diferentes a los que se hicieron públicos en prensa días después desde la propia Bienal”, denunció Participa, que cuenta con copia de todos los expedientes de la edición 2016 a través de la cual ha confirmado que los números reales no coincidían con la referida “memoria económica”.
En el último pleno municipal, el gobierno local sacaba adelante el reconocimiento de crédito del Instituto de la Cultura y las Artes de Sevilla (ICAS), que gestiona el certamen flamenco, por 747.000 euros y que suponen 117 facturas de 2016 que por distintas razones tendrán que ser consignadas en el presupuesto de 2017 al no haber podido entrar en el ejercicio anterior. Entre ellas se encuentran diversas partidas de la Bienal de Flamenco en su última edición.
“Retrasos” en los pagos
Según el grupo municipal de Participa, que ha insistido estos meses en la “mala gestión” de la Bienal, no coincidían “los ingresos correspondientes a dos de los convenios, uno de ellos incluso había expirado en el mes de diciembre, o la factura de la SGAE era el doble de lo anunciado”. Así, “el tanto por ciento del INAEM tampoco sería la aparece en la memoria, porque se está basando en unas cifras irreales”, además de “otras sorpresas que nos hemos encontrado al revisar los cachés de los artistas, en los que algunos se veían favorecidos por la actual dirección”, como el de la propia Eva Yerbabuena.
En agosto de 2016, Participa Sevilla ya había denunció la suspensión de la inauguración a cargo de Rafael Riqueni, como era lo más probable por su situación personal, que fue sustituido por 'La Guerra de las Mujeres', un espectáculo “ya estrenado en Mérida y que, a pesar de su calidad no es lo que se espera de una Bienal de Flamenco, que espera ser un referente”. Del mismo modo, recordaron que “se suspendieron las actuaciones de Merche Esmeralda o Pitingo, así como dos de las fechas del Ballet Nacional de España”. En su denuncia pública advirtieron de que “a diez días del inicio del evento todavía no se habían firmado la mayoría de los contratos de los espectáculos que habían sido presentados en febrero, con la inestabilidad que esta situación generaba”.
“Los graves problemas de gestión continuaron meses después con el gran retraso en el pago a los diferentes artistas y proveedores, así como la presentación de unas cuentas falsas”, a cuenta del citado documento mostrado en el pleno por su portavoz, Susana Serrano, y en el que “los números ofrecidos a nuestro grupo municipal no se correspondían con la realidad”. “Las pérdidas con respecto al año anterior son mayores, unos datos muy diferentes a los que se hicieron públicos en prensa días después desde la propia Bienal”, lamentaron el pasado junio.
Ortiz Nuevo deberá “pilotar un nuevo diseño y un nuevo impulso al certamen”, precisamente coincidiendo con su XX edición. “La Bienal iniciará una nueva etapa” y “se impulsará un profundo cambio de modelo”, según ha expuesto este lunes el Ayuntamiento. Antonio Muñoz ha comunicado ya la decisión al ahora ahora director de la Bienal, Cristobal Ortega, a quien ha agradecido su “dedicación y su trabajo durante los últimos años”.
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