Poco o nada se parece la estrategia de Podemos a escala nacional, con la que, tras las elecciones autonómicas, llevó a cabo la formación morada en Aragón. En la Comunidad, rechazaron ocupar ‘sillones’ y establecieron el decálogo como elemento basilar.
En Madrid, sin embargo, Pablo Iglesias se postuló como vicepresidente a las primeras de cambio, aunque, como recordó ayer en Radio Zaragoza el líder de Podemos en Aragón, Pablo Echenique, “dedicó mucho más tiempo a hablar de alternativas habitacionales para víctimas de violencia machista o de cómo evitar cortes de luz; que a referirse a los cargos del futuro Gobierno”.
No lo relacionan con lo que pueda suceder en la capital de España, pero fuentes del partido en la Comunidad sí aseguran que, en el futuro, habrá que abrir “un debate acerca de la cuestión de la relación de Podemos con el Gobierno/PSOE de Aragón”.
A pesar de que ambas hojas de ruta se antojen antagónicas, desde la Comunidad se aplaude el golpe sobre la mesa que dio Pablo Iglesias el pasado viernes. Con un partido socialista “que no ha dado ni un solo paso más que el de marcar líneas rojas previas a cualquier diálogo y atenazado por sus conflictos internos de liderazgo”, explican, “ha sido preciso un ejercicio de responsabilidad por parte de Podemos de cara a plantear un Gobierno de cambio que desaloje al PP y a sus políticas de austeridad de la Moncloa”.
Califican su comportamiento de valiente y explican que responde a dos necesidades concretas: “Dotar de estabilidad parlamentaria al Gobierno y ayudar a que avance el proceso de investidura”.
“Las circunstancias en Aragón son distintas”
Aducen para justificar tan diferente táctica, que las circunstancias en el país no tienen nada que ver con las que se dieron en la Comunidad. Aquí, dicen, “hubo desde el primer momento un diálogo, complicado, pero permanente, de cara a la investidura. La aritmética y la fortaleza de Podemos obligó al PSOE a mostrar su mejor cara y dar un giro en posturas que había mantenido en legislaturas anteriores”.
Aun así, “esto no ha sido obstáculo para faltar a muchos de sus compromisos, y el Grupo Parlamentario de Podemos está realizando un control del Ejecutivo en las Cortes que hubiera sido más complicado hacer desde dentro”. Por añadidura, continúan, en Aragón sí había una experiencia previa, “poco satisfactoria, de gobiernos de coalición (PP – PAR o PSOE – PAR) y entendíamos que la potenciación del papel de las Cortes, del protagonismo ciudadano era una novedad política más importante”.
Absolutamente independientes de la organización estatal
Quieren dejar claro que tienen una autonomía total, no como otros partidos, apuntan: “Los barones del PSOE se pronuncian todos los días dando permiso y marcando por donde puede y no puede ir Sánchez”. También en Radio Zaragoza envío un dardo envenenado Echenique al presidente autonómico, Javier Lambán, al asegurar que “nunca desde la dirección de Podemos Aragón le dirán a Iglesias de qué puede y no puede hablar con Sánchez”.
Clara referencia al comunicado socialista del pasado viernes, en el que el máximo mandatario del Ejecutivo aragonés indicó que daba “vía libre a la negociación con Podemos, con la excepción de excluir el derecho a la autodeterminación”. Explicó Lambán que “contar con la abstención o el voto a favor de los partidos independentistas es una solución” que no se pueden “ni plantear”.
Ante todo, concluyó, “debemos ser patriotas y poner por delante de cualquier otra consideración el interés de España y de los españoles”. Por ello, el presidente apostó por llegar a acuerdos con Ciudadanos porque, “aunque sea un partido conservador, está libre de hipotecas de corrupción y de escándalos que tiene el PP”.
Acuerdos de investidura y presupuestos
La relación entre Podemos y el Gobierno de Aragón está repleta de altibajos. Acuerdos puntuales chocan con repetidas críticas y una férrea labor de vigilancia desde la bancada morada. En el partido apuntan que viven “en una decepción que se ha convertido en habitual”. Destacan que han visto “mucha cosmética a la hora de afrontar medidas necesarias” en los que, para ellos, han sido los dos grandes hitos en lo que va de legislatura: acuerdo de investidura y presupuestos.
Es el debate presupuestario lo que ha provocado las mayores divergencias últimamente. Más de 250 enmiendas presentó la formación de Pablo Echenique. Tras muchas horas de negociación, el PSOE decidió aceptar in extremis una de las más significativas para Podemos, la que se refería a aumentar el Ingreso Aragonés de Inserción (IAI). Después de una miríada de dimes y diretes, el Consejo Ciudadano de Podemos decidió, en la tarde de ayer, dar su anuencia a los presupuestos.
Pero tantas opiniones dispares en asuntos de vital importancia para los morados, parece que están haciendo mella en la relación. Es ahí donde, en teoría, se asienta la pretensión de Podemos de estatuir variaciones en el tipo de relación que, en la actualidad, mantienen con los socialistas.