Meryl Streep: “En este mundo cada vez más hostil y volátil lo importante es escuchar”
La actriz estadounidense, visiblemente emocionada en el Teatro Campoamor, ha recordado a Picasso y a Lorca y ha reivindicado la empatía como herramienta para la “diplomacia”
Visiblemente emocionada y con una tímida carcajada nerviosa empezaba Meryl Streep su discurso esta tarde en el Teatro Campoamor, inmediatamente después de haber recibido el galardón como Premio Princesa de Asturias de las Artes. “Una parte de mí sospecha que como he presentado a personas extraordinarias me toman por una de ellas”, decía en el arranque de su discurso.
Con un público entregado a su magia de estrella hoolywoodiense y su hermano grabando toda su 'actuación' en las tablas del teatro ovetense, la actriz ha hablado de su experiencia cinematográfica donde afirma que la han criticado por alejarse en sus papeles de su propia “experiencia vivida”, por alejarse de su “verdad e identidad”. Pero recuperando una frase de Penélope Cruz: “¡No puedes vivir tu vida mirándote a ti mismo desde el punto de vista de otra persona!”, a la que ha asegurado que no sabe imitar en su acento, la actriz ha reivindicado la empatía.
“La empatía es el corazón palpitante del don del actor. Es la corriente que nos conecta, a mí y a mi propio pulso, con el de un personaje de ficción. Puedo hacer que su corazón se acelere, o calmarlo, según lo requiere una escena”, ha relatado, para “llevar esa corriente” hacia el espectador que está en su butaca. “Todos sentimos que nos está pasando al mismo tiempo”, ha afirmado Streep, resumiendo así la magia del cine.
“Siempre me he sentido impulsada a comprender ese otro instinto, contraintuitivo que nos lleva a interesarnos por los extraños, esa capacidad de seguir la historia de personas ajenas a nuestra tribu, es mi trabajo”, ha resumido. Mencionando también a Pablo Picasso, la actriz ha repetido una frase del pintor: “limitar a los demás es necesario, limitarse a uno mismo es patético”.
También ha recordado a Federico García Lorca que, dos meses antes de “su propio asesinato” finalizaba 'La casa de Bernarda Alba', obra para la que la actriz ha revelado que diseñó en la universidad el vestuario para una producción. Streep ha elogiado cómo el poeta granadino fue capaz de mirar “desde tan alto” con “tanta distancia los acontecimientos que tanto lo amenazaban”. “Que pudiera expresar una sabiduría que no lo salvaría pero que sería una advertencia de futuro es un regalo para nosotros”, ha dicho la estrella de Hoolywood.
Echando una mirada al panorama internacional, al escenario bélico que se vive tanto por el conflicto entre Israel y Palestina, como el de Rusia y Ucrania, Meryl Streep ha repetido que la empatía “puede ser una forma radical de acercamiento y diplomacia” y que espera que la regla que se enseña a todos los actores se haga general al resto, “lo importante es escuchar”. “Gracias por escuchar”, ha dicho para despedirse.
Anteponer los pacientes al lucro
Además de Meryl Streep, antes de la entrega de los galardones, han tomado la palabra otros dos premiados. El director ejecutivo de Iniciativa Medicamentos para Enfermedades Desatendidas (DNDi en sus siglas en inglés), Luis Pizarro, se ha mostrado convencido de que “un modelo de investigación y desarrollo sin fines de lucro, basado en las necesidades de los pacientes, es posible”.
“En 2023, gracias a los avances de la ciencia, al trabajo de nuestros equipos y socios y a la atención que nos dan con este premio, podemos, todos juntos, acabar con las enfermedades desatendidas”, ha afirmado Pizarro en el Teatro Campoamor de Oviedo.
Su organización ha sido galardonada con el Premio Princesa de Asturias de Cooperación Internacional 2023 por haber desarrollado en sus veinte años de historia numerosos medicamentos “eficaces, accesibles y asequibles” para dolencias que causan “graves estigmas sociales y millones de muertes al año”.
En presencia de los reyes, de la princesa Leonor y de la infanta Sofía, Pizarro ha recordado que una de cada cinco personas, es decir, unos 1.600 millones de seres humanos, sufren alguna de esas enfermedades “que cada día matan, desfiguran y arruinan, no sólo a los enfermos, sino también a sus comunidades y seres queridos”. Y que lo sufren “porque nacieron en el lugar equivocado”, porque son “demasiado pobres para constituir un mercado lucrativo” y porque no cuentan con una voz que se oiga.
Tras reconocer que en un mundo ideal su organización no debería haber sido galardonada porque significaría que ningún paciente sería ignorado y que DNDi no tendría razón de ser, Pizarro ha incidido en que sigue habiendo millones de enfermos “desatendidos, olvidados e invisibles” que no tienen cura, porque “son demasiado pobres para que sus enfermedades interesen en este lado del mundo”.
Correr como un poder para la unión
Antes de Pizarro, el primer premiado en tomar la palabra en el Teatro Campoamor fue el galardonado con el Premio Princesa de los Deportes. El atleta keniano Eliud Kipchoge ha asegurado este viernes que correr “no es solo un movimiento físico”, es un “vehículo que tiene el poder de unirnos” y donde no importan los orígenes ni “el color de tu piel”.
Kipchoge ha afirmado que correr “une a personas de todos los ámbitos de la vida” y es un “testimonio de que todos somos uno”. “Siempre digo que debemos hacer de nuestro mundo un mundo que corre. Porque un mundo que corre es un mundo feliz. Y un mundo feliz es un mundo en paz”, ha dicho el apodado como el Filósofo por su destreza estratégica en las carreras y su capacidad de concentración.
El maratoniano ha destacado que existe un fuerte paralelismo entre correr y la vida cotidiana, donde para “ser felices” las personas deben centrarse en su salud mental y superar los “desafíos antes de alcanzar la proverbial línea de meta”.
“Alguien que termina un maratón, es capaz de lograr cualquier cosa en la vida”, ha confesado el keniano, quien ha explicado que no se puede apresurar el éxito, dado que exige “mucha disciplina”, un “duro trabajo” y contar con “un equipo fuerte alrededor”.
El atleta ha revindicado la importancia de cuidar el medio ambiente y de fomentar la educación, una misión en la que está centrada la Fundación Eliud Kipchoge. “La educación concierne al mundo entero y me gustaría ir más allá. Los invito a unirse a nuestra misión y a ayudar a llevar el conocimiento adecuado sobre estos temas a nuestros jóvenes en Kenia y en todo el mundo”, ha señalado esta leyenda del atletismo mundial .
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