Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
La portada de mañana
Acceder
El Supremo amplía la investigación de los correos de la pareja de Ayuso
La Generalitat reconoció por escrito que el seguimiento de ríos es su responsabilidad
Opinión - Lobato, en su laberinto. Por Esther Palomera
Sobre este blog

El caballo de Nietzsche es el espacio en eldiario.es para los derechos animales, permanentemente vulnerados por razón de su especie. Somos la voz de quienes no la tienen y nos comprometemos con su defensa. Porque los animales no humanos no son objetos sino individuos que sienten, como el caballo al que Nietzsche se abrazó llorando.

Editamos Ruth Toledano, Concha López y Lucía Arana (RRSS).

“Se abandonan perros y gatos por el coronavirus, y en los casos más extremos los han tirado por la ventana”

El periodista Zigor Aldama, corresponsal en Extremo Oriente con base en Shanghái, China.

Ibon Pérez

3

Las especulaciones y mitos por el control del Covid-19 se propagan con la misma rapidez que la enfermedad. El temor va en aumento. Los refugios de animales en China no dan abasto ante el número de perros y gatos que son cruelmente abandonados, y el Gobierno está organizando matanzas de forma preventiva. Mientras tanto, los científicos intentan probar el origen animal del coronavirus.

Zigor Aldama (Bilbao, 1980) esquiva los rumores, la censura y las teorías conspirativas. Con los dedos pegados al teclado -tanto que ha tenido que ser tratado por una lesión- escribe crónicas desde Shanghái, analizando la expansión de la pandemia en sus crónicas desde el terreno.

Adiós a Mongolia (Ediciones Península, 2020), su último libro, ha llegado a las librerías antes que a sus propias manos. Los protocolos sanitarios del país asiático afectan también al correo postal. El periodista salva la distancia geográfica y horaria atendiendo a El Caballo de Nietzsche.

¿Cuál es el trato que reciben los animales en China?

Hay una dicotomía interesante. Por un lado están las zonas más rurales, en las que los animales son considerados como ganado, fuente de comida o de trabajo, y reciben un trato mucho peor: se utilizan búfalos en la huerta, hacinados, sin recibir cariño, sacrificados sin ningún tipo de control sanitario... En el ámbito urbano, se está dando una gran transformación social y avances parecidos a los que se producen en Occidente con la adopción de animales.

¿Por qué crees que se da esta mejora en las ciudades?

Las familias no son las que eran antes. En las ciudades, la gente que vive sola o en pareja, en vez de seguir el patrón habitual de vivir con los padres o los abuelos, convive con perros y gatos en las viviendas. Según la Asociación para la Protección de Pequeños Animales de Wuhan, que cuenta con 11 millones de habitantes, hay entre 300.000 y 600.000 perros y gatos domésticos en la ciudad.

Se estima que hay 150 millones de animales del hogar en todo el país. Aunque su tenencia es un fenómeno relativamente nuevo en China, en los últimos meses están aumentando los casos de abandono. ¿Te ha llegado algún caso que te haya impactado?

La crisis sanitaria del coronavirus nos muestra las dos caras de la moneda en lo que al trato de animales se refiere. Muchísima gente llamaba a conocidos, allegados o incluso desconocidos para que cuidasen de los animales domésticos a los que habían dejado solos en casa. No por gusto sino porque, debido a las cuarentenas a las que están obligadas casi 60 millones de personas, no podían volver a casa para darles de comer.

Ha habido incluso organizaciones que se han movilizado para recoger información sobre estas personas que no podían cuidar de sus animales e ir casa por casa (incluso rompiendo las puertas) para poder acceder y alimentarlos. Esto ha tenido bastante repercusión y ha demostrado que la gente se está preocupando más por el bienestar animal en China.

¿Qué es lo que más te ha sobrecogido de la situación?

En los casos más extremos, los negativos, algunas personas han matado a sus animales lanzándolos desde las ventanas de sus hogares, por un miedo irracional que no está sustentado, de momento, en ninguna base científica. También hay casos de perros y gatos callejeros con los que han acabado a palos.

¿Cómo han llegado los animales a ser un chivo expiatorio fácil? ¿Ha sido por desconfianza en los funcionarios, por las noticias falsas, por la confusión generada…?

Los animales se han convertido en el chivo expiatorio porque se ha transmitido el temor de que puedan ser el vehículo y el origen del contagio.

Se ha dicho que el virus podría haberse propagado de animales a través del tráfico ilegal. ¿Hacia dónde van las últimas pesquisas?

Desafortunadamente, la tradición china ha propiciado que se consuman muchos animales salvajes, animales que para nosotros no son aptos para el consumo. Aunque todavía no se sabe a ciencia cierta cómo se ha llegado a infectar el ser humano, la teoría más extendida es que el virus se ha transmitido de murciélagos a nuestra especie directamente, aunque hay quienes creen que puede haber un animal intermedio, el pangolín o la serpiente, por ejemplo. Estos sí que se consumen en China y no el murciélago, a pesar de que han circulado vídeos por ahí.

¿Los vídeos donde se ven personas comiendo carne de murciélago no son reales?

Están grabados en el estado insular pacífico de Palau, que es donde sí se consume este animal. En China no se consume murciélago de forma habitual en ninguna parte.

Las autoridades chinas han prohibido el comercio de cualquier animal salvaje. El pangolín, por ejemplo, está al borde de la extinción porque su armadura está llena de escamas que, supuestamente, curan enfermedades.

Era algo que ya estaba en la legislación, aunque solamente protegía a las especies más vulnerables o amenazadas. Ahora el Gobierno ha decidido redactar la ley de una forma diferente, un poco vaga. No especifica muy bien a qué especies se tiene que proteger. Se menciona a la rata del bambú, criada en granjas para el consumo propio, al pangolín, etc.

¿Hasta qué punto pueden ser efectivas estás medidas para salvar a este mamífero, el pangolín?

El pangolín, el animal que dicen podría haber sido el vehículo intermedio del virus desde el murciélago hasta llegar a las personas, no se puede consumir ahora, aunque como es una especie que está en peligro de extinción tampoco se podía consumir antes. Lo que parece que va a suceder es, simplemente, que se va a tratar de implementar mejor la ley, algo que a menudo no sucede en China. Se escriben y se aprueban las leyes pero luego no se implementan.

¿Se están aceptando bien estas restricciones por la población?

La gente se pregunta cómo es posible que estas medidas no se hayan tomado antes. En China ha habido un debate interno importante porque muchos señalan, con razón, que en los años 2002-2003 (en plena crisis del SARS) ya se supo que en los mercados vendían animales vivos y sacrificaban individuos salvajes sin ningún tipo de control sanitario. Esto significa que ya era un peligro que se podía haber evitado al ser un vivero de infecciones.

Creo que la crisis del coronavirus está siendo mayor incluso que la del SARS y el Gobierno ha decidido tomar medidas más drásticas. No hay mal que por bien no venga: seguramente, la protección que reciban los animales salvajes (sobre todo, los que están en peligro de extinción) va a ser mucho mayor a partir de ahora.

¿Qué hay de cierto sobre el mercado donde supuestamente se originó el brote? ¿Es verdad que se vendían animales exóticos no aptos para el consumo humano?

El mercado de Wuhan existe, está ahí, y se vendía una variedad de animales que nosotros no consideramos apropiados para el consumo humano. Mantenían a los animales vivos en condiciones muy malas y los mataban directamente allí, sin control alguno de sanidad. Por eso, según algunos científicos, ha saltado el virus al ser humano.

Todos conocemos el caso de Excalibur, el perro de Teresa Romero, infectada de Ébola en 2014. Fue sacrificado preventivamente, sin saber si había contraído el virus. En Hong Kong acaban de confirmar el caso de un perro con coronavirus . ¿Se ha hablado de acabar con la vida de ese animal de forma preventiva?caso de Excalibur

En Hong Kong no se está hablando de matar al perro que ha sido infectado con coronavirus por la mujer con la que convive. Lo que han hecho las autoridades ha sido poner en cuarentena a todas los animales de las personas infectados. Todos esos animales tendrán que pasar por una cuarentena de 14 días, pero en ningún caso se ha planteado la posibilidad de sacrificarlos.

El sacrificio masivo de animales de familia en una ciudad como Hong Kong, que es una ciudad muy desarrollada, sería muy difícil de justificar sin una base científica que probase su capacidad de transmisión del virus.

¿Se sabe si los perros pueden ser contagiados por humanos o pueden contagiarlos?

Todavía tenemos que esperar a las investigaciones de los científicos. Parece que los perros se pueden contagiar de los humanos, lo que no se sabe es si los perros pueden contagiar a otros animales y de vuelta a los seres humanos. Esto es importante porque, de confirmarse, sí podría haber una nueva ola de abandonos o sacrificios, lo que sería todavía más preocupante.

¿Se están dando casos en los que se evita el contacto directo con perros abandonados en la calle?

Sin ir más lejos, yo aquí en Shanghái vivo cerca de un parque en el que hay unos cuantos gatos callejeros. Están muy bien cuidados por residentes de los alrededores. Los felinos son alimentados por esos vecinos por las noches, les dejan pienso en un murete que separa el parque de la calle y los gatos lo suelen comer. De momento, no he visto ningún cambio, la gente sigue tratando bien a estos gatos, los gatos siguen siendo alimentados y están vivos. Me imagino que la gente no tiene tanto miedo a los animales callejeros.

Lo que es más raro es ver perros en las grandes ciudades. En Shanghái no hay perros callejeros. Es algo que ha desaparecido en los últimos años.

La gripe aviar, el 'mal de las vacas locas': en los últimos 50 años varias crisis sanitarias han estado relacionadas con enfermedades que se transmiten a los humanos a través del consumo de otros animales. ¿Qué diferencia subrayarías en el tratamiento de esta última pandemia?

He vivido la crisis del SARS, he vivido la gripe aviar bastante de cerca y creo que, con diferencia, esta es la crisis sanitaria sobre la que más bulos y más mentiras se están diciendo en las redes sociales e incluso en los medios de comunicación.

¿Qué se puede hacer para no caer en el alarmismo informativo?

Hay que tener mucho cuidado con la información que se da. Entiendo la rapidez informativa con la que trabajan o tienen que trabajar los medios de comunicación, sobre todo cuando se compite con las redes sociales, pero nosotros tenemos que primar la veracidad de estas informaciones a esa rapidez.

Creo que hay demasiada desinformación, que hay más bien una desconfianza hacia las fuentes oficiales (no solo del Gobierno de China, también de la OMS, porque se cree o porque algunos dicen que está sirviendo a los intereses del Gobierno chino). Posiblemente, esa desconfianza sea la base en la que se asientan todos esos bulos, por la que se propagan tanto y por la que la gente les da esa veracidad que muchas veces no tienen.

¿Se nota algún tipo de discriminación hacia los ciudadanos chinos?

Se les está acusando de comer todo lo que pillan. Existe un dicho que dice que los chinos se comen todo lo que está en el mar menos los barcos, todo lo que vuela menos los aviones y todo lo que tiene cuatro patas menos una mesa. Eso responde más a los estereotipos y sí que está marcando la imagen tanto del país como de sus ciudadanos. A mí lo que me preocupa es que esa discriminación pueda aumentar, especialmente fuera de China.

Sobre este blog

El caballo de Nietzsche es el espacio en eldiario.es para los derechos animales, permanentemente vulnerados por razón de su especie. Somos la voz de quienes no la tienen y nos comprometemos con su defensa. Porque los animales no humanos no son objetos sino individuos que sienten, como el caballo al que Nietzsche se abrazó llorando.

Editamos Ruth Toledano, Concha López y Lucía Arana (RRSS).

Etiquetas
stats