Tres de los concejales más jóvenes de Canarias suceden a la etapa del veterano Bravo de Laguna en Santa Brígida
![Adrián Camacho, María Lozano y Carlos Carrión, concejales del PSOE en Ayuntamiento de Santa Brígida.](https://static.eldiario.es/clip/058325b6-2dd9-4a53-a89e-2c0493675c68_16-9-discover-aspect-ratio_default_0.jpg)
La juventud en sí misma no debería ser un valor añadido para desempeñar la carrera política, pero tampoco lo es todo lo contrario. Demonizar a las nuevas generaciones y desconfiar de sus intenciones y su capacidad de gestión es algo casi tan antiguo como la dialéctica política. Al propio Aristóteles (384 - 322 a.C.), se le atribuye en este sentido una frase derrotista con respecto a la juventud: “Los jóvenes de hoy no tienen control y están siempre de mal humor. Han perdido el respeto a los mayores, no saben lo que es la educación y carecen de toda moral”. Del mismo modo, las motivaciones para vincularse en la cosa pública no deberían entender de edad y las revoluciones tampoco, pudiendo caer el observador en cierto edadismo, que es otra forma de prejuicio.
El municipio de Santa Brígida se ha convertido en un ejemplo paradigmático que muestra las dos cara de la moneda de afrontar la gestión pública: la salida del exalcalde José Miguel Bravo de Laguna (1944), retirado de la política tras casi medio siglo en política y ser durante un año y medio alcalde de la Villa por Unidos por Gran Canaria; y el caso de Carlos Carrión, María Lozano y Adrián Camacho, de la misma corporación, del Partido Socialista. Los tres son menores de 30 años, convirtiéndose en los concejales más jóvenes de Canarias que ocupan primeros puestos en un consistorio.
Esta curiosidad ha desplazado a esta redacción al municipio satauteño para hablar con los tres ediles sobre hasta qué punto la experiencia es un grado o la juventud resta virtud en política (o ninguna de las dos cosas), y los retos que Santa Brígida tiene por delante con sus vecinos y vecinas de todas las edades, que, entre otras cuestiones debe abordar el hecho de tener la mejor renta per cápita de Canarias que no se corresponden con los altos datos de desigualdad o de reparto de la riqueza.
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Carlos Carrión, primer teniente de alcalde con 29 años, recuerda perfectamente el día que les dijeron que dejaran de jugar al fútbol en un solar de Santa Brígida porque allí iba a construirse “un centro comercial”. Lo que Carlos no sabía es que ese día lo que se estaba proyectando es el conocido como mamotreto de Santa Brígida, llamado ahora Gran Canaria Central, una obra en 15.000 metros cuadrados inacabada que marcó, como una herida, a toda una generación que convive desde hace 25 años con la expresión urbanística de la desidia, las promesas electorales no cumplidas y las consecuencias que ha tenido para el desarrollo del centro urbano y la ejecución de presupuestos. Se siente representante de una generación de satauteños que ha mirado con “desesperanza” la política. “Creo que la juventud consiguió que trajésemos un núcleo de votantes que nosotros no hubiésemos en el Partido Socialista en condiciones normales”, expresa Carrión. “El Partido Socialista en las últimas elecciones del 2023 tuvo un resultado inferior a los que habíamos tenido en el año 2019 en la mayoría de municipios de la isla, el Partido Socialista sufre una bajada en el número de votos y Santa Brígida es el municipio que más crece, y yo creo que eso en parte era por las caras nuevas, por la necesidad de encontrar nuevos referentes y que hay una parte de la población que se siente desencantada por la política porque probablemente haya muchos políticos que no hablan su idioma”.
El idioma al que se refiere el concejal que entre sus competencias tiene la de Servicios Sociales, es entender que “en Santa Brígida hace mucho tiempo que no se construye vivienda, es imposible independizarse al precio medio del alquiler siendo el alquiler más barato de 900 euros al mes y la vivienda más barata en unas condiciones para entrar a vivir está en torno a los 200.000 euros”. Cuenta esto sin perder el hilo y habla de que es normal sentir el anhelo de realizar el proyecto de vida en donde uno pasó su infancia. Y desde su infancia conoce a María Lozano, segunda teniente de alcalde, arquitecta de formación, concejal de Urbanismo y Patrimonio. Recuerda los años de colegio con Carlos y Adrián y recuerda también la primera vez que tuvo que enfrentarse en campaña electoral a una entrevista radiofónica donde el locutor le preguntó si tenía permiso de su madre para realizar aquella entrevista.
“Mujer, joven y encima yo que aparento menos edad de la que tengo, pues siento que tengo que hacer ante cada nueva situación de enfrentarme a que me van a mirar, me van a juzgar, van a pensar que tengo 19 años, después va a pensar que como soy mujer no tengo una carrera técnica y que probablemente no me voy a enterar ni de Urbanismo ni de Arquitectura”. Contra todo prejuicio, Lozano es la llamada a acometer desde su área la gestión del mamotreto. “Fue la razón principal”, indica la edil “por la que estoy aquí. Al final todos tenemos en nuestra retina el espacio ahora denominado Espacio Central que está marcado en nuestro ADN como un vacío intransitable y que no tiene uso para municipio. Vamos a sacar un concurso de proyecto y no una licitación cualquiera porque al final queremos conseguir concurrencia de participación, ideas frescas y que quien decida el proyecto que gana sea un jurado capacitado para ello y preguntándole a los vecinos qué quieren para ese espacio”.
A su lado, asintiendo, Adrián Camacho, otro amigo de toda la vida y también vecino, “el hijo de Juana Marta”, es hoy el concejal de Seguridad y Movilidad. “Yo soy amigo de Carlos de toda la vida, hasta parvulario fuimos juntos. Carlos me fundó La Juventud Socialista de Santa María y fue el primer secretario general que tuvo y un día que curioseando por las redes lo vi y dije, 'oye, ¿qué es esto? 'Y él en vez de explicarme qué es, me dice, 'ven aquí y te lo cuento'. Camacho asegura que, como diría Borges, no les unió tanto el amor como el espanto. ”Siempre las mismas caras en política, todo el mundo se quejaba, pero nadie ponía remedio. Recuerdo en campaña ver nuestras caras en las farolas y que obtuvimos apoyo de vecinos de un municipio que es tradicionalmente de derechas y pasar de 900 a 1400 votos fue una sorpresa increíble“.
El dato “trampa” de la renta per cápita
Según el Instituto Nacional de Estadística (INE) y atendiendo a los datos de renta per cápita, Santa Brígida es el segundo municipio más rico de Canarias, pero según Carrión se trata de un dato con trampa. Desde su área “El índice de Gini, que mide la desigualdad en cada uno de los territorios, indica que Santa Brígida es el segundo municipio más desigual de Canarias después de Yaiza. Nosotros tenemos la mayor renta per cápita probablemente concentrada en el Monte Lentiscal, Bandama y Tafira Alta, pero después nos vamos a la parte más rural del municipio como puede ser Pino Santo Alto, Pino Santo Bajo, El Gamonal, El Madroñal, el propio casco de Santa Brígida, la zona de los Olivos o La Atalaya y vemos que la realidad social es totalmente diferente”.
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