José María Lafuente, empresario y coleccionista: “El valor del Archivo Lafuente en el mercado puede ser el doble de lo consignado por el Estado”
¿Cómo un montón de papel puede valer 30 millones de euros? Esta 'boutade' se explica porque no se trata de un montón de papel sin más si a lo que nos referimos es a los 140.000 documentos de arte contemporáneo por los que el Estado va a pagar 30 millones de euros al empresario José María Lafuente (Lugo, 1957). Del mismo modo que el cuadro de un gran artista va mucho más allá del lienzo que lo soporta, sobre el papel que configura el soporte básico de las obras originales y documentos del Archivo Lafuente hay pinturas, dibujos, gráfica y fotografía, una colección excepcional sobre las vanguardias del siglo XX.
El alcance del Archivo Lafuente solo se pude aquilatar si se tiene en cuenta que esta colección ahora mismo sería irrepetible: quien quiera saber qué fueron y cómo se gestaron las vanguardias en el mundo deberá acudir a los fondos que expondrá a partir de ahora el Museo Reina Sofía. Son 140.000 documentos, entre los cuales hay 20.000 obras de arte singulares correspondientes a 7.000 autores. Lafuente, desde 1982, pero sobre todo desde 2002, se subió al último tren que pasaba y se hizo con elementos fundamentales de la historia del arte. Ahora ese patrimonio engrosará la oferta cultural del Reina Sofía, que abrirá una centro asociado en Santander, en la antigua sede del Banco de España, lo que lo catapultará a la órbita de los museos más importantes en el mundo con arte del siglo XX.
¿La compra por el Museo Nacional Reina Sofía de su archivo supone el final del perfil coleccionista de José María Lafuente o es el inicio de otra etapa en su vida como coleccionista?
No va a suponer mi final como coleccionista. Otro archivo de características similares al actual es imposible de armar por la inviabilidad de encontrar las piezas de una época y por el importe que habría que desembolsar. En la actualidad, estoy intentando definir un proyecto para la nueva etapa.
Si el Archivo se incendiara y solo pudiera salvar una de las 20.000 obras originales que contiene, ¿cuál elegiría?
Aunque es una obra impresa, La prosa del transiberiano, por todo lo que representa.
¿Su colección fue desde sus inicios una inversión o hubo algo personal en ello?
Nunca he pensado en términos de inversión. Es una colección muy personal y, más adelante, cuando se formaliza como archivo, deviene en una colección profesional.
¿Qué le llevó a coleccionar? ¿Recuerda cómo empezó todo y con qué?
Hay un primer momento, allá por el año 1982, en el que adquiero una serigrafía de Eduardo Arroyo en una galería santanderina. En ese momento no pienso en coleccionar. Durante unos años, de manera modesta, voy adquiriendo una serie de piezas que van uniéndose entre sí, poco a poco conformando una incipiente colección.
Qué criterio siguió para armar el puzle de su colección?
A partir del año 2002, la inicial colección de 1982 daría paso al embrión del Archivo Lafuente. El criterio desde ese momento –primero en el ámbito español, a partir de los fondos de Miguel Logroño y de la Escuela de Altamira de Pablo Beltrán de Heredia– es intentar documentar la historia del arte moderno español desde sus fuentes originales impresas: revistas, libros, fotografías, dibujos, pinturas, obra gráfica, manuscritos, carteles…
Es en el año 2004, con la compra del número único de la revista Cabaret Voltaire, cuando inicio una búsqueda similar del arte internacional, incluyendo a Latinoamérica, muy faltante en otros archivos internacionales. A la postre, este desarrollo va a llegar a ser la característica particular y original del Archivo en relación a otros fondos internacionales: documentar a través de las fuentes originales una parte de la historia del arte moderno.
¿Hubiera sido posible sin contar con colaboradores?
Es imposible montar un archivo de esta naturaleza sin colaboradores. De una parte el equipo del Archivo y de otra, la red articulada durante todos estos años con colaboradores externos y que han sido unos cómplices perfectos: libreros, artistas, galeristas…
¿Cuántos artistas engrosan la colección-archivo?
Alrededor de 7.000 artistas.
¿Cuál ha sido el procedimiento para conseguir las piezas?
Depende de la pieza: no es igual un libro muy raro que una colección muy amplia de fotografía rusa, que el fondo completo de una revista o que el archivo de un artista. También, quién sea el propietario: un librero muy especializado, un galerista, un artista, una familia… Cada caso es diferente, pero se resume en encontrar un acuerdo satisfactorio para las dos partes.
Tras la venta al Reina Sofía, ¿dejará de comprar, de coleccionar?
Tal como dije al principio, seguiré coleccionando. De otra manera.
¿Qué ocurrirá con el personal adscrito actualmente al Archivo?
Espero que siga como está en la nueva etapa.
El monto de la operación con el Estado son 30 millones de euros. Pero ¿cuánto se ha gastado usted en reunirla y cuál sería su valor de mercado actualmente?
Nunca he tenido un criterio ni de inversión ni de generar plusvalías. Además, el importe económico nunca fue motivo de discusión. Hemos investigado, buscado, comprado, conservado, catalogado y difundido a través de un equipo de ocho personas. No debemos olvidar que el Archivo se entrega catalogado y en perfecto estado de conservación. El valor de mercado es difícil de calcular. Pero me gustaría hacer unas consideraciones: si ahora fuésemos al mercado veríamos que las piezas de las vanguardias históricas hace mucho que no salen a la venta y, cuando lo hacen, es a precios imposibles de pagar. Tenemos determinados fondos que no los tienen los grandes museos. Es un tren que tomamos en el último momento. Y luego, hay muchos intangibles: ¿Cómo se valoraría hoy el fondo de fotografía rusa compuesto por más de 800 elementos? ¿Cuánto valdría actualmente el archivo Ulises Carrión, con más de 14.000? ¿Qué valor se le puede poner al archivo de la revista El canto de la tripulación, con todos sus originales, que Alberto García-Alix ha guardado durante casi 30 años? Y solo le cito tres casos. Aun así, y si tomase como referencia dos propuestas muy concretas, le aseguro que el valor del Archivo a precio de mercado puede ser al menos de dos veces el consignado.
El Gobierno de Cantabria nunca ha apoyado económicamente este proyecto. Ha sido exclusivamente el Ayuntamiento de Santander
¿Considera que el momento más delicado que atravesó todo el proceso fue cuando el Gobierno de Cantabria dejó de apoyarlo económicamente?
El Gobierno de Cantabria nunca ha apoyado económicamente este proyecto. Ha sido exclusivamente el Ayuntamiento de Santander.
¿Qué pretensiones no ha visto cumplidas el Reina Sofía en la negociación y qué peticiones suyas quedaron en el tintero?
Por mi parte, ninguna, y me consta que tampoco en el caso del Reina Sofía.
¿Hay alguna garantía de que el centro asociado se quede en Cantabria?
El actual acuerdo, que está vigente, se basa en tres puntos fundamentales: libre disposición de los fondos del Archivo por parte del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía; establecimiento en Santander, en el edificio del antiguo Banco de España, de una sede asociada Reina Sofía-Archivo Lafuente que acoja los fondos del Archivo; y opción exclusiva de compra del Archivo por parte del Reina Sofía. Este punto es el que ahora se acaba de ejecutar.
¿El Archivo se depositará en Santander o en Madrid?
El Archivo estará depositado en Santander. Lo cual no es óbice para que puntualmente alguna parte del Archivo pueda estar en otro lugar.
¿Hasta qué punto una colección en papel va a llamar la atención del público? ¿Cree necesario aderezar la oferta con exposiciones temporales y 'relatos' que expongan los fondos de una manera atractiva?
Este es un malentendido en cuanto a los contenidos del Archivo. No es una colección en papel; dentro de las 140.000 piezas, hay múltiples formatos que trascienden el término 'papel': pinturas, dibujos, gráfica, fotografía… Piense que hay 20.000 obras originales. Claro que habrá muestras temporales y que fondos del Reina Sofía estarán presentes. Para nada serán “exposiciones aburridas”. Asimismo, será un centro mixto, tanto expositivo como de investigación.
La pujanza del proyecto, una vez se ponga en marcha, dependerá de la propia implicación del Reina Sofía. ¿Tiene pactado hasta dónde llegará su implicación? ¿Hay previsto un presupuesto anual para actividades y mantenimiento?
Mi implicación no está pactada. El convenio que regula el funcionamiento del futuro centro se está elaborando.
Como editor, sus publicaciones giran en torno a su colección. Incluso llegó a comprar una revista, Arte y parte, que finalmente cerró. ¿Por qué? ¿Tal vez porque llegó en un momento de crisis en las publicaciones en papel? ¿Podría haber continuado con otros formatos?
Efectivamente, llegó un momento de crisis en las publicaciones en papel y decidimos centrar todos los esfuerzos en el Archivo.
¿Ediciones La Bahía seguirá con su actividad ahora que el fondo será difundido por el Museo?
Veremos el futuro de Ediciones la Bahía dentro del nuevo proyecto que estoy empezando a trazar. No obstante, hoy en día, nuestra editorial sigue plenamente activa. Tenemos tres publicaciones en desarrollo y creo que una de ellas, en la que llevamos tres años trabajando, va a ser referencial para el ámbito latinoamericano.
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