Artículos de opinión de Javier Gallego, director del programa de radio Carne Cruda.
Accede aquí a nuestra portada.
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La rabia de los valencianos es comprensible. Se han sentido abandonados antes y después. Los avisos y las ayudas de su comunidad han llegado tarde. La incompetencia de Mazón ha costado vidas y está costando sudor y lágrimas a los supervivientes. Por eso el Gobierno central tendría que haber tomado la iniciativa, incluso el mando, no solo esperar a que le pidan recursos. No entrar al barro político al que se entregó primero Feijóo, que culpó a Moncloa y la AEMET, y ahora Mazón, que ha culpado a la Confederación Hidrográfica y a la UME con bulos. Ambos han sido desmentidos por los organismos públicos. No les importa acabar con el prestigio de las instituciones para salvar el suyo. El PP echa fango al fango para ocultar que es el responsable. Vox lo es como socio de gobierno.
Sabemos por experiencia que la derecha es nefasta en la gestión de las tragedias. Primero la cagan y luego esparcen la mierda. El Prestige eran unos hilillos, el 11M era ETA. Ahora intentarán cargarle los muertos a Sánchez como le cargaron los muertos de las residencias a Iglesias. La máquina del fango se ha puesto en marcha para desviar el foco del PP y Vox al maléfico Perro. Hay ejemplos vergonzantes, esperpénticos. El segundo día después de la tragedia ningún periódico conservador consideró abrir su portada con la mayor tragedia natural europea del siglo. Era mejor hacerlo con Begoña Gómez de visita en Bollywood. No es periodismo, lo que hacen es perrodismo.
Es una riada de fango para inundarnos con su relato. Feijóo ataca a los meteorólogos para defender a Mazón y porque gobierna con negacionistas del cambio climático. Manos Limpias denuncia a la directora de AEMET en los tribunales porque es un cargo nombrado por Moncloa. Abascal difunde bulos sobre los migrantes y los embalses de Franco para tapar que su partido suprimió la Unidad Valenciana de Emergencias. Ahora le piden a Sánchez que declare el estado de emergencia los mismos que le llevaron al Tribunal Constitucional por declarar el estado de alarma (hasta Feijóo lo reclama porque si cae Mazón, no quiere que le arrastre consigo). Desde Iker Jiménez a Vox pasando por otros grupos de ultraderecha propagan falacias sobre el número de muertos para embarrar con la clásica consigna de que el Gobierno nos oculta datos. Lo enfangan todo porque hasta de la peor de las tragedias quieren sacar beneficio como hacen con el terrorismo.
El colofón ha sido la visita a Paiporta del rey, Mazón y Sánchez, un empeño de la Casa Real totalmente inoportuno que provocó la indignación del pueblo. Allí les esperaban ultras, convenientemente convocados por Alvise, Negre, Desokupa y foros de neonazis, para convertir el legítimo malestar de la gente en violencia y caos. No ocurrió una desgracia de milagro. Sánchez escapó de un linchamiento por los pelos. Le agredieron y destrozaron el coche. Eran los mismos que quemaron en Ferraz un muñeco con su rostro. Vox se ha ofrecido a darles apoyo legal si son denunciados. Golpismo desde dentro del Congreso. No pararán hasta que alguien le meta un tiro. El fascismo siempre agita la calle en los peores momentos para desestabilizar la democracia y derrocar gobiernos. La derecha calla y otorga. A río revuelto, ganancia de usurpadores.
No obstante, si la llama prendió es porque la política ha fallado. El Estado no ha estado. Han estado los voluntarios haciendo el trabajo que no podían hacer los profesionales por la descoordinación del dispositivo. Ha tenido que ser el pueblo el que salve al pueblo. Pero incluso este lema de la izquierda está siendo utilizado por la extrema derecha en su beneficio. Quieren hacer creer que España es un Estado fallido para tumbar al Gobierno. Es muy peligroso. El fracaso de la política lleva a la antipolítica. Eso solo se combate con políticas públicas, ayuda a las víctimas, servicios eficaces, políticos serios. La gente tiene que sentir que el Estado vela por ellos, que solo lo público salva al pueblo.
La rabia de los valencianos es comprensible. Se han sentido abandonados antes y después. Los avisos y las ayudas de su comunidad han llegado tarde. La incompetencia de Mazón ha costado vidas y está costando sudor y lágrimas a los supervivientes. Por eso el Gobierno central tendría que haber tomado la iniciativa, incluso el mando, no solo esperar a que le pidan recursos. No entrar al barro político al que se entregó primero Feijóo, que culpó a Moncloa y la AEMET, y ahora Mazón, que ha culpado a la Confederación Hidrográfica y a la UME con bulos. Ambos han sido desmentidos por los organismos públicos. No les importa acabar con el prestigio de las instituciones para salvar el suyo. El PP echa fango al fango para ocultar que es el responsable. Vox lo es como socio de gobierno.
Sabemos por experiencia que la derecha es nefasta en la gestión de las tragedias. Primero la cagan y luego esparcen la mierda. El Prestige eran unos hilillos, el 11M era ETA. Ahora intentarán cargarle los muertos a Sánchez como le cargaron los muertos de las residencias a Iglesias. La máquina del fango se ha puesto en marcha para desviar el foco del PP y Vox al maléfico Perro. Hay ejemplos vergonzantes, esperpénticos. El segundo día después de la tragedia ningún periódico conservador consideró abrir su portada con la mayor tragedia natural europea del siglo. Era mejor hacerlo con Begoña Gómez de visita en Bollywood. No es periodismo, lo que hacen es perrodismo.