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'Los crímenes de Grindelwald' de David Yates: cuando lo oscuro es necesario

La jugada maestra de márketing que hizo J.K Rowling al escribir los guiones para una nueva serie mágica es indudable. Los acérrimos fans de Harry Potter encontraron en la novedad un nuevo nicho donde descargar las emociones que ha ido creando una de las colecciones más importantes de literatura y cine juvenil de la historia. Sin embargo, más allá de captar a este público, lo que ha ocurrido con la saga de Animales Fantásticos y Dónde Encontrarlos ha supuesto un giro en cómo entendemos el mundo mágico. Newt Scamander, al que da vida un brillante Eddie Redmayne, cogió a todos los 'potterheads' y los sacó fuera de Hogwarts. De cabeza al mundo real, y con más magia que nunca.

En 'Los crímenes de Grindelwald' encontramos un trabajo que dista mucho de la primera entrega de 'Animales Fantásticos'. Al cruzar las fronteras en un carro tirado por thestrals, Grindelwald, el villano, abre la puerta a una parte del mundo mágico desconocido hasta ahora. Personajes oprimidos, con un toque de maldad, miedo y desesperanza que la aleja del espíritu más juvenil de Harry Potter. Pero lo mejor, es que la historia no nos deja olvidar las entrañables paredes de Hogwarts y, además, nos presenta a Albus Dumbledore (Jude Law) y a otros profesores icónicos de la saga como Minerva McGonagall (Fiona Glascott).

Y es que siempre resulta entrañable volver a ver los vastos campos de la escuela mágica más importante de Gran Bretaña, y especialmente desde el punto de vista de un Hufflepuff y una Slytherin. Newt Scamander y Leta Lestrange ofrecen un romance adolescente que es suficiente para rememorar a Harry, Hermione, Ron y Ginny y no perder la esencia de la historia. Podemos conocer las rarezas del joven magizoologista y su paso por el instituto, además de disfrutar con alusiones divertidísimas a momentos inolvidables de los libros de Harry Potter, como ocurre con la aparición de un 'boggart'. 

Y es que no podemos olvidar el colorido y el dinamismo que ofrecen los animales fantásticos, que son el producto de una dirección de arte impecable con inspiraciones mitológicas de países alrededor del mundo. Vemos lo que parece un gran dragón chino, el 'zouwu', los demonios japoneses 'kappa' y los ya conocidos escarbato y el 'bowtruckle', las mascotas fieles de Newt Scamander que ofrecen ternura y acción a la película a partes iguales.

'Por el bien de todos'

En esta segunda parte de la historia, su protagonista Newt Scamander vuelve a Europa, después de haber participado en el arresto de Gellert Grindelwald (Johnny Depp). La acción lleva a ambos personajes a París, en la búsqueda de Credence Barebone (Ezra Miller), el 'obscurus' que ha viajado hasta la capital parisina en busca de su identidad. Aparecen nuevos personajes, pero con nombres conocidos como es el caso de Leta Lestrange (Zoë Kravitz) o la misteriosa 'maledictus' Nagini (Claudia Kim). También viajan a Europa las hermanas Goldstein, Queenie (Alison Sudol) y Tina (Katherine Waterson), junto al 'no-maj' Jacob Kowalski (Dan Fogler).

La amenaza de la magia oscura se cierne de nuevo sobre el mundo mágico y los protagonistas de la película deben pelear contra la fuerza cada vez más potente de Gellert Grindelwald. 'Por el bien de todos' es el lema del mago, un discurso que ofrece en las escenas finales que recuerda inevitablemente a los dirigentes de la extrema derecha y que sitúa a los 'muggles' o 'no-maj' en un conflicto similar al que quieren otorgar desde la derecha a los refugiados. 'O ellos o nosotros', sería el resumen.

Pero antes de llegar a la declaración de intenciones de Grindelwald, el espectador tiene que ser capaz de seguir historias secundarias, que pueden resultar confusas si no se presta suficiente atención. Es lo que ocurre con la relación creada entre Leta Lestrange, Credence Barebone y Yusuf Kama (William Nadylam), una decisión discutible en el guión, que finalmente no decide ni condiciona nada. Las historias románticas sin concluir están también a la orden del día en la película: Queenie y Jacob, Tina y Newt, y otras que no se pueden discutir sin entrar en spoilers.

A fin de cuentas, la historia de amor más importante es la ya conocida por los fans de Harry Potter. Albus Dumbledore es el “único” personaje homosexual del universo Potter, en palabras de la misma J.K Rowling. En 'Los Crímenes de Grindelwald' nos adentramos un poco más en el misterio que supuso su joven relación con el que acaba siendo un mago malvado y es también una manera de hacer más inclusiva la narrativa. “Fuimos mucho más cercanos que hermanos”, corrige el mismo Dumbledore a los representantes del Ministerio de la Magia. 

La jugada maestra de márketing que hizo J.K Rowling al escribir los guiones para una nueva serie mágica es indudable. Los acérrimos fans de Harry Potter encontraron en la novedad un nuevo nicho donde descargar las emociones que ha ido creando una de las colecciones más importantes de literatura y cine juvenil de la historia. Sin embargo, más allá de captar a este público, lo que ha ocurrido con la saga de Animales Fantásticos y Dónde Encontrarlos ha supuesto un giro en cómo entendemos el mundo mágico. Newt Scamander, al que da vida un brillante Eddie Redmayne, cogió a todos los 'potterheads' y los sacó fuera de Hogwarts. De cabeza al mundo real, y con más magia que nunca.

En 'Los crímenes de Grindelwald' encontramos un trabajo que dista mucho de la primera entrega de 'Animales Fantásticos'. Al cruzar las fronteras en un carro tirado por thestrals, Grindelwald, el villano, abre la puerta a una parte del mundo mágico desconocido hasta ahora. Personajes oprimidos, con un toque de maldad, miedo y desesperanza que la aleja del espíritu más juvenil de Harry Potter. Pero lo mejor, es que la historia no nos deja olvidar las entrañables paredes de Hogwarts y, además, nos presenta a Albus Dumbledore (Jude Law) y a otros profesores icónicos de la saga como Minerva McGonagall (Fiona Glascott).