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Los últimos pastores trashumantes de la provincia de Cuenca

El espectáculo de la trashumancia recorre estos días las cañadas reales que desde el medievo han sido testigos de la migración de ganados en busca de pastos. En Cuenca, los hermanos Cardo, de Vega del Codorno, son los únicos que este año trasladan a pie su ganado hasta las dehesas de invierno, una práctica ancestral de grandes beneficios medioambientales, sociales y económicos que, además, juega un papel muy importante en la lucha contra el cambio climático, pero que por falta de relevo generacional está en vías de extinción. 

“Es necesario que se cambie el paradigma y se busquen fórmulas que puedan hacer atractiva tanto la trashumancia como el mantenimiento de las explotaciones de ganadería extensiva, eso es vital y más en estos momentos de emergencia climática”, apunta Ricardo de Diego Monedero, un voluntario alcarreño afincado en Cañizares que participa en la expedición de los Cardo como forma de reivindicar y visibilizar la importancia de las vías pecuarias como corredores ambientales.

Delante de ellos hacen el camino los pastores de una ganadería de Guadalaviar (Teruel), de las pocas, si no la única, con la que coinciden en la vereda. Este año la migración de ganado es complicada, las atípicas condiciones meteorológicas suponen un hándicap a la dureza del camino. 

“Hemos salido con nieve, con lluvia, con mucho frío y también con sol, claro, pero nunca con estas temperaturas casi primaverales que tenemos”, señala Manuel Cardo. Conducir el ganado con calor requiere un mayor esfuerzo, pero más que el trabajo lo que preocupa a Manuel es la carencia de pastos que pueden encontrar por el camino ante la ausencia de lluvias este otoño y, sobre todo, la situación que encontrarán en la finca que tienen arrendada en Mestanza, Ciudad Real. “Las charcas está secas en las dos fincas, tenemos un sondeo, pero si no da agua las cosas se van a poner difíciles, solo quedará riza para que coman las ovejas”, apostilla Manuel Cardo.

Hay un refrán veguero que dice: ‘para Los Santos, nieve en los Altos’ y, si no todos, la mayoría de los años se cumple más temprano que tarde. Este año las cosas son muy diferentes, la expedición de los Cardos salía el 1 de noviembre de su finca serrana con temperaturas “más propias de finales de agosto que de noviembre”, las lluvias aparecían tímidamente en las primeras etapas y la previsión es que sean más abundantes los próximos días. Manuel confía en que las condiciones mejoren y no se encarezcan más los gastos de producción que ya han disparado la situación de inflación que estamos viviendo.

Los Cardo conducen un rebaño de 1.500 cabezas de ovino con la ayuda de ocho perros (cuatro mastines y cuatro careas), dos yeguas, un coche de apoyo logístico e intendencia que es el que lleva Antonio Cardo ‘El hatero’, y tres pastores voluntarios que se han ido incorporando al camino en las primeras etapas. En la primera jornada se sumaban también los hijos de Manuel, Claudia y Aitor, dos jóvenes que son ejemplo de la falta de relevo generacional que adolece la ganadería, especialmente la extensiva. Ambos han hecho muchas veces la vereda, sobre todo Aitor, ante la dificultad que hay también de encontrar pastores capacitados. Reconocen que es una actividad que les atrae, pero ambos han decido seguir otros caminos laborales: Claudia en la hostelería y Aitor en la empresa pública GEACAM.

Incorporación de jóvenes

Como ellos, son muchos jóvenes los que abandonan el campo en busca de otras oportunidades, y aunque a través de las ayudas de la administración hay un goteo incesante de incorporaciones son insuficientes. Según los datos de la Delegación Provincial de Agricultura, Agua y Desarrollo Rural, en las últimas tres convocatorias se han incorporado al campo un total de 896 jóvenes, un número muy alejado de los que necesita la agricultura y la ganadería para asegurar el relevo. De este total no han trascendido los que se incorporan a cada sector. Con todo, en el caso del sector pecuario, la mayoría lo hacen a explotaciones intensivas.

Durante siglos la ganadería extensiva ha desempeñado una actividad esencial en el cuidado y mantenimiento de los ecosistemas y el cuidado medioambiental pero su práctica “es muy sacrificada”, requiere una gran dedicación y los jóvenes no están por la labor a pesar de las ayudas de la administración, tanto a la incorporación como a las diferentes líneas de apoyo a las explotaciones, pero “si no hay voluntad y ganas por parte de los jóvenes no hay nada que hacer”, señala Ricardo de Diego, quien destaca la importancia de buscar nuevos modelos de gestión que ayuden a preservar la ganadería extensiva y el pastoreo.

“Es verdad que no se da una buena imagen de esta profesión porque siempre hablamos de lo mismo, de lamentos, de las jornadas, de las horas que se echan, de la vida que se va en esto... hacemos un modelo de gestión que aún está basado en el siglo XIV, creo que es hora de cambiarlo para que la gente joven se apunte, que vea que esto también es atractivo, que se puede gestionar de otra manera, que puede ser colaborativo y que de esta forma pueda haber pastores que libren fines de semana, de hacer turnos en las jornadas, al final los intereses de todos son los mismos. Creo que hay fórmulas de llevarlo, y más nos vale porque si se pierde vamos a perder mucho”.

Este es el segundo año que Ricardo se suma a la expedición de los Cardo. En 2020 hizo el camino completo y este año repite voluntariado, y lo hace fundamentalmente “en defensa cien por cien de la trashumancia y la ganadería extensiva. ”Todo esto también sirve de divulgación para que la gente lo conozca y lo valore porque en general le hemos dado la espalda a las vías pecuarias, no solo en el medio urbano, también en el medio rural“. 

“Es necesario que se cambie el paradigma y se busquen fórmulas que pueda hacer atractiva tanto la trashumancia como el mantenimiento de las explotaciones de ganadería extensiva, eso es vital y más en estos momentos de emergencia climática”

Este año toca por el camino de Fresneda de Altarejos y San Lorenzo de la Parrilla, ruta que tradicionalmente se alterna con la de Belmontejo y Mota de Altarejos. Desde ahí los Cardo dirigirán el ganado hacia el sur de la provincia para entrar a Ciudad Real. Eso sí, la viruela ovina les obliga a alterar la ruta natural. Manuel cuenta que para evitar contagios la autoridad medioambiental ha trazado un círculo, de unos diez kilómetros cuadrados desde el foco en Villaescusa de Haro, que será el que tengan que bordear para llegar directamente a Las Pedroñeras. 

El desvío apenas supondrá un ligero retraso, el problema –dice Manuel Cardo– es la incertidumbre que genera el paso por un camino que desconocen. “No sabemos que nos vamos a encontrar”, una dificultad añadida al recorrido que durante algo más de veinte jornadas les llevará atravesar a Cañada Real de Rodrigo Ardaz para seguir por la de los Chorros o Cañada Conquense y la Soriana Oriental que les llevará hasta El Cañaveral’, la finca que arriendan cada año en el municipio ciudadrealeño de Mestanza.

Manuel Cardo aprovecha para hacer una llamada a la administración para que se mejoren las condiciones de las vías pecuarias. Señala que a través del proyecto LIFE Cañadas’, que impulsa la Junta de Comunidades y coordina la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), se ha realizado mejoras en algún refugio y corral pero “faltan abrevaderos y recuperar el ancho de la cañada que ha ido invadiendo la agricultura, en algunos sitios los 75 metros que debería tener se han quedado en 10, eso es fundamental”, se lamenta. 

Mejora de La Cañada Real

 El proyecto, en el que se invertirán 300.000 euros para mejorar la Cañada Real Conquense es complejo, especialmente en lo que se refiere al deslinde, pero tanto en este sentido como en el amojonamiento “se esta haciendo un gran esfuerzo, al mismo tiempo que se sigue trabajando par sacar adelante los proyectos de mejora”. Así lo pone de manifiesto el delegado provincial de Desarrollo Sostenible, Rodrigo Molina, a su vez alcalde de La Vega, que salía al encuentro de los ganaderos en el inicio de su partida a la dehesa de invierno.

Según apunta, ya se ha publicado en la Plataforma de Contratación la licitación del proyecto de adecuación y mejora de abrevaderos y otras infraestructuras de uso ganadero en Las Pedroñeras, Rada de Haro, Carrascosa de Haro, Villaescusa, La Hinojosa, La Parrilla, Fresneda de Altarejos, Cólliga y Nohales.

Además, destaca que se está elaborando la redacción del proyecto de la obra de paso en el Arroyo de Las Tejas, en Fresneda de Altarejos. “En principio se había proyectado un badén pero la Confederación Hidrográfica del Júcar no autoriza la obra si no se ejecuta la obra de paso, que es lo que actualmente se está redactando”, concluye.