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Poco importa cómo lo he conseguido, ni cómo otros lo disfrutan: es mi derecho

Miguel Ventayol Sarrión

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¡Es 1 de mayo! Es primero de mayo.

¿Dónde te pilla? ¿En el pueblo, de finde largo, te has ido al extranjero, a la playa, o eres ese 40% que no puede permitirse salir de vacas? Si te has ido, bien; estás en tu derecho, ¡solo faltaba! Recuerda, un derecho que tienes, un derecho que utilizas de manera recurrente; porque la palabra derecho no es solo una palabra, es acción: la facultad de hacer o exigir todo aquello que la ley o la autoridad establece en nuestro favor, según el diccionario.

Cáspita.

Este año, el primero de mayo cae en lunes, así que muchos de nosotros, en función del tipo de trabajo (sí, lo especifico porque los pieles sensibles están a la que saltan), tenemos tres días para disfrutar o descansar: puedes tomar café, beber vino, leer poesía japonesa, ver series coreanas o turcas, incluso quedarte sentado en tu sillón favorito contemplando la ventana pensando si limpiarlas.

Estás en tu derecho.

Si me apuras, casi tienes la obligación de disfrutar de este descanso porque este año la Navidad cayó regular, no te quedaban muchos días de vacaciones pagadas porque las usaste en verano, ¡que sí, que es tu derecho! Luego en la semana blanca no pudiste pillar días porque había un pico de trabajo y las cosas no están como para reivindicar al jefe. Tuviste que dejar a los críos con los abuelos. En otras empresas, muchas personas cogieron esos días porque no tenían la posibilidad de dejar a los nenes varios días, pero tú no lo hiciste y te quedaste con la mosca detrás de la oreja por si algunas personas tienen más derechos que otras.

Ellos, como tantos otros, no tenían la posibilidad, ni física ni económica. No te voy a aburrir con los datos estadísticos, porque una cosa es que esto sea un artículo para el Colegio de Sociólogos y Politólogos; otra cosa que te ponga la cabeza tarumba en festivo.

Se me olvidó que en Semana Santa aprovechaste jueves y viernes, más vacas pagadas que te vinieron muy bien porque, en tu sector, enero, febrero y marzo son complicados de verdad. Y te fuiste unos días; aunque con el regomello de haberte quedado a ver las procesiones. Se te quedó corto, pero mira, un par de diítas antes de los festivos del día de la región y del Corpus, siempre vienen bien, porque hasta agosto, se hace el primer semestre cuesta arriba.

Porque esa es otra, ¡menudo año! ¡Todo está fatal, todo está carísimo! Y eso que este año ha subido el salario igual que la subida del IPC. Ah, ¿que a ti te lo suben todos los años digan lo que digan en la tele? Bien, bien, ¡suertudo! A otros muchos, muchísimos trabajadores, no; depende del convenio que se haya firmado y la capacidad negociadora, así como la fuerza de quien negocia, por ti y por el morro. No, no, no me vengas con que los sindicalistas son los de los Rolex y las mariscadas, por favor, ¿dices que los sindicalistas son todos unos vagos e interesados? Bueno, como estereotipo para una viñeta en OkDiario me parece bien; incluso los de El Jueves le podrían sacar punta. Pero vamos, que no discutiré yo contigo. Yo me he ido a la playa, así con todo el morro, ¿tú dónde estabas disfrutando de tu derecho al descanso?

Que no, cansino, que no quiero amargarte la existencia: que estas palabras no son reivindicativas, son solo un recordatorio para que ni a ti ni a mí se nos olvide que la palabra derecho está en movimiento y, por poco que atendieras en el cole, sabes el movimiento puede ser p'alante, p'atrás, p'arriba, p'bajo. Un lío, yo soy de letras y me pierdo, es fácil engañarme, pero a ti no. ¿A que si te quitan festivos de un año al siguiente te enteras? ¿A que si la vida sube, pero tu salario no, te enteras? ¿A que si tu convenio por el mismo trabajo es peor que el de Madrid o Barcelona te sabe a cuerno quemado?

Algunas cosas no pasan porque sí, no vienen por el aire; no aparecen por nuestra cara bonita.

Luego te metes en las redes sociales y buscas lo de las 40 horas, a ver si lo trajo el viento de Levante. A ver si ese mismo viento trae las 35 horas semanales; a ver si me dan la jornada continua, a ver si ponen lo de la semana de cuatro días, o mejoran las conciliación en mi empresa. A ver si pillo todos los puentes, o mejora la jubilación (que no solo en Francia saben hablar de estas cosas). No, no, del salario mínimo no hablamos que se lía, no quiero que me llamen podemita ni venezolano.

“Podrían estar mejor las cosas”. Por supuesto, ¡vaya un pijo! Quizás dependa de la capacidad de negociación de algunas/os, de su poder para hacerlo, del apoyo que tengan por detrás. Aunque supongo que son pensamientos disparatados de un tipo que, aprovechando el día de festivo en lunes, se ha puesto a pensar en su chalet de la playa, mirando la hora en el Rolex de los festivos (porque tengo un Rolex para los días de diario) a la espera de una buena mariscada con vinito blanco a mediodía.

¿Acaso no estoy en mi derecho a hacerlo?

¡Es 1 de mayo! Es primero de mayo.

¿Dónde te pilla? ¿En el pueblo, de finde largo, te has ido al extranjero, a la playa, o eres ese 40% que no puede permitirse salir de vacas? Si te has ido, bien; estás en tu derecho, ¡solo faltaba! Recuerda, un derecho que tienes, un derecho que utilizas de manera recurrente; porque la palabra derecho no es solo una palabra, es acción: la facultad de hacer o exigir todo aquello que la ley o la autoridad establece en nuestro favor, según el diccionario.