Aunque el acuerdo firmado por PSOE, Podemos, Izquierda Unida, UPyD y Ciudadanos se limita al área sanitaria de Toledo (porque el impulsor es la Plataforma por la Sanidad Pública de este área), los cinco firmantes han señalado que lo firmado hoy es una promesa que se llevará a toda Castilla-La Mancha (salvo lógicamente los puntos que competen a la construcción del nuevo hospital de Toledo).
Los puntos a los que se han referido los firmantes del acuerdo (cuatro de ellos candidatos a la presidencia a la Junta por distintos partidos) es en la reposición de puestos de trabajo y el devolver la sanidad castellano-manchega al momento anterior a que María Dolores de Cospedal llegara al poder. Esto es la apertura de las camas cerradas por los recortes, la contratación de profesionales que puedan hacerse cargo de las altas listas de espera actuales de la región y en resumen el llevar la sanidad (y dedicarle el presupuesto correspondiente) a antes de que el PP gobernase.
La Plataforma señalaba que dado que son del área sanitaria de Toledo, no pueden comprometerse ni tampoco deben entrar en la sanidad de otras zonas de la región, limitándose solo a sus reivindicaciones en Toledo. Sin embargo, como decía el candidato a la presidencia de la Junta por Podemos, José García Molina, “no tendría sentido estar hoy aquí firmando un acuerdo por la sanidad si es solo para la provincia de Toledo. Este acuerdo lo extenderemos para toda Castilla-La Mancha”, algo en lo que todos los presentes han estado de acuerdo y que también ha manifestado Ángel Ligero, de Ciudadanos, indicando que “es algo en lo que trabajaremos desde mi partido, no es solo para Toledo”, algo que también ha corroborado Alejandro Ávila, el candidato de Izquierda Unida.
Fernando Mora, el firmante por el PSOE, se ha alegrado de que cinco formaciones políticas se hayan puesto de acuerdo sobre algo “que va mucho más allá de la provincia de Toledo y tiene un espíritu muy claro, el de proteger la sanidad pública y universal en Castilla-La Mancha. Debemos sentirnos muy satisfechos de que partidos de diferentes ideologías nos hayamos puesto de acuerdo en algo tan importante, en un propósito claro. La defensa de la sanidad pública y universal es algo por encima de cualquier ideología. Es un modelo que defenderemos y seguiremos defendiendo, por el bien de los ciudadanos y también de los sanitarios”.
“Es un orgullo estar aquí defendiendo un pilar del estado de bienestar. Concebimos la sanidad como un sistema único y universal que garantice los servicios eficientes y con calidad. Una calidad de los servicios al margen de dónde vivan las personas. Pero para nosotros la sanidad va más allá, va en fomentar hábitos saludables, en incrementar la investigación. Hacen falta reformas y con toda transparencia, por eso los políticos tendrán que rendir cuentas por su gestión”, según Ángel Ligero, el candidato a la presidencia de Ciudadanos.
Una apertura de este pacto a centros que ya han vivido privatizaciones o intentos de privatización, como son los dos hospitales ciudadrealeños de Manzanares y Tomelloso y los dos albaceteños de Almansa y Hellín, y que ha querido recalcar Celia Esther Cámara, de UPyD. “La Constitución establece que la salud es un derecho, y dice que compete a los poderes públicos hacerse cargo de las medidas necesarias para satisfacer esta necesidad. Esta promesa incumplida tenía que tener respuesta por parte de la ciudadanía de la comunidad autónoma”.
“La sanidad debe ser pública, de calidad, y gratuita. Por eso nuestro compromiso debe ser claro y lo que hemos firmado es una cosa de sentido común y de ética universal, las personas que vivimos en esta región debemos tener una vida digna y la salud es uno de esos hechos que requieren dignidad. El Gobierno que aún tenemos, con sus políticas de recortes y privatizaciones, hay que cambiarlo. Ese modelo en el que somos simples asegurados ha traído una serie de catástrofes por mucho que el Gobierno se empeñe en decir que todo va bien y que no se ha privatizado. Todos los datos se centran en desmentir las palabras que dice el Gobierno. Hay que escuchar más a las personas y menos a las cifras”, según José García Molina, el candidato a la presidencia de Podemos.