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Unos 36.000 coches contaminantes dejan de circular en Barcelona por la Zona de Bajas Emisiones

La Zona de Bajas Emisiones de Barcelona, en vigor desde el pasado 1 de enero, ha provocado la retirada de unos 36.000 vehículos contaminantes. En un primer balance del Área Metropolitana de Barcelona (AMB) a partir de las matrículas captadas por las cámaras de tráfico, se calcula que los coches y motos sin etiqueta ambiental de la DGT que circulan a diario por la ciudad –pese a que según la norma lo tienen prohibido– han pasado de suponer entre el 11 y 12% del total en noviembre de 2019 a entre el 7 y el 8,5% en febrero de este año.

El objetivo de la Administración es que esta cifra se reduzca en otros 30.000 vehículos sin etiqueta ambiental a partir del 1 de abril, cuando ya se empezará a multar a los infractores. Dicho de otra forma, estas tres decenas de miles de conductores están circulando por la ciudad conscientes de que la normativa lo prohíbe y que deberán dejar de hacerlo cuando comiencen las sanciones, que irán de los 100 a los 500 euros. Algunos de ellos han sido los receptores de las 1.621 cartas con las que el AMB advierte de las futuras multas.

A partir del 1 de abril, el volumen de coches sin etiqueta ambiental en Barcelona debería suponer, como máximo, el 3,5%. Este es el porcentaje de vehículos que, según el AMB, contaría con una moratoria que les exime de cumplir con la Zona de Bajas Emisiones al menos hasta 2021. Se trata del parque de furgonetas, autocares y camiones, así como los coches de autónomos que tengan ingresos inferiores a 8.500 euros. También incluye este porcentaje las diez autorizaciones puntuales al año que pueden solicitar todos los vehículos contaminantes.

La Zona de Bajas Emisiones de Barcelona, la más extensa del sur de Europa –aunque también más laxa que otras, como Madrid Central–, impide la circulación por la capital catalana y parte de los municipios colindantes de todos aquellos vehículos que sean tan antiguos y contaminantes que no cuenten con etiqueta ambiental de la DGT. El horario de vigencia de la medida es de 7 a 20 horas en días laborables.

Más allá de estos primeros datos, todavía se desconoce si el veto a los contaminantes ha logrado reducir los niveles de contaminación de la ciudad, su principal objetivo. En cuanto al tráfico, los primeros datos apuntan a que no se habría reducido demasiado, en parte por la ausencia de multas –hasta abril– y en parte porque muchos conductores pueden haber optado por comprarse un coche nuevo que sí cuente con etiqueta.

En este sentido, el AMB ha presentado una encuesta del GESOP que apunta a que, de los 36.000 conductores de vehículos antiguos que han dejado de circular, el 34% declara haberse comprado otro utilitario y el 9%, que usa un segundo vehículo. Otro 34% asegura haber optado por el transporte público. Un 7% dice que ha optado por ir a pie o en bici y el 16% restante opta por “otras opciones”.