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La década en que hippies, urbanitas, nómadas y universitarios bailaron juntos en las 'raves'

Lúa Pena Dopazo

3 de noviembre de 2021 22:20 h

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Urbanitas, hippies, nómadas, jóvenes del campo y personas de todas las condiciones y etnias se unieron a finales de los 80 y principios de los 90 en el Reino Unido para hacer frente a la frustración que suponía no poder pagarse la entrada a los clubs nocturnos y a las fiestas más comerciales. Fue así, en las raves, como nació el movimiento Free Party, que el director Aaron Trinder ha querido inmortalizar en el documental Free Party: A Folk History of the Free Party Movement.

Trinder explica, en una entrevista concedida a elDiario.es, que él estaba estudiando cine en Birmingham cuando se produjo el boom de las raves y las fiestas gratuitas. “Ningún veinteañero podía ignorar o quedarse indiferente ante esta gran explosión de creatividad, de cultura y de nuevas actitudes”, asegura el director.

Una de las actitudes más importantes fue, para el director, la emergencia del Do it yourself, que aboga por hacer todo aquello que quieres hacer mediante tus propios medios. De hecho, este documental es heredero directo de esta mentalidad, ya que se trata de un proyecto propio y personal, algo que Trinder siempre había querido hacer.

El cineasta afirma que todo comenzó al preguntar en las redes sociales si alguien recordaba aquellas fiestas y festivales gratuitos. Con el tiempo, se creó una comunidad donde la gente intercambiaba sus experiencias e incluía fotografías y vídeos. Entonces, Trinder decidió comenzar a producir este proyecto en forma de corto. Tras realizar algunas entrevistas, se dio cuenta de que nadie había hecho antes nada parecido y que el tema merecía ser explicado en un largometraje. 

La mayor parte del material que forma parte del documental fue aportado por personas de la propia comunidad. Es decir, por los protagonistas de aquellas fiestas, aunque también se incluyen muchas imágenes de archivo de los informativos de la época e, incluso, hay pasajes explicados mediante animaciones para aquellas partes de la historia de las que no hay imágenes. 

El fenómeno

“Yo no fui a muchas de estas fiestas gratuitas, pero siempre que iba a una tenía la sensación de que aquello era algo increíble y que iba más allá de las fiestas y de la música”, asegura Trinder. 

“Llegar a las raves era toda una aventura: tú cogías el coche con tus amigos y te dirigías al lugar pero, en realidad, podías conducir por el campo durante horas y llegar a un sitio y que hubiese 10 personas o, incluso, que no llegase a celebrarse ninguna fiesta”, dice. “La sensación que tenías cuando llegabas y veías la mezcla de gente es difícil de describir: no estábamos acostumbrados a ver a gente rica, pobre, blancos, negros, los que venían de la ciudad, los que venían del campo en un mismo lugar y pasándoselo en grande”, aclara Trinder. 

“Pienso que, en cierto sentido, todo era una gran idea utópica: juntar a personas muy diferentes a través de la música, sobre todo del acid house, y hacer grandes festivales gratuitos y colaborativos”, explica el director del documental Free Party: A Folk History.

En el Reino Unido, que es donde se centra la primera parte del documental y cuya versión in progress (todavía en desarrollo) fue proyectada en el marco del festival IN-EDIT de Barcelona el pasado martes, el movimiento de las fiestas gratuitas fue reprimido, pero esto no impidió que este se extendiera primero por Europa y, a continuación, por el mundo entero.  

Trinder cree que los festivales actuales son, en parte, descendientes de aquellas fiestas de los 90, aunque asegura que “se ha perdido el ingrediente principal que era la gratuidad y la colaboración”. No obstante, él defiende que “el movimiento no está, en absoluto, perdido pues una parte se ha dirigido al underground, otra ha sido absorbida por la música comercial y otra se ha reconvertido en movimientos sociales y de protesta”. Como ejemplo de ello, explica que “hoy todo el mundo tiene claro que debemos cuidar el medio ambiente, estas ideas se han integrado en el pensamiento mainstream, pero entonces esto era revolucionario”.

“El movimiento Free Party era anárquico y, en el mundo, la anarquía es vista como un arma y no como una forma más de organizar la sociedad, por eso fue tan perseguido”, explica Trinder. “Los travellers [población itinerante], por ejemplo, tenían su propia forma de vivir, no pagaban impuestos, estaban fuera del sistema y eso para el sistema suponía un peligro”, sentencia.

El cineasta espera que el documental completo pueda verse en primavera del año que viene para celebrar que se cumplen treinta años del CastleMorton Common Festival y para “poner de nuevo bajo los focos un tema que en aquella época estaba todos los días en las portadas de los periódicos, pero que con el tiempo se ha ido malinterpretando y distorsionando”, explica el cineasta. “Hasta ahora, la respuesta ha sido muy positiva, así que creo que esta película llega en el momento adecuado”, concluye Trinder.