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Lucía Caram, la monja 'cojonera'

De verborrea excelsa, la argentina catalana se ha convertido en los últimos años en una monja rara avis. Sor Lucía Caram, nacida en Tucumán (Argentina) en 1966 y residente en Manresa desde hace más de veinte años, se ha convertido en una monja mediática que se rifan los principales medios de comunicación del país porque con su locuacidad, simpatía y carencia de pelos en la lengua, convence y gusta al gran público. La llaman monja 'cojonera' y ella no tiene ningún tipo de objección a añadir que si le llaman así será porque les toca, y los toca.

Medio en broma medio en serio, ha llegado a decir que quizás a Rajoy le costaría entrar en el cielo, luego matizó: entrar entrará porque Dios se misericordioso, pero no por méritos propios. En su cruzada contra la pobreza también ha llegado a pedir la dimisión del ministro Montoro. De gira mediática constante, no ha tenido problemas en polemizar con personajes de todo tipo, desde el pequeño Nicolás hasta el ex jefe de comunicación del primer gobierno de Aznar, Miguel Ángel Rodríguez.

La polvareda que se ha levantado en torno a la monja revolucionaria dificulta a menudo conocer su trajín diario y tarea principal: aparte de levantarse temprano muy temprano, como evangelizaba Pep Guardiola, para rezar, Caram multiplica como si fueran panes y peces sus horas para ayudar a los pobres. Con este objetivo, que la ocupa y preocupa, forma parte de la Fundación Rosa Oriol de Manresa.

Aparte de sus responsabilidades en el convento de Santa Clara de la capital del Bages, y de su particular guerra contra la pobreza, Caram, como buena argentina, también cocina e, incluso, ha publicado un libro de recetas. En el mundo literario también ha hecho fortuna gracias a libros como “Mi claustro es el mundo” y “A Dios rogando”, que la han acabado de popularizar. Otra de las aficiones que la han hecho famosa especialmente en Catalunya es su extraordinaria pasión por el Barça en general y por Leo Messi en particular.

Aunque se confesó abiertamente fan de su compatricio Papa Francisco, sor Lucía Caram se ha desmarcado abiertamente y de manera pública de los posicionamientos más reaccionarios de la Iglesia: aborto, anticonceptivos, homosexualidad, el papel de las mujeres en la iglesia... También, como su compañera de la monja Teresa Forcades, se ha pronunciado a favor del proceso de independencia de Catalunya.

Todo ello se resume con una de sus frases más habituales: “Antes pedía ayuda a Dios, y ahora pido a todo dios”.

De verborrea excelsa, la argentina catalana se ha convertido en los últimos años en una monja rara avis. Sor Lucía Caram, nacida en Tucumán (Argentina) en 1966 y residente en Manresa desde hace más de veinte años, se ha convertido en una monja mediática que se rifan los principales medios de comunicación del país porque con su locuacidad, simpatía y carencia de pelos en la lengua, convence y gusta al gran público. La llaman monja 'cojonera' y ella no tiene ningún tipo de objección a añadir que si le llaman así será porque les toca, y los toca.

Medio en broma medio en serio, ha llegado a decir que quizás a Rajoy le costaría entrar en el cielo, luego matizó: entrar entrará porque Dios se misericordioso, pero no por méritos propios. En su cruzada contra la pobreza también ha llegado a pedir la dimisión del ministro Montoro. De gira mediática constante, no ha tenido problemas en polemizar con personajes de todo tipo, desde el pequeño Nicolás hasta el ex jefe de comunicación del primer gobierno de Aznar, Miguel Ángel Rodríguez.