El abogado de dos policías del 1-O pone en duda que un herido perdiera la visión de un ojo por una bala de goma

Giro en la estrategia de defensa de los agentes de la Policía Nacional imputados por su intervención el 1-O. El abogado de dos de los escopeteros de la Policía Nacional investigados y que han declarado este martes ha puesto en duda que Roger Español perdiera la visión del ojo derecho por el impacto de una bala de goma en los aledaños del colegio Ramon Llull de Barcelona.

“Estaban lloviendo toda clase de objetos y cualquiera le pudo dar”, ha justificado el letrado Antonio Suárez-Valdés, que ha sido el primer abogado de agentes investigados –cuya defensa está repartida entre letrados particulares y abogados del Estado– en hacer declaraciones a los periodistas. Por contra, en el interior de la sala de vistas el resto de partes no han cuestionado el objeto que lesionó a Español, han informado fuentes presentes en la declaración.

La estrategia de Suárez-Valdés no solo se ha desplegado fuera de la sala de vistas. En el interior, a diferencia de otros agentes, sus clientes han rechazado responder a las preguntas del juez instructor y el fiscal. Según fuentes judiciales, los cuatro escopeteros que han declarado han alegado ante el juez que dispararon balas de goma en un uso “progresivo y proporcionado” de la fuerza mientras se replegaban porque grupos de personas les arrojaban de todo en un clima de “odio extremo”.

En este sentido, el letrado Suárez-Valdés ha acusado a Español de lanzar vallas y objetos y golpear a los agentes. “Ustedes tendrán que preguntar al señor Roger Español qué estaba haciendo y de dónde le pudo venir el impacto”, ha agregado el abogado. Cabe recordar que Español también está imputado en la causa precisamente por lanzar vallas a un agente antes de recibir el impacto de una bala de goma.

La estrategia de defensa desplegada este martes por el letrado recuerda a la que usaron los Mossos d'Esquadra en el caso Ester Quintana, la mujer que perdió el ojo por una bala de goma en una jornada de huelga general. En un primer momento, la policía catalana dijo que Quintana podría haber sido herida por objetos lanzados por manifestantes, una explicación que se disolvió como un azucarillo a medida que avanzaba la investigación judicial.

En el caso de Español, los informes médicos obrantes en la causa no dudan de que la autoría de la herida fue una bala de goma, dadas las características de la herida. Los vídeos aportados al caso también se oye un disparo antes de que Español resulte herido, pero por el momento no se ha logrado identificar al antidisturbios que lo hizo. La abogada de Español, Anaïs Franquesa, del centro Iridia, ha hecho un llamamiento para que se aporten más imágenes de la intervención policial para dar con el agente. En todo caso, los once escopeteros que actuaron en el Ramon Llull están imputados y tendrán que comparecer ante el magistrado.

“Perseguir” a presuntos votantes agresores

Además de poner en duda la autoría policial de la herida de Español, Suárez-Valdés ha anunciado que sus clientes le han pedido “perseguir” a todos los votantes que “agredieron” a los agentes en la escuela Ramon Llull por un presunto delito de atentado a la autoridad, aunque en declaraciones a los medios no ha podido precisar cuántos resultaron heridos. En el sumario de la causa hay seis partes médicos de agentes heridos en el Ramon Llull, mientras que los de los votantes sobrepasan la treintena.

“Tengo la orden de identificar a todas las personas que agredieron a los agentes, que son muchas, para personarme como acusación contra ellos por atentado contra agentes de autoridad. En su día no se pudo hacer por la violencia de la masa, pero ahora con más tiempo sí y no duden que esas personas van a ser perseguidas”, ha aseverado Suárez Valdés, que representa a otros tres agentes que declararán en los próximos días.

Ante el juez, los cuatro escopeteros han admitido este martes que dispararon balas de goma, aunque han subrayado que hicieron un uso progresivo y proporcionado de la fuerza. Han alegado además que lo hicieron en defensa propia, ya que no habrían disparado si los concentrados no hubiesen actuado con una “gran agresividad y odio”, arrojándoles vallas, piedras y monedas, lo que les obligó a replegarse.

Según los cuatro antidisturbios imputados, fue el jefe de grupo –que comparecerá el viernes como investigado–, el que ordenó que dispararan, ante la hostilidad de la agresión que estaban sufriendo cuando se retiraban. Tal y como informó este lunes este diario, la circular de la Policía obrante en la documentación de la causa indica que se debe disparar por orden del jefe de unidad, bajo los principios de proporcionalidad, congruencia y oportunidad y con la “premisa básica de la menor lesividad posible”. En los alrededores del Ramon Llull se dispararon 17 balas de goma.

Los agentes han insistido en que siempre dispararon apuntando al suelo y buscando la menor lesividad: utilizaron un cartucho verde, el menos duro, y de las tres posiciones de disparo optaron por la modalidad de dos ventanas abiertas, que es la que menos daño puede hacer en caso de recibir el impacto.

Asens lamenta “la ocultación” de los agentes

Por el contrario, Jaume Asens, teniente de alcalde del Ayuntamiento de Barcelona, que ejerce la acusación popular en la causa, ha denunciado que el “crimen” del que fue víctima Español supone la “página más negra” de lo vivido en Barcelona el 1-O. Asens ha lamentado la “ocultación y encubrimiento” por parte de los agentes imputados a la hora de detallar lo ocurrido ese día.

Asens también ha instado al Gobierno de Pedro Sánchez a que colabore con la investigación para ayudar a identificar al agente que lesionó a Español y que prohíba las balas de goma en toda España, como ocurre en Catalunya respecto de los Mossos d'Esquadra desde 2014. Las declaraciones de los 13 agentes imputados por su intervención en la escuela Ramon Llull han arrancado este martes y se alargarán hasta el viernes.