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Este blog se dedicará a hablar de uno de los fenómenos más incipientes de la actualidad: el mundo seriéfilo. Recomendará, analizará y traerá curiosidades de series de televisión estadounidenses, británicas, europeas y de otros países del mundo.

 

‘La Peste’: Sevilla del S.XVI como metáfora de la sociedad actual

Foto: loslunesseriefilos.com

Mario Cerdeño

‘La Peste’, serie que estrenó Movistar+ el pasado 12 de enero, se ha convertido en uno de los proyectos seriéfilos más ambiciosos de España. Cada céntimo de euro gasto de sus aproximados 10 millones de presupuesto se nota en cada uno de los detalles de sus seis episodios que componen su primera temporada -ya está renovada por una segunda que llegará en 2019-. Un viaje apasionante por las calles de la Sevilla del Siglo XVI con férreos ecos al presente.

La producción faraónica de Movistar+ tiene dos nombres propios asociados que dan el suficiente empaque a la serie: Alberto Rodríguez y Rafael Cobos, ambos, pareja de hecho cinematográfica, han trabajado juntos en películas como ‘Grupo 7’, ‘La isla mínima’ (Goyas a Mejor director y Mejor guión adaptado) y ‘El hombre de las mil caras’ (Goya Mejor guión adaptado); con ‘La Peste’ los dos sevillanos se aventuran por primera vez en un proyecto televisivo junto con actores como Paco León, Pablo Molinero o Manolo Solo.

La historia se contextualiza en la Sevilla de finales del Siglo XVI, una de las ciudades más cosmopolita de la época gracias al comercio internacional y a las exportaciones de plata y oro. “Puerta de las Indias”, la ciudad estaba considerada como una de las maravillas del viejo continente; y, en sus calles conviven gente de diferentes etnias y religiones. Sin embargo, la urbe del esplendor guarda una cara menos amable y visible: la de la enfermedad, la desigualdad, la muerte y el hambre.

En un clima ciertamente revuelto y con una epidemia de peste a la vuelta de la esquina se produce el asesinato de varias personas vinculadas con la alta sociedad sevillana. Mateo (Pablo Molinero), ex-soldado en Flandes y condenado por la Inquisición, regresa a Sevilla para cumplir el último deseo de su amigo Germán: cuidar de su hijo Valerio (Sergio Castellanos). Antes estos fatídicos hechos, la Iglesia, le abre una oportunidad para borrar los fantasmas de su pasado y así ganar el perdón del Santo Oficio, solo si es capaz de resolver estos crímenes de naturaleza demoníaca.

Si se le puede poner algún “pero” a ‘La Peste’ es que su trama se entrega por completo a la grandiosidad de la producción tanto para lo bueno como para lo malo. La trama principal perfilada como un thriller policiaco se mueve a través de los escenarios sevillanos como pez en el agua: todo sirve para mostrar las luces y sombras de una época de una urbe que tiene demasiadas reminiscencias con parte de la actualidad corrupta española; e, incluso, la similitudes sociopolítica del S. XVI no disciernen mucho de las del S. XXI.

La clave del éxito de ‘La Peste’ está más allá de su parte de thriller, bastante clásica en mi opinión, sino en la capacidad de proyección atemporal de su relato, en la amplitud de miras de su historia; en poderse identificar de una manera tan clara, actual y específica con las miserias y desigualdades de los habitantes de esa Sevilla del S.XVI. Porque la peste que se produce en esta primera temporada es metáfora de la decadencia y clímax de las desigualdades sociales y económicas de la población; además, de una crisis identitaria de las élites -políticos, empresarios y clero- con la ciudadanía produciendo una terrible brecha social y salarial evidente. Al igual que el sistema económico de la época está prácticamente en manos de especuladores.

En una época donde el archiconocido “Sueño americano” era la esperanza de viajar al nuevo mundo con la promesa de prosperidad y tierras que choca frontalmente con la dura realidad: pobreza, enfermedad y hambruna. Las calles de Sevilla son testigo de lo mejor y lo peor del ser humano: de sus ambiciones y de sus miserias. Sin embargo, si algo deja claro el relato de ‘La Peste’ es que hay poco espacio para la moraleja buena en un sistema corrupto e injusto hasta las entrañas salvo: sobrevivir.

Una ley de la selva donde impera un desequilibrio brutal entre todos los agentes de la Sevilla del S.XVI; de hecho, la cultura, vía libros prohibidos, es el único y principal vehículo para luchar contra esas élites es manipulada y controlada por ellas para salvaguardar el orden preestablecido. Todo es susceptible de especulación en una estructura carcomida por la corrupción de todos sus estamentos.

El papel de la mujer en esa sociedad del S.XVI no deja de ser meramente residual, puramente anecdótico e, incluso, tabú. Unos personajes femeninos como el de Teresa Pinelo, interpretado por Patricia López Arnaiz, que están supeditados a unas leyes hechas por hombres que los dejan sin apenas derechos. Un espejo para observar dónde se está y la lucha que ha existido por el camino para conseguirlo; aunque todavía quede que hacer.

Todo este interesante relato, sobre los claroscuros de una Seviila que competía con París por ser la más hermosa del viejo continente, se desarrolla a través de una extraordinaria ambientación y fotografía que logra componer una atmósfera que consigue transmitir al espectador esa decadencia, suciedad y oscuridad de la época. Logra que el público viaje a través de maloliente y espeso barro y que de alguna manera sea parte activa junto a los personaje de todos los elementos de la historia.

Reconozco que nunca ha sido fan de Paco León y, desde mi punto de vista y gusto, es la actuación que me resulta más impostada y forzada de ‘La Peste’. Sin embargo, si que me he llevado gratas sorpresas en el reparto: Manuel Solo, interpretando a Celso Guevara; el joven Sergio Castellanos, dando vida a Valerio; Cecilia Gómez que hace de Eugenia; o, Patricia López Arnaiz como Teresa Pinelo. Aunque, sin duda, el actor Pablo Molinero, dando vida a Mateo, es la gran y mejor baza de la serie.

‘La Peste’, creada por Alberto Rodríguez y Rafael Cobos, es una buena, ambiciosa, recomendable y más que disfrutable serie española. Un thriller policiaco que es reflejo y metáfora de nuestra sociedad más actual. Sin embargo, la experiencia no se termina con su visionado ya que tiene un apartado transmedia muy interesante. La primera temporada ya está disponible en Movistar+.

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