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Los problemas del presidente de la Generalitat y del Partido Popular de la Comunitat Valenciana, Carlos Mazón, siguen multiplicándose. Su entorno político y mediático huele debilidad, huele sangre, lo que favorece que empiecen los movimientos alrededor del espectro conservador valenciano y madrileño para resituarse ante los futuros acontecimientos que llegarán más pronto que tarde. La relación de Mazón con sus principales alcaldes y alcaldesas es inexistente. Una guerra soterrada. Desde la DANA, la sintonía con la primera edil de Valencia, María José Català, está rota y siguen sin solucionarse los recelos con el alcalde de Alicante, Luis Barcala, a quien el politburó del jefe del Consell quiere fuera de las listas en las elecciones de 2027. El mundo empresarial ya lo da por amortizado y el president ni se digna a acudir a sus actos. Este lunes, la Confederación Empresarial Valenciana (CEV) celebraba el día de la empresa en Catarroja, epicentro de la riada, y el jefe del Consell no iba a acudir. Finalmente y, esta vez sí, se tuvo que centrar en primera persona en el episodio de lluvias torrenciales que azota Valencia y Castelló.
Pero si un problema está cogiendo vuelo y empezando a preocupar en el equipo de Mazón y sus fieles es el protagonismo que el expresidente de la Generalitat, Francisco Camps, está recuperando en la militancia del partido, desnortada tras la gestión del barón autonómico de la DANA. Si a los dirigentes populares les cuesta defender a Mazón públicamente, imagínense a un militante de base en el bar del pueblo. Las deserciones se cuentan por cientos. Y ahí es donde está pescando Camps, libre ya de todos sus problemas con la justicia pese a su deteriorada imagen por los años de corrupción de su Gobierno entre 2003 y 2011.
Camps estás utilizando las presentaciones de su libro —Reenfocando España— para patearse toda la Comunitat Valenciana. Monta almuerzos, conferencias o cenas con militantes de base y, lo que empezó como un grupo de afines alrededor del Foro Pedro Agramunt, se ha convertido en una especie de caravana de campaña para unas primarias del partido. En el PP valenciano la situación está tan enrarececida que la ausencia de liderazgo de Mazón provoca que el personal esté empezando a moverse. Y ya hay miedo. Este pasado sábado Camps actuó en Sueca y congregó a más de 120 militantes. La dirección provincial del PP, presidida por Vicente Mompó, llamó a capítulo de malas formas a los organizadores para que anularan el encuentro. Ni caso; el almuerzo se produjo y fue un nuevo éxito.
A finales de febrero, el expresidente de la Generalitat celebró una cena con 300 personas en Paterna, donde ejerció de anfitrión el exalcalde de PP Lorenzo Agustí, con una importante presencia de exconsellers y antiguos hombres y mujeres fuertes del partido. Y, días antes, congregó en el hotel Only You de València a 400 personas en el que ha sido su acto más multitudinario. Hasta el archiconocido y archicondenado Carlos Fabra se presentó en València. Difícil sería que, a día de hoy, Carlos Mazón pudiera reunir a 400 personas para explicar su proyecto político.
Pero Camps no se ha conformado con agitar la militancia en la provincia de Valencia y ya empieza a pisar suelo que antes le fue hostil y que, hasta la DANA, controlaba Mazón y sus afines en el partido. El 8 de marzo, el expresidente visitará Burriana en otro acto con militantes y, cuatro días después, tendrá su puesta de largo en Alicante, en el Club Diario Información.
Y ese acto de Alicante sí que ha dolido en el entorno de Mazón. Alicante es territorio Mazón. Es de donde ha partido su fuerza, pero donde ya le están segando la hierba. Al acto de Información se espera que asistan más de 200 personas. La exalcaldesa de Alicante Sonia Castedo es quien está haciendo de maestra de ceremonias. Otra de las mujeres fuertes del campismo que salió absuelta de sus problemas judiciales, que no de reputación pública, y que le puede dar un gran susto a la actual dirección del PPCV. La militancia del PP está huérfana y ya se sabe, a río revuelto, ganancia de pescadores.
El clima en los medios conservadores tampoco ayuda. Los tótem de la derecha y del centro-derecha ya no se creen a Carlos Mazón. Ana Rosa Quintana y Susana Griso (Antena 3), Julián Quirós (director de ABC) o Carlos Alsina (Onda Cero), en mayor o menor medida, han pedido la dimisión del presidente de la Generalitat por sus numerosos cambios de versión y sus reiteradas mentiras. Hasta el diario Las Provincias de València, que había comprado la versión de la Generalitat tras la DANA, se atreve ya a pedirle que se vaya.
Este revuelo entre la militancia y los medios conservadores, la falta de liderazgo y la falta sobre todo de una alternativa clara de las actuales direcciones provinciales o autonómicas, hacen que el expresidente Camps se esté creciendo y ya se vea en una primarias al estilo americano, aunque sean ficticas. La preocupación es tal que Mazón ya no se fía de su partido y está buscando el cariño de Vox para reforzarse y que le apruebe los presupuestos, su tabla de salvación. Este lunes, en el Parlamento valenciano comía su jefe de gabinete y persona de máxima confianza, José Manuel Cuenca, con Emilio Daniel Villarreal, jefe de gabinete de la presidenta de las Corts y más relevante cargo de Vox, Llanos Masó. Les acompañaba Magdalena González de la Red, parlamentaria popular y pareja de David Serra, exdiputado y vicesecretario del PP con Francisco Camps y ahora abogado con importantes contratos públicos de instituciones gobernadas por los consevadores.
Ah, y aviso a navegantes. Ya circulan por València audios de Mazón explicando su estrategia de defensa política tras la DANA en los comités de dirección de su partido y que, si se publican, podrían dejar al presidente a los pies de los caballos. Si alguien se atreve a grabar al jefe del Consell y del PPCV en un acto tan interno es que los enemigos ya están más cerca que los amigos. Al loro con los movimientos que vienen.