El poeta y narrador valenciano Josep Piera ha recibido la noche de este lunes el 55 Premio de Honor de las Letras Catalanas, otorgado por Òmnium Cultural, en reconocimiento a su trayectoria literaria, en un acto en el que ha reivindicado su tierra, en especial el paraje de la Drova, su “lugar en el mundo”.
En un Palau de la Música lleno y que lo ha recibido de pie, Piera, que ha improvisado su discurso, no ha escondido que se sentía agobiado por todo lo que estaba viviendo hoy, después de escuchar una glosa del también poeta Manuel Forcano, quien ha dicho de él que ha “ejercido un maestrazgo indiscutible sobre diversas generaciones de poetas y de lectores, porque su escritura no es sino un inmenso acto de amor”.
Para Forcano, Josep Piera “ha sabido hacerse amante de todos sus lectores. Y es por eso que hoy recibe, merecidamente, este premio de Honor”.
En su discurso, el escritor ha mostrado su amor por el valle de la Drova, donde tiene una casa, desde cuyas ventanas ve las montañas que allí hay.
Mundo de los sentidos, viejo valle hecho de sueños
Mundo de los sentidos, viejo valle hecho de sueños, como proclama en el poema “La Drova”, que ha leído, sin embargo, no tiene templos como otros valles griegos que tanto ha visitado y tanto ama.
“Cada uno tiene su valle, su lugar en el mundo y el mío es la Drova. Decidí que si la Drova era una Grecia sin templos, el único templo que le podía dar yo eran las palabras”.
A los 76 años de edad, Josep Piera, hijo de un pueblo inexistente, al nacer en 1947 en Beniopa, actualmente absorbido por Gandía, ha sido distinguido por su “extraordinaria trayectoria literaria, creando un escenario mítico en las montañas de la Safor”, así como por su “persistente” defensa de la lengua catalana y su vertiente cívica.
Asimismo, por su “papel articulador y puente entre diversos colectivos”.
Hombre comprometido más que militante, según le gusta decir, se inició en la poesía en castellano hasta que descubrió que en la lengua que hablaba en casa, el catalán, también podía construir sus versos, que pueden leerse en “Antologia”, publicado en 1987, además de en otros numerosos volúmenes como el último de este género, “Poesia Completa 1971-2018”.
Autor de una única novela, “Rondalla del retorn”, con la que obtuvo en 1977 el premio Andròmina, es conocido por sus obras de “literatura del yo”, relatos intimistas y memorias personales, así como por sus traducciones de autores como Ibn Jafaya o Sandro Penna, sus ensayos y sus obras de viajes.
“El cingle verd” es su dietario, premiado con el Josep Pla en 1982, al que siguieron otros títulos como “Les quatre estacions”, “Ací s'acaba tot”, “Gandia i la Safor”, “El jardí llunyà”, o las biografías “Francesc de Borja, el duc sant” y “El duc que serà sant”.
Sus últimos títulos publicados son “El llibre daurat (La història de la paella com no s'ha contat mai)”, de 2018, y “Els fantàstics setanta. 1969-1974”, de 2020.
“Lucha sorda y constante para dignificar la lengua”
En el acto de este lunes ha intervenido, asimismo, el presidente de Òmnium Cultural, Xavier Antich, quien ha reconocido a Piera su “lucha sorda y constante para dignificar la lengua y revitalizar el ecosistema cultural valenciano”.
Además, ha destacado que en un momento de “muy grave normalización del discurso de la extrema derecha”, Òmnium “no se abstendrá nunca de su responsabilidad en defensa de la lengua, la cultura y el país”.
Una amplia representación de la sociedad política y civil catalana, encabezada por el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès; la presidenta del Parlament, Anna Erra, o la consellera de Cultura, Natàlia Garriga, ha asistido a la entrega del premio.
En la ceremonia también se encontraba el presidente de las Cortes Valencianas, Enric Morera Català, el secretario de Cultura y Deporte de la Generalitat Valenciana, Ximo López, así como las premios de honor Antònia Vicens y Maria Barbal, entre otros.
El acto ha comenzado con un espectáculo creado para la ocasión, “Baraca, un viatge a Piera”, dirigido por Iban Beltran e interpretado por Elies Barberà, Raquel Ferri y Xavier Francès, con Ana Brenes de cantante y Juan Antonio Moya a la guitarra.
Ha acabado con un “Mosaico Poético” con el maestro Jordi Savall y Xavier Díaz-Latorre en el escenario, acompañando con su música los versos de autores como Ausiàs March, Jordi de Sant Jordi y Roís de Corella, a cargo del mismo Josep Piera.
Al final, ha sonado “Els segadors” con gritos a favor de la independencia de Cataluña.