La Fiscalía pide tres años de prisión para un marchante que intentó vender cuatro imitaciones de Modigliani por 5,5 millones

Dos dibujos y dos lienzos con rostros de mujeres. Son las cuatro obras supuestamente atribuidas al pintor Amedeo Modigliani (Livorno, 1884 - París, 1920) que un marchante de arte intentó colar a una galería valenciana. La Fiscalía pide tres años de prisión como supuesto autor de un delito de estafa en grado de tentativa para A. J. A., un ciudadano holandés sin antecedentes penales y residente en España. El hombre, según el escrito de acusación del Ministerio Público, manifestó en octubre del 2019 ante la galería de arte ser el propietarios de las cuatro obras atribuidas a Modigliani, de las que dijo que eran auténticas.

Lo hizo, según la fiscal, “a sabiendas de que no eran auténticas” y aportando unos “supuestos certificados fotocopiados” firmados por el especialista ya fallecido Arthur S. Pfannstiel. También incluyó “informes y catálogos” para “dar apariencia de autenticidad” a las supuestas obras. Sin embargo, dos informes periciales que figuran en la causa concluyen que las cuatros pinturas son “una reproducción por imitación de las auténticas no atribuibles a Modigliani”.

A. J. A. ocultó, según la acusación pública, “estas circunstancias” al propietario de la galería valenciana, que firmó documentos de recepción y cesión de tres de las obras (un dibujo a lápiz que representa una mujer desnuda por un precio de venta de 70.000 euros y dos lienzos pegados a una tabla que representan un rostro femenino, por 5,5 millones).

El 5 de diciembre del 2019, dos meses después del primer contacto entre el marchante y la galería, agentes de la Policía Nacional intervinieron las cuatro obras, que estaban a la espera de ser certificadas por un experto antes de proceder a ser catalogadas y expuestas a la venta. El dueño de la galería no había abonado al acusado cantidad alguna al estar pendientes de verificación.

El Ministerio Fiscal considera que los hechos constituyen un presunto delito de estafa en grado de tentativa y pide el decomiso de las cuatro obras para destinarlas al Museo de la Policía. La fiscal también solicitó el sobreseimiento provisional de la causa para el propietario de la galería, “al no quedar acreditada su participación en la ejecución de los hechos” y no haber puesto a la venta las obras. “Desconocía su falsificación”, señala el escrito de la Fiscalía.

A. J. A. se ha sentado este lunes en el banquillo de los acusados ante la sección tercera de la Audiencia Provincial de Valencia. Se trata de un ciudadano holandés con más de 35 años a sus espaldas dedicados a la compraventa de obras de arte. El hombre, según declaraciones recogidas por Europa Press, ha asegurado que en su carrera no había tenido “ningún problema previo”.

La defensa alega informes periciales de “bajo nivel”

El acusado ha defendido que las obras son “absolutamente auténticas”. El marchante holandés ha aludido a un certificado firmado por Arthur S. Pfannstiel, uno de los mayores expertos del pintor, y a unas cartas del escritor francés Jean Cocteau, amigo de Modigliani, en las que afirma haber visto estas obras en el estudio del artista.

También ha atacado a los informes periciales que cuestionan la autenticidad de las obras, de los que ha dicho que son de “bajo nivel”. El acusado ha argumentado que existen estudios actuales que sí que han detectado la presencia de pigmentos industriales en la obra del pintor (cuestionados por la pericial para descartar la autenticidad). Además, ha afirmado que el trazo de Modigliani no era siempre el mismo, tal como se aprecia en otras pinturas que sí que han sido certificadas.

A. J. A. sostiene que depositó las obras en la galería valenciana para que fueran mostradas a un cliente y no para ser subastadas. También se ha escudado en que, según los contratos suscritos, el dueño de la galería no podía proceder a la venta sin su expresa autorización.