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Bibliotecas olvidadas. Barrios abandonados

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Celebramos el Día de las Bibliotecas, unos espacios que Borges ya calificó como paraísos y que en la actualidad nos acompañan desde nuestros barrios. El impulso de estos espacios ha logrado desarrollar una red social que abarca a todas las generaciones. También trasciende al mundo físico del libro para llevarnos a múltiples actividades a través del pensamiento y la palabra. Sin embargo, nada de esto puede conseguirse sin las dotaciones adecuadas, por muchos planes de lectura que se elaboren para los vecinos. La situación actual en València está paralizada y la red de Bibliotecas Municipales parece haber congelado una serie de avances que iniciamos hace unos años. Sólo un rápido vistazo a esas acciones en los barrios, nos llevan a una falta de respuesta y también a un consecuente borrado de presupuestos que resulta alarmante.

Por ejemplo, hace unos días nos reunimos con representantes de la Asociación de Vecinos de Tres Forques que desconocen qué pasará con la rehabilitación de la Biblioteca Histórica y Hemeroteca Municipal de València de la plaza de Maguncia. En 2022 celebramos el 120 aniversario con una selección que exponía sus fondos más destacados. Una colección patrimonial que atesora un gran valor documental sobre nuestra ciudad y que ha sido fuente imprescindible para estudiar la historia. Lamentablemente, todo este archivo de libros incunables, carteles o partituras tiene en riesgo su conservación bajo las condiciones actuales del edificio. Tras solicitar ayudas europeas que no salieron adelante, en octubre de 2023 preguntamos al nuevo gobierno de PPVox por la situación. Nos indicaron que en 2024 se dispondría de presupuesto para acometer la redacción del proyecto. Pero lo cierto es que ni hay presupuesto, ni tampoco una explicación al barrio sobre el futuro de su edificio para consolidarlo como un auténtico centro cultural.

Por su parte, la biblioteca Josep María Bayarri de Orriols en la alquería Albors que era transitoria, empieza a ser permanente. Uno de los destinos pensados (y así también nos lo hizo saber el nuevo gobierno) iba a ser la escuela Infantil La Senyera, una vez abierta la escuela Clara Campoamor a pocos metros de ésta. Sin embargo, parece que con un nuevo contrato de alquiler de este centro de gestión privada, se elimina esa posibilidad. La cuestión es saber el destino de una biblioteca en condiciones para el barrio de Orriols y qué espacio se está habilitando actualmente para ese fin. De momento, sólo tenemos silencio, mientras los vecinos continúan con su indignación y demandas.

El suma y sigue continua con el barrio de la Malvarrosa. Recordamos que en 2021 desde la concejalía de Urbanismo que dirigía Sandra Gómez el ayuntamiento adquiría como suelo dotacional la parcela situada entre la Avenida de los Naranjos, Avenida de la Malvarrosa y calle del Padre Antón Martín. Una reivindicación histórica para el barrio que veía por fin la luz. Hasta su apertura se dispondría de una sala de lectura en el nuevo Centro de Juventud para ser utilizado por todos los vecinos. Sin embargo, en la actualidad los plazos de ejecución se alargan en reuniones y promesas vacías. Catalá explicaba hace unos días una serie de plazos absurdos (estamos casi en noviembre y no hay redacción de proyecto), y las dotaciones presupuestarias brillan por su ausencia.

Además de estos barrios, los equipos son escasos. Después de tener que recurrir al Síndic de Greuges para obtener la información, hemos conocido el dato del personal que está trabajando en las 32 bibliotecas municipales, con un balance muy preocupante: 13 de ellas no disponen de personal técnico para desarrollar la atención profesional.

Y en ese camino para consolidar mejora de las acciones, se elaboró en 2019 una Carta de Servicios cuyo objetivo es el de “satisfacer las necesidades culturales, educativas, de ocio y entretenimiento de toda la ciudadanía. Así como proporcionar la lectura y ser centro de acceso a las tecnologías de la información”. Posteriormente y tras una reunión con el equipo responsable de la red de las bibliotecas municipales, se acordó elaborar el Plan Director. Un proyecto que han retomado desde el actual gobierno y así nos lo hicieron saber en tono participativo, a través de las redes, en enero de este año. Este estudio de propuestas y acciones permite fortalecer la labor tanto de los profesionales como de los usuarios que forman la red bibliotecaria en València. Un formato que funcionaría si las demandas dotacionales de los barrios avanzara. Si la calidad del continente tuviera relación con el contenido. Pero lo cierto es que el retrato de abandono continúa conviviendo con unas dotaciones culturales injustamente desiguales.