Un vicepresidente 'escudo' sin personal: Gan Pampols se encargará de dar la cara por Mazón ante el Gobierno y los afectados
El teniente general Francisco José Gan Pampols, desde este martes vicepresidente segundo de la Generalitat Valenciana, no será, como él mismo desea, un cargo público que obedezca directrices políticas. Será un escudo. El militar al que Carlos Mazón ha encomendado asumir las tareas de reconstrucción tras la DANA del 29 de octubre apenas contará con una estructura administrativa que le permita desarrollar sus funciones: no tendrá subsecretario y compartirá los funcionarios con la Conselleria de Hacienda. Sí tendrá la misión de relacionarse con el Gobierno central y con los municipios, con intención de visitarlos todos. Será, pues, quien dé la cara por el Ejecutivo autonómico tras una catástrofe que deja más de 220 víctimas mortales.
Al vicepresidente le han encargado coordinar las actuaciones del Consell para la reconstrucción de las zonas afectadas, la “recuperación económica y social”, para lo que se relacionará con la Administración General del Estado y las administraciones locales. En concreto, y según el escueto decreto de su nombramiento, “coordinará las relaciones con el Estado y con cualquier otra administración en todo el que tenga vinculación con la actividad de recuperación económica y social tras la DANA de 2024”.
A juzgar por la estructura de su departamento, pendiente de materializarse a través de decretos, tendrá poca capacidad operativa en el día a día. Según trasladó el martes el Ejecutivo autonómico, Gan Pampols no tendrá un subsecretario en su vicepresidencia, que tiene rango de conselleria, y tendrá que compartirlo con la consellera de Hacienda, Ruth Merino. Un subsecretario es una figura clave en la estructura del Consell: es el funcionario de más alto rango y que autoriza asuntos tan elevados como las contrataciones públicas. El vicepresidente tendrá que encomendar a otros departamentos que realicen ellos cada acto administrativo de este calibre -como los contratos de emergencias- y compartir la estructura de funcionarios con el departamento encargado de elaborar los presupuestos y aprobar las transferencias de crédito. El día a día tendrá que gestionarlo desde el edificio de La Cigüeña, antigua conselleria de Transparencia, donde se ubicará su departamento, y el Palacio del Almirante, donde se encuentra la Conselleria de Hacienda. Precisamente el Consell aprobó el martes un decreto de movilidad de funcionarios donde se flexibilizan al máximo sus tareas y las capacidades de contratación, con bolsas compartidas entre instituciones y organismos autonómicos.
El vicepresidente segundo tendrá dos secretarías autonómicas, según él mismo manifestó. Una para la reconstrucción y otra para relaciones con las Administraciones. El primer puesto, ya nombrado, corresponde al general de brigada del Ejército de Tierra, Venancio Aguado, que será secretario autonómico del Gabinete, que le acompañará en las labores de reconstrucción. Gan Pampols vaticinó que el decreto se publicaría este miércoles en el DOGV, pero, en el momento de cerrar esta edición, el documento no ha sido trasladado.
El militar que subraya que no quiere ser político será un escudo para el presidente Carlos Mazón. Gan Pampols ha asumido el cargo con buena gana, según se desprende de sus declaraciones ante la prensa. A paso ligero al salir del Palau tras su primer pleno respondió contundentemente que visitará “todos” los municipios y manifestó que iba a centrarse en trabajar. El alto mando será una de las caras más visibles de la gestión de la postemergencia, proveniente de un cuerpo militar con buena imagen para los ciudadanos durante la tragedia. Será él quien tenga que elaborar el plan de reconstrucción y escuchar todas las reivindicaciones de los noventa municipios afectados por la DANA, dar la cara en todos los sentidos, mientras el presidente de la Generalitat limita al extremo su agenda pública. En ese primer pleno del martes, con carácter extraordinario, se aprobó la supresión de la limitación salarial para altos cargos, con referencia concreta a los funcionarios de la carrera militar: tanto él como su secretario autonómico podrán cobrar más de 92.000 euros anuales en el desempeño de su cargo. El Consell justificó la medida como una forma de “atraer talento” para salir de la crisis.
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