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Cómo limpiar bien los conductos del aire acondicionado

El aire acondicionado es uno de los electrodomésticos más utilizados en el hogar durante el verano. Con la llegada del calor, encontrar maneras de enfriar las habitaciones se ha vuelto indispensable en algunas zonas de la Península.

Sin embargo, esta tarea puede verse dificultada si no llevamos a cabo el mantenimiento correcto, ya que esto no solo podría afectar al funcionamiento y a la vida útil de nuestro aparato, sino también derivar en problemas respiratorios y malos olores.

Por ello, limpiar bien los conductos del aire acondicionado es algo indispensable, una tarea del hogar que no debemos rehuir. Además, mantener el electrodoméstico lo más limpio posible también ayudará a que este funcione de manera más eficiente, permitiéndonos ahorrar en la factura de la luz.

Cómo limpiar los conductos del aire acondicionado

Aunque es recomendable llamar a un técnico especializado en la limpieza de este tipo de aparatos electrónicos, también es posible llevarla a cabo de manera independiente. Para ello serán necesarios los siguientes materiales:

  • Aspiradora con manguera, que sea lo más larga posible.
  • Cepillo de cerdas.
  • Paño seco.
  • Destornillador.
  • Mascarilla y guantes protectores.

Antes de comenzar la limpieza, es altamente recomendable el uso de mascarilla y guantes protectores para no inhalar todo el polvo y residuos que contengan los conductos de ventilación. No utilizarlos podría derivar en problemas respiratorios, alergias o irritaciones.

Para comenzar la tarea, apaga el aire acondicionado y asegúrate de que el sistema no siga encendido, revisando tanto el sistema central como el termostato; de esta manera, evitaremos accidentes eléctricos. Tras ello, ya será posible comenzar la limpieza.

Primero, retira las rejillas de la ventilación de las paredes o del techo con el destornillador. A continuación, lávalas con agua tibia y jabón para eliminar todos los restos de suciedad y polvo incrustados en las mismas.

Si las rejillas están muy sucias, ponlas a remojo en un recipiente donde entren completamente durante un par de minutos. Tras ello, será posible retirar todos los restos persistentes frotando con agua tibia y jabón.

Una vez limpias, deja las rejillas secando al aire y procede a la limpieza de los conductos. Utiliza la aspiradora para retirar el polvo y residuos en las zonas cercanas a la boca por donde sale el aire.

Para limpiar las zonas más profundas de los conductos, utiliza el cepillo de cerdas para aflojar la suciedad antes de aspirarlo. Frota el interior del aire con movimientos suaves para llegar a la mayor cantidad de suciedad posible sin dañar el electrodoméstico.

Una vez el polvo esté lo más suelto posible, utiliza la aspiradora para absorberlo de manera más sencilla. Es recomendable dividirse los tramos en secciones para no dejar ninguna zona sin aspirar. Retira toda la suciedad posible intentando profundizar en las zonas con mayor cantidad de polvo.

A continuación, utiliza el paño para limpiar las partes visibles del conducto y las áreas más cercanas a la rejilla. Presta especial atención al polvo adherido a la parte exterior y asegúrate de que no quede nada antes de colocar las rejillas secas en su sitio.

Además, es posible que el aire acondicionado necesite un cambio de filtro. Para esta tarea, consulta el manual e identifica qué clase de filtro utiliza tu aire acondicionado. Para su sustitución, desmonta el filtro usado y revisa si está sucio. El estado del mismo puede ser un indicativo de cada cuánto tiempo necesita limpieza el aire acondicionado.

Si el filtro está muy sucio, es posible que se necesite llevar a cabo una limpieza del sistema más frecuente. Retírale y coloca el nuevo filtro en el lugar del anterior. Asegúrate de que esté ajustado perfectamente para evitar que el aire funcione de manera errónea.

Cuándo recurrir a un técnico especializado

La limpieza del aire acondicionado puede llevarse a cabo desde casa de manera básica. Sin embargo, es recomendable recurrir a un técnico especializado de vez en cuando, para que realice una inspección más a fondo del sistema.

Los olores extraños son un claro indicativo de que el electrodoméstico necesita una revisión especializada. Contacta con un técnico si sientes olores desagradables, ya que podrían provenir de la formación de moho o bacterias en los conductos del aire, lo cual, a su vez, podría afectar negativamente a los usuarios de ese aparato de aire.

Por otro lado, si el sistema hace ruidos extraños o falla a la hora de enfriar como lo hacía durante los primeros usos, es posible que necesite una revisión para certificar si alguno de los componentes del electrodoméstico está dañado.

Es importante mantener una limpieza del hogar de manera habitual para evitar la excesiva acumulación de polvo. Es recomendable recurrir a un especialista, siempre que sea posible, para que elimine los restos de suciedad más difíciles y cerciorarte del correcto funcionamiento del aire acondicionado.